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REDACCIÓN
Sábado, 5 de septiembre 2009, 12:04
Cantabria está teniendo un comportamiento un poco mejor de su mercado laboral que la media española. Sin embargo, en agosto el número de los expedientes de regulación de empleo se ha incrementado nada menos que un 650% en relación al mismo mes del año anterior. Así, el número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE) en Cantabria hasta finales de agosto se situó en 7.655 personas, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y la Dirección General de Trabajo y Empleo del Gobierno de Cantabria consultados por CC OO.
Según explicó el secretario de Acción Sindical de CC OO de Cantabria, Javier Diego, en los ocho primeros meses del año se han autorizado 281 expedientes de regulación de empleo en la región, de los que más del 90% fueron pactados con los representantes de los trabajadores. Por tipo de expedientes, el análisis realizado por CC OO destaca que la mayoría de ellos, concretamente 222, correspondieron a medidas de suspensión temporal de empleo, que han afectado a 6.894 trabajadores.
Asimismo, Diego resaltó que la autoridad laboral autorizó 26 expedientes de extinción de empleo (despidos colectivos), que han supuesto que 391 trabajadores, el 5,1% de los afectados por ERE, hayan visto extinguida en este periodo su relación laboral.
Por su parte, en los ocho primeros meses de 2009 se autorizado 33 expedientes de reducción de jornada, que han afectado a 370 trabajadores (el 4,8% del total).
Por sectores, el secretario de Acción Sindical de CC OO subrayó que prácticamente ocho de cada diez personas afectadas por ERE en este periodo pertenecen a empresas industriales, el 16% a empresas de servicios, el 4% al sector de la construcción y un 1% al sector agrario, fundamentalmente del subsector de la pesca de bajura.
A pesar de estos datos, Diego expresó su convencimiento de que «la importante destrucción de empleo registrada en Cantabria en el último año (a finales de agosto había 11.558 parados más que hace un año) no se canaliza ni se genera a través de los ERE, sino fundamentalmente a través de despidos individuales y la no renovación de contratos temporales».
En este sentido, el dirigente de CC OO criticó que con estas actuaciones «unilaterales» las empresas «tratan, en muchas ocasiones, de encubrir procesos de reestructuración de carácter colectivo, y eludir así los procesos legales de negociación, control y autorización administrativa que exige la presentación de un expediente de regulación de empleo».
Además, Diego aseguró que «algunos empresarios recurren a la finalización de los contratos temporales para adelgazar sus plantillas y ahorrarse así un buen dinero» ya que, según enfatizó, "de este modo los costes del despido son prácticamente nulos".
Frente a esta situación, el secretario de Acción Sindical de CC O abogó por «tratar de eliminar cuanto antes del mercado de trabajo toda forma de precariedad laboral, que asegure una configuración global del empleo con unos salarios y una estabilidad laboral decentes».
Para ello, Diego apuntó la necesidad de abordar una "profunda" transformación de la realidad laboral en España "para que, salvo en casos excepcionales, todos los contratos fueran indefinidos y la regulación y protección social del empleo asegure a todos los asalariados el máximo de estabilidad".
Asimismo, el responsable de CC O demandó una reordenación de la negociación colectiva, para que ésta «sea socialmente equilibrada y efectiva».
Por otro lado, Diego expresó la necesidad de poner en marcha «medidas públicas expresas que permitan una reestructuración del actual modelo productivo que incremente el nivel de productividad de nuestras empresas».
Finalmente, el secretario de Acción Sindical de CC O solicitó igualmente medidas para reducirlas desigualdades sociales y ahondar en la promoción de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres que se viene desarrollando durante los últimos años.
«Éstas son las cuatro sendas por las que es preciso transitar al unísono si de verdad se quiere apostar por un régimen de empleo que nos permita escapar definitivamente de nuestras miserias laborales. Es un planteamiento que otros países de Europa ya han hecho realidad», concluyó Diego.
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