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NACHO CAVIA
Jueves, 1 de octubre 2009, 10:50
La Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Los Corrales de Buelna no pasa por su mejor momento. Y desde luego no es la única, dado precisamente el carácter altruista que se exige a sus componentes en un mundo en el que ya prácticamente nadie da nada por nada. Tras una larga historia de servicio en el municipio, el colectivo corraliego busca con cierta urgencia voluntarios que se quieran comprometer con el Cuerpo y con la sociedad. Sin requisitos previos, solo se pide un carné de identidad, dos fotos, un número de teléfono y, sobre todo, ganas de colaborar sin esperar nada a cambio. Sabiendo que en cualquier momento se les llamará para una urgencia o que los eventos en los que se les requiere tienen lugar principalmente los fines de semana. Vamos, que también se les pide que no hagan planes, por si acaso.
El resto de características que se piden quedan en segundo plano para personas de cualquier sexo, condición, nacionalidad, religión y prácticamente edad, que no hay nada que tanto respete la igualdad como trabajar sin cobrar. Todo ello hace que el perfil de un voluntario de Protección Civil se convierta en toda una rareza a extinguir. Al menos eso es lo que parece en varios cuerpos de la región, y especialmente en el de Los Corrales de Buelna.
Los ayuntamientos se esfuerzan y el Gobierno regional también, en la medida de lo posible, pero los voluntarios veteranos piden algo más. Especialmente cuando se enfrentan en muchos casos a situaciones en las que peligra la vida del artista: desde fuegos a inundaciones, como ejemplos más notorios. Eso sí, en la medida de lo posible, se ofrece formación a los voluntarios. Aunque en este caso también entra en juego la poca disponibilidad de tiempo para personas que tienen que ganarse el pan con otros menesteres.
Con el tiempo muchas de las personas que desde hace años venían colaborando e incluso dirigiendo la agrupación corraliega, que sirve de perfecto ejemplo, han ido apartándose por distintos motivos. Ahora el número de voluntarios (no llegan a una decena), hace difícil encontrar gente suficiente para poner en marcha operativos dentro del municipio o colaborar con otros cuerpos en otras localidades de Cantabria.
Y es que el carácter voluntario del cuerpo choca con el resto de obligaciones diarias en la disponibilidad de las personas que integran un colectivo que no hace mucho llegó a ser uno de los más importantes y mejor valorados de la región. Los que quedan, además de hacer un llamamiento para incrementar el número de efectivos, también esperan la renovación de material en general. Y lo hacen en horas bajas para las arcas municipales y regionales.
Aún así, la Consejería de Presidencia y Justicia dotará en esta legislatura de más medios materiales a Protección Civil. En concreto, facilitará un vehículo de emergencias a la agrupación, además de colaborar con el Ayuntamiento para la adecuación de la nueva sede de los voluntarios, ubicada en el Parque de Emergencias.
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