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GUILLERMO BALBONA
Viernes, 8 de enero 2010, 01:06
La muestra, primera del año en la UC, toma el relevo del histórico acercamiento a la figura de Luis Quintanilla que ha ocupado el último tramo de 2009 y que se exhibe hasta mañana sábado en el espacio del Paraninfo de la UC.
Bajo el epígrafe 'Gregorio Prieto. Arte Gráfico' la UC reunirá una exhaustiva selección de las estampas del artista manchego, realizadas entre los años cuarenta y ochenta del pasado siglo. En el conjunto de la obra de Prieto, la gráfica se configura como un capítulo tardío y cuantitativamente menor, si se compara con el de sus dibujos y pinturas.
Sin embargo, en sus estampas que se exhibirán en Santander se reconocen y concentran algunas de las grandes pasiones que llenaron y enriquecieron su vida: la poesía, La Mancha y el mundo de la Antigüedad, especialmente Grecia y Roma.
Sus estampas configuran el universo gráfico que se suma a la trayectoria temática de la institución académica. Su obra gráfica, no obstante, debe ser valorada en el contexto de su trabajo como dibujante, dada la inspiración directa de la mayoría de las estampas en dibujos previos, a menudo cronológicamente muy anteriores; de hecho, se puede decir que la obra gráfica de Gregorio Prieto fue concebida fundamentalmente como «recreación, adaptación o interpretación de sus dibujos».
Por otro lado, bastantes de sus litografías, serigrafías y aguafuertes conforman un episodio especial dentro de su extensa producción bibliográfica, siendo parte integrante de un libro o libro-carpeta -o de una serie con sustrato literario, como las 17 litografías sobre El Quijote, de 1963-, hechos para «ilustrar o interpretar visualmente textos literarios y ser contemplados a medida que se avanza en la lectura de los mismos».
Prieto no se significó por ser un grabador o artista gráfico en el estricto sentido del término, preocupado de investigar y experimentar con las diferentes técnicas y materiales con el fin de extraer de ellos las cualidades y efectos más apropiados a lo que deseaba expresar.
Concibió las técnicas del grabado y de la estampación principalmente con un sentido utilitario, como un conjunto de medios adecuados para lograr una mayor difusión de su obra.
El arte gráfico revestía para él un «claro sentido didáctico que le permitía poner al alcance del público algunos de sus dibujos más sobresalientes, de los que bajo ningún concepto quería desprenderse», destinados a integrar el patrimonio de la Fundación que lleva su nombre. El artista estimaba el grabado como un recurso idóneo para dar a conocer «el buen dibujo».
La mayor parte de su obra gráfica, editada en los años sesenta, setenta y principios de los ochenta, se llevó a cabo con la asistencia de técnicos especialistas, principalmente los artistas grabadores, amigos suyos, Dimitri Papagueorguiu y Alejandro Gómez Marco.
Iniciativas históricas
El artista participó además en varias de las iniciativas clave que significaron una revitalización de las artes gráficas en España durante los años cincuenta, sesenta y setenta: la colección 'Los Artistas Grabadores' de Ediciones La Rosa Vera, (años cincuenta); el breve pero interesante episodio de la Colección Boj, de venta de grabados por suscripción, promovido por Dimitri Papagueorguiu (a principios de los sesenta); y ya en los años setenta, la colección de bibliofilia 'Tiempo para la alegría' - iniciada en 1963 -, de Rafael Díaz-Casariego; la actividad editorial de la galería Esti-Arte y de Ediciones Prova, ésta última dirigida por Gómez Marco.
La mayoría de estos movimientos están ligados al programa expositivo y al proyecto de arte gráfico de la Universidad cántabra.
Asimismo, recibió encargos de serigrafías por parte de varias galerías de arte (Sen, Punto), y a finales de los setenta y principios de los ochenta acometió dos de sus obras de bibliofilia más voluminosas, 'Cervantes' y 'La Biblia', ambas editadas por la galería Rembrandt, de Alicante.
Con el fin de facilitar un mayor conocimiento de su producción y establecer con claridad el catálogo de su obra gráfica, la Fundación editó el libro 'Gregorio Prieto. Arte Gráfico', que incluye textos José Hernández (pintor, artista grabador y académico de la Calcografía Nacional) y María José Salazar (conservadora-jefe de dibujo del Museo Reina Sofía); y Óscar Muñoz realizó el catálogo razonado de la obra gráfica, partiendo de una investigación sobre las propias estampas y los documentos custodiados en el archivo de la Fundación.
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