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P. G. BAHAMONDE
Jueves, 15 de octubre 2009, 11:03
Fue un día de San Antón del 2006 cuando el anterior matadero de Liébana, que comenzara a andar allá por el año 1950, cerró sus puertas para no volver a sacrificarse otro animal en la comarca. Eso, hasta el día de ayer, miércoles. Rondaban las doce del mediodía cuando dieron comienzo los sacrificios en el nuevo y lebaniego matadero de Sotama.
No se oyó nada, ni un triste quejido lastimero de animal alguno, dada la tecnología, sofisticación y cuidado del bienestar animal con que cuentan las instalaciones que se iban a probar. Porque de eso se trataba precisamente, de un ensayo. Una jornada única en la que medir al detalle todo el funcionamiento de las diferentes fases de que consta el sacrificio y despiece de las reses.
Para llevarla a cabo, a las 9 y media de la mañana ya se encontraban en las inmediaciones del nuevo edificio con que la Consejería de Ganadería dotó a la comarca de Liébana, responsables del montaje del mismo y un total de unos 5 operarios especializados del matadero-escuela de la localidad de Mieres (Asturias). Todo preparado y todos listos para comenzar a faenar bajo la supervisión de Vicente de La Lama, responsable de Sanidad del Centro. Así, ganaderos y carniceros de Liébana llevaron algunos de sus terneros y corderos en vehículos de pequeño tamaño, ya que no era ésta una jornada habitual en la que producir un rendimiento como el exigido diariamente en un matadero al uso.
Manuel del Busto, presidente de la Fundación Asturiana de la Carne y administrador de la empresa Carnes Picos de Europa-Liébana, que gestionará el edificio con que cuenta la Mancomunidad de Liébana y Peñarrubia, estuvo acompañado de Mariano Mier, presidente de la Mancomunidad, y de los alcaldes de Camaleño y Vega de Liébana, Juan Manuel Guerra y Gregorio Alonso, respectivamente. También estuvo Carlos García, presidente de la SAT Liébana y Peñarrubia, asociación que promueve la Carne de Vacuno de Liébana
A la perfección
Todo funcionó a la perfección y las reses se descargaron en el muelle de entrada donde esperaron turno en diferentes corrales metálicos para entrar al edificio. Una entrada sin retorno tras pasar de uno en uno por las armas conocidas como aturdidoras que evitan el estrés y sufrimiento de la res. Luego se procedió al sangrado y posteriores procesos del protocolo habitual del sacrificio. Finalmente, y ya completada la cadena de actividad matacil, el edificio se cerró para posteriormente ser reabierto en el próximo mes de noviembre.
El nuevo complejo tendrá capacidad para sacrificar 1.077 toneladas de carne de bovino, porcino, caprino y ovino. Asimismo, cuenta con una superficie de 1.858 metros cuadrados en la finca de Sotama, dentro del término municipal de Cillorigo de Liébana y ha supuesto una inversión realizada por la Consejería de Ganadería, Agricultura y Pesca de 2.852.863 euros.
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