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N. CAVIA
Miércoles, 2 de diciembre 2009, 13:53
A primera hora de ayer se inició la 'operación quirúrgica' de despiece del tilo plateado de la finca de la familia Bustamante, todo un icono en Los Corrales de Buelna abatido por el viento el 12 de noviembre. De la actuación se encargó el Servicio de Conservación de la Naturaleza, al tratarse de un árbol catalogado como de interés general, uno de los tres registrados en Los Corrales, todos en la misma finca. La Dirección General de Montes reconoce que era el mayor tilo de la región y uno de los mejor conservados.
El trabajo de campo se encargó a Álvarez Forestal, que en cuestión de pocas horas ya había diseccionado el árbol y trabajaba a pie de tierra. Fueron necesarias dos grandes grúas. La primera atrapó la rama principal caída sobre el muro y verja que separa la finca de la calle Real, para lo que se cortó esa calle durante dos horas. La otra grúa, dentro de la finca, se ocupó de ir facilitando el trabajo de las motosierras. Del tronco principal partían cuatro hijos. El más importante cayó sobre la pared de la finca y fue el primero en asegurarse en alto con una gran cadena. Los otros tres, que cayeron en su día arrastrados por el primero, se despiezaron posteriormente. A las 10.30 horas habían acabado las tareas principales y restaba hacer pedazos lo que quedaba del tilo, ya irreconocible. Excepto el tronco que quedará para la historia, para el recuerdo, con la placa que acredita que se trataba de un árbol singular, único.
Mantenimiento
Representantes de los grupos ecologistas en el Valle de Buelna, entre ellos Arca, aprovecharon los trabajos para destacar la buena conservación y mantenimiento del árbol a lo largo de su historia, con podas controladas, como la última, que rebajó la altura del centenario tilo plateado en ocho metros. Un ejemplo, según los ecologistas, de como cuidar el desarrollo de un árbol. En la misma intervención pidieron aprovechar la redacción del Plan General de Ordenación Urbana de Los Corrales de Buelna para la realización de un catálogo de árboles especiales, con el objetivo puesto en actualizar la importancia de algunos ejemplares hasta el momento no catalogados. El 12 de noviembre, el tilo plateado sucumbió a las fuertes rachas de viento que azotaron esa noche la región. Era uno de los dos únicos tilos plateados catalogados en Cantabria. Ya solo queda en pie el de Esles, en Santa María de Cayón. Su grandiosidad, con cerca de ocho metros de circunferencia en la base del tronco, se echa en falta cuando se pasea por La Rasilla, la zona antigua de Los Corrales de Buelna, con mansiones decimonónicas a cual más espectacular.
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