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M. L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
Viernes, 15 de enero 2010, 01:18
Con la mayoría de los hospitales destruidos o inservibles y sin que la ayuda internacional se hubiera desplegado, los primeros en ofrecer asistencia sanitaria en Haití fueron los 344 médicos y paramédicos cubanos que desde hace doce años colaboran en la paupérrima isla caribeña. El Gobierno comunista envió otros 30 especialistas con material de emergencia tras el terremoto.
Cuba cuenta en total con 433 efectivos además del personal diplomático en el país antillano. En Puerto Príncipe, se encontraban 152 facultativos en el momento del terremoto. Su primera reacción fue levantar dos hospitales de campaña en su residencia porque el edificio donde trabajaban se derrumbó. Salvo dos heridos leves, todos salieron ilesos.
La noche del miércoles se reabría el hospital del Seguro Social, y ayer lo hacía el Nacional, ambos públicos, donde los galenos cubanos volvieron a prestar sus servicios. Bajo lonas y alumbrados con linternas, los cirujanos realizaron 19 intervenciones, aunque 26 personas, nueve de ellas niños, fallecieron a causa de las terribles heridas.
El otro hospital que resistió el embate del terrible movimiento telúrico es el argentino, cuya función principal es atender a los miembros de la misión de paz de la ONU, aunque ahora proporciona primeros auxilios y después desvía a los heridos a otros centros del país, o de la vecina República Dominicana, adonde llegan los casos más graves.
Sin autoridad clara
Desde ayer, los esfuerzos de estos profesionales con experiencia en otros desastres naturales se vieron reforzados por la llegada de técnicos en comunicaciones estadounidenses y de otros especialistas de varias nacionalidades. Lo cierto es que no existe una autoridad clara para mantener el orden -varios ministros, diputados y funcionarios haitianos han muerto o desaparecido, al igual que la plana mayor de la misión de paz de la ONU-.
Como EE UU, Brasil también se ha volcado con el país antillano. El gigante sudamericano, que aporta 1.600 efectivos a la misión de 7.000 soldados y 2.000 policías, fue uno de los primeros en enviar aviones con material humanitario. Lula da Silva adelantó que su Gobierno donará casi siete millones de euros y dijo estar dispuesto a organizar una conferencia de ayuda. Francia, la antigua metrópoli, expuso una idea similar. Nicolas Sarkozy llamó a que «esta tragedia» sea la última en Haití «si la comunidad internacional se moviliza».
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