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EFE
Viernes, 18 de diciembre 2009, 10:36
El pintor Albert Ràfols Casamada, uno de los grandes artistas de vanguardia de la segunda mitad del siglo XX y uno de los referentes de la abstracción lírica, falleció en la madrugada de ayer en Barcelona a los 86 años, informaron desde la Escola Eina de diseño y arte, que había fundado en 1967. Ràfols Casamada falleció en una clínica de Barcelona donde había ingresado recientemente al agravarse su estado de salud, que se había ido deteriorando en los últimos años, aunque el pasado 21 de octubre participó en un homenaje que se le rindió en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
En Cantabria, Ràfols Casamada fue galardonado en la edición de 1998 de Artesantander y un año más tarde su obra fue objeto de una muestra monográfica en la feria de arte. A lo largo de los últimos años, la obra del artista catalán ha estado presente en diferentes citas expositivas en la regíón como la que en enero de este mismo año dedicó la galería santanderina Santiago Casar a un grupo de artistas catalanes.
Nacido en Barcelona en 1923, se inició en el dibujo con su padre, también pintor, y aunque cursó cuatro años de Arquitectura, abandonó la carrera para empezar una trayectoria artística influido por los movimientos constructivistas y abstractos derivados de las composiciones de Cézanne y Matisse y del fauvismo.
Becado en París entre 1950 y 1955 con el Instituto Francés, continuó estudiando con interés la obra de Cézanne y los fauvistas, y a su regreso a Barcelona inició en su pintura un proceso de abstracción a partir de la temática paisajística, una etapa concretada entre 1957 y 1963.
Entre 1964 y 1968 en sus obras aparecen los primeros collages, mientras que en la etapa siguiente, 1969-1977, el color irrumpe acaparando total protagonismo e incorpora objetos en sus trabajos creativos, hasta alcanzar, en los 80, espacios múltiples ordenados por el color y la luz.
Es frecuente en sus cuadros, entre 1964 y 1972, introducir recortes de periódico, colgadores, perchas, timbres, cables, enchufes, trozos de madera y tela, como en 'Hers'(1968), la serie 'Alicia' (1972), 'Homenaje a Miró'(1971), o 'Raya azul y frutero'(1975). Otro de los temas más frecuentes de su obra, el signo, se hace también patente en sus obras a fines de los 80, como en «Rojo Oscuro»(1988), 'Eco2' (1989) y 'Díptico Holandés' (1989).
La estructuración de la superficie pictórica, la luz y el color continuarán siendo sus temas en los años 90, como 'Yucatán'(1997) o 'El paso de los signos' (2001).
El Mediterráneo
Su temática se ha centrado a menudo en el Mediterráneo, argumentos urbanos en general, paisajes y bodegones, utilizando una amplia gama cromática con soportes de telas, papel, collages y objetos, además de texturas y acrílicos.
Sus cuadros se encuentran en museos y colecciones públicas y privadas de todo el mundo, como los Guggenheim de Nueva York y Bilbao, el British Museum y la Tate Gallery de Londres, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Centro Pompidou de Paris, y el Reina Sofía de Madrid. Ràfols Casamada estaba en posesión de numerosos galardones, como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1980, el Chevalier des Arts et des Lettres que le dio el gobierno francés.
En 2001 se creó la Fundación Ràfols Casamada -María Girona, con sede en la localidad barcelonesa de Capellades, que reúne la obra del artista y de su mujer, la también pintora Maria Girona i Benet.
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