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COLPISA
Lunes, 21 de diciembre 2009, 10:45
Fuentes heladas, capas de ropa y miedo a los resbalones fueron las características de la jornada de ayer por toda España, aunque fue en Asturias (-6 grados en la estación de Fuentes de Invierno o -6 en Oviedo), Cantabria y las dos Castillas donde sufrieron las temperaturas más bajas. No llegó a los 33 grados bajo cero -la temperatura más baja registrada en Europa-, pero los termómetros en Castilla y León recogieron niveles bajísimos, con mínima de 17 grados negativos en Burgos, la misma temperatura que se registró en Reinosa (Cantabria) a primera hora de la noche, aunque luego subió.
Incluso se alcanzaron los 20 grados bajo cero en las zonas de montaña de Palencia y León, aunque la ola de frío siberiano se dejó sentir en otras provincias de la comunidad, como Segovia, Valladolid y Soria. Los burgaleses, acostumbrados a pasar frío incluso en el mes de agosto, admitieron que este fin de semana ha sido uno de los más gélidos de los últimos tiempos.
Los comentarios, naturalmente, giraron en torno a las severas heladas y la llegada de la nieve justo antes de la Nochebuena. «Creía que me moría; he salido con medias y he tenido que comprar unos calcetines», explicaba efusivamente una mujer que paseaba por el centro de la ciudad del Cid, mientras su compañera corroboraba la sensación térmica. En este caso la percepción, subjetiva, de los ciudadanos se confirma con los datos estadísticos: para encontrar unas temperaturas tan mínimas hay que remontarse a la Navidad de 1970, cuando los registros históricos también llegaron a casi 20 grados bajo cero.
León es otra de las provincias donde la borrasca atlántica que anuncian los hombres del tiempo tendrá dificultades para desplazar la ola polar que ha dejado secuelas evidentes. En la capital leonesa los equipos del servicio de limpieza, con 300 personas, trabajan a destajo para dejar expeditas las calles, pero la nieve caída el pasado jueves, añadida a las fuertes heladas, sigue complicando el tránsito de los peatones por buena parte de las vías y aceras no sólo del casco histórico sino de los barrios.
Encierro helado
Castilla-La Mancha está viviendo uno de los finales de año más frío de los últimos tiempos como consecuencia de las fuertes heladas nocturnas que han seguido a los días de nevadas. Los pueblos de la Sierra del Segura, en Albacete; de la Serranía de Cuenca y de las Parameras de Molina de Aragón, en Guadalajara, registraron ayer temperaturas mínimas que oscilaron entre 10 y 15 grados bajo cero. Fue el caso de Riópar (Albacete), con 11 grados bajo cero; de los municipios conquenses de Tragacete y Beteta y de los guadalajareños de Peralejos de las Truchas y Molina de Aragón donde a primera hora de la tarde y a pleno sol los termómetros marcaron 5 grados bajo cero.
Por este motivo, las casas rurales están vacías desde hace días, todo lo contrario de lo que ocurre en los albergues sociales de Castilla-La Mancha donde las personas sin techo pueden comer, dormir y lavar la ropa mientras dure el temporal.
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