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ROSA M. RUIZ
Miércoles, 28 de octubre 2009, 09:03
Cada artista tiene su propia forma de dar las gracias. Ayer, en el Palacio de Festivales de Santander y, en presencia de los Reyes de España, los 22 galardonados con las Medallas de Oro al Mérito de las Bellas Artes y los dos representantes de las dos instituciones premiadas (Fundación BBVA y Festival de Cine de San Sebastián) así lo demostraron. Actores como Imanol Arias o Pilar Bardem lanzaron un beso al público antes de regresar a su asiento, tras recoger su galardón. Al cocinero Juan Mari Arzak le pudo la timidez y quiso sentarse con tanta rapidez que la medalla se le cayó al suelo. La diseñadora Agatha Ruiz de la Prada demostró su adhesión a la Corona con dos marcadas reverencias a sus majestades e incluso regresó a su asiento caminando hacia atrás, para no darles la espalda. Miguel Bosé dejó su abanico en la silla para mostrar la medalla al público y, el más aclamado, Francisco Rivera, tuvo miradas cómplices hacia el patio de butacas donde su novia, Cecilia Gómez; su tía Belén Ordóñez, y sus hermanos Cayetano y Julián aplaudían efusivamente.
La ceremonia de entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes empezó a las 12.00 horas y duró 40 minutos que fueron un canto a la cultura como uno de los principales signos de identidad de una nación que debe ser fomentada por todos y protegida por las autoridades. Así lo expuso el Rey, Juan Carlos, que cerró el acto con un llamamiento para que no se escatimen esfuerzos para favorecer la creación, la conservación y la difusión de las bellas artes, como elementos que cohesionan y engrandecen a la sociedad.
También un reivindicativo Miguel Bosé, en nombre de todos los galardonados procedentes del mundo del cine y las artes escénicas, la música y las artes plásticas, demandó «amparo, protección y leyes», y también «complicidad hacia el mecenazgo», no sin antes denunciar que los artistas «estamos a punto de quedarnos huérfanos, y próximos a la extinción, como están los osos polares o los linces ibéricos».
Por pedir, pidió hasta el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla quien, tras recordar de una forma muy sentida al recientemente desaparecido Sabino Fernández Campos, solicitó a todos los galardonados que se queden unos días en Cantabria, «o mejor, que regresen y que les aprovechen las anchoas», clamó entre aplausos.
De Santander también habló el alcalde, Íñigo de la Serna, que además de asegurar que para la ciudad ha sido un orgullo acoger este acto, señaló que las Medallas de las Bellas Artes «no son una gratificación, sino una ratificación pública de las 24 vidas e historias que nos han enriquecido».
Por su parte, la ministra Ángeles González-Sinde, aseguró que seguirá impulsando la cultura y explicó que con estas medallas la sociedad reconoce el «valor de las ideas, la creación, y el retorno de la cultura como embajadora de nuestros valores, de lo mejor de nosotros mismos como colectivo y suma de individualidades».
Entre el público de la Sala Argenta también se encontraban familiares de los galardonados, y también la actriz Pastora Vega; la duquesa de Alba, que acompañada de su hijo Cayetano quiso apoyar a Francisco Rivera y el ex ministro Francisco Álvarez Cascos con su mujer, María Porto, hija de uno de los galardonados.
También asistieron al acto solemne las principales autoridades políticas, empresariales y culturales de la región.
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