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Lunes, 31 de agosto 2009, 12:48
Miles de personas se agolparon ayer en el Paseo de Pereda de Santander para ver desfilar a los componentes de las diferentes agrupaciones de las Guerras Cántabras, en un recorrido ya tradicional y que sirve para despedir las celebraciones dedicadas a los santos mártires
Emeterio
y
Celedonio
, patronos de Santander, precisamente sacrificados por los romanos por ser cristianos. Paradojas de la vida moderna, a las fiestas en honor de los dos cristianos se han sumado las legiones romanas.
Alrededor de 400 integrantes de la fiesta Guerras Cántabras, de Los Corrales de Buelna, recrearon ayer el desembarco en Portus Victoriae de las legiones romanas procedentes de la región francesa de Aquitania para la conquista de Cantabria.
Más de 200 legionarios y otros dos centenares de magistrados y senadores, sacerdotes y mujeres desfilaron por las calles de Santander, continuando con su espíritu de recreación histórica de la conquista de Cantabria a manos de los romanos, fechada entre los años 29 a 19 antes de Cristo.
Fueron trece las formaciones romanas que desfilaron de Puertochico hasta la Plaza Porticada para demostrar la fortaleza del Imperio Romano antes de incorporarse al hostigamiento de las tribus establecidas en pleno territorio cántabro.
El desfile fue precedido por magistrados y senadores, Adoradores de Jano y Seguidores de Baco, a los que dieron escolta las legiones. Una vez en la Porticada fueron recibidos por las autoridades del puerto cántabro, con el alcalde al frente, Iñigo de la Serna, recibiendo regalos de de los representantes del presidente de la Asociación Guerras Cántabras, Valentín Aguado Quintial. La alcaldesa de Los Corrales,
Mercedes Toribi
o, entregó a
De la Serna
una estela cántabra y el alcalde de la capital le correspondió con una placa de recuerdo de su participación en esta fiesta santanderina que se ha convertido en un clásico
.
Desde las once y media de la soleada mañana dominical los santanderinos y visitantes tomaron posiciones en el Paseo de Pereda para asistir al desfile de romanos. Sorprendió a quienes por primera vez veían tal celebración la riqueza del vestuario, la compenetración entre la soldadesca, lo que se meten en el papel los corraliegos en esta fiesta que está tomando gran importancia en el panorama regional. El desfile fue ordenado, rápido, sin interrupciones, lo que el público valoró con numerosos aplausos.
Por la tarde la fiesta romano-cántabra se centró en Los Corrales de Buelna. Allí el emperador
César Augusto
se dirigió a sus tropas en el circo romano instalado en pleno campo de batalla de las Guerras Cántabras, en la localidad corraliega. La Diosa Minerva animó a las legiones ante el inicio de la batalla que encabezará el legado Cayo Antistio Vetus, a quien el emperador, antes de partir para Tarraco, entrega el mando.
Ahora habrá que esperar al próximo fin de semana para asistir a las últimas jornadas de esta fiesta que terminará con el gran desfile por las calles de Los Corrales de Buelna. Será el próximo domingo, a partir de las seis de la tarde.
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