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C. DE LA P.
Miércoles, 20 de enero 2010, 09:33
Si hace un año la pareja detenida y encarcelada por el intento de asesinato del ex esposo de la mujer negaba los hechos, ayer, ante el tribunal de la Audiencia, reconoció la imputación para beneficiarse una sustancial reducción en la condena.
Así, José Antonio J. C., en prisión por esta causa, y María Dolores P. G., en libertad provisional, se sentaron en el banquillo de los acusados, admitieron haber disparado a quemarropa contra el ex esposo de ella con el objetivo de recuperar la custodia de la hija de ambos y se conformaron con la pena solicitada por el Ministerio Fiscal y la acusación privada que ejerció la víctima. Un trámite que apenas se prolongó unos minutos.
Tanta complacencia tuvo como contrapartida una importante rebaja en las penas. El fiscal solicitaba inicialmente 10 años de cárcel para cada procesado como autores de un delito de asesinato en grado de tentativa; él, como autor material y ella, en calidad de cómplice. Además pedía otros 15 meses para el acusado por la tenencia ilícita de armas. La acusación, por su parte, elevó las penas hasta 14 años.
Sin embargo, el pacto previo al juicio alcanzado entre las partes modificó a la baja las condenas. Ambas acusaciones pidieron siete años y medio de cárcel para José Antonio J. C. por el asesinato y un año por el uso ilegal de armas, y seis años para María Dolores, quien además perderá la patria potestad sobre la menor.
El acuerdo, sin embargo, no librará de la cárcel a la procesada e instigadora del asesinato frustrado. La Audiencia dictará sentencia en los próximos días en los términos pactados, que será firme, tras lo cual María Dolores, que ayer mostraba un embarazo de escasos meses, ingresará en prisión.
El otro condenado se encuentra en la cárcel desde su detención el 16 de marzo de 2008, un día después de los hechos.
La Audiencia había previsto dos días de juicio con 17 testigos y siete peritos judiciales. Pero la vista se liquidó en diez minutos, los que se necesitaron para dar lectura a las acusaciones y para que los procesados admitieran los hechos y se conformaran con las penas.
Los dos acusados, vecinos de Torrelavega, mantenían una relación sentimental, pero María Dolores tenía una hija menor con su ex marido, que ostentaba su custodia. El juez había acordado un régimen de visitas muy reducido para la madre.
La mujer intentó modificar estas medidas y obtener la custodia de la niña, a lo que el padre se opuso. Fue entonces cuando la pareja planeó el crimen. Tal y como admitieron ayer, el día 15 de marzo de 2008, María Dolores citó a su ex marido a las diez de la noche en la Plaza del Sol de Torrelavega para recoger a la menor. Previamente, se puso de acuerdo con su pareja para marcarle el lugar y la hora, y cuando se despidieron, el procesado siguió a la víctima. Cuando le dio alcance, le llamó por la espalda y, al girarse, José Antonio le disparó en el rostro. El primer tiro no consiguió terminar con la vida del ex marido de María Dolores, por lo que el procesado volvió a montar el arma para realizar un segundo disparo. La suerte quiso que el proyectil quedara encasquillado en la recámara, frustrando así un segundo ataque, que habría podido ser ya mortal. El procesado se dio a la fuga e hizo desaparecer el arma, que nunca ha sido localizada.
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