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PILAR CHATO
Viernes, 29 de enero 2010, 09:38
Y es que el sentir de Cantabria fue ayer unánime. Quiere que las cuevas de Altamira vuelvan a abrirse, consciente no sólo de su valor como patrimonio histórico, si no de su condición de referente y empuje para la comunidad y su industria turístico-cultural.
Pero en la misma medida en que se produjo una voz única en favor de esa apertura, se produjo una coincidencia absoluta en la petición de que se produzca bajo todos los controles y con todas las garantías de conservación y protección, con un régimen de visitas restringido. Ese sentir coincide con la voluntad y estrategia del Gobierno regional que quiere aprovechar «sin temor» esa posibilidad de reapertura que han dejado abierta los técnicos, garantizando, eso sí, su conservación. No en vano, la iconografía del bisonte de Altamira ha sido presencia continua en sus campañas turísticas, en la venta y promoción de la región en el mundo. La pregunta ahora es cuándo y cómo. Eso dependerá de la decisión del nuevo Patronato de Altamira y de las disposiciones de los técnicos. Nadie se atrevía a aventurar fechas ni cupos.
Ayer fue una jornada de reflexiones y esperanzas. El informe del CSIC que desveló ayer en exclusiva EL DIARIO MONTAÑÉS pone fin a una incertidumbre que se ha prolongado durante más de siete años, desde que en 2002 se cerrara la cavidad y su reapertura se fuera posponiendo con sucesivas largas en las que las únicas explicaciones eran la necesidad de seguir analizando el estado de la 'Capilla Sixtina del arte Cuaternario'. En todo este tiempo, el Gobierno no ha abandonada la seña de identidad que Altamira supone para la comunidad.
Ahora el informe técnico reconoce los daños que produjeron las visitas, la ausencia de mejoría en estos años de aislamiento y la conveniencia de que siga clausurada. Pero deja un resquicio. No dice textualmente que pueda abrirse, pero sí apunta que si hay un cambio de estrategia y se decide su reapertura «la monitorización debe ser exhaustiva para detectar de forma temprana la probable expansión de microorganismo hacia zonas internas de la cueva».
Los pasos
A esa puerta se va a agarrar el Gobierno regional para promover e impulsar la 'vuelta al mundo' de las creaciones de la Sala de Polícromos. Una decisión que no depende de él, sino de un Patronato cuyo borrador de composición se está elaborando. Ayer el consejero de Cultura, Javier López Marcano, que mostraba una alegría contenida a la que se le escapaba una sonrisa constante, aseguró que esa reunión se producirá en «los próximos meses» porque las negociaciones con el Ministerio de Cultura «van muy bien». No quiso dar una fecha probable de apertura de la cueva, si el Patronato dice finalmente adelante, pero sí admitió que estaría «muy bien» que fuera en 2011. En esa nueva composición del Patronato, Cantabria ganará peso, pero Marcano no quiso ayer hablar de reclamar al Estado la gestión de la cavidad, por que «de momento», y lo dijo con énfasis, las prioridades son la reapertura y el Patronato.
«Aquellos que tenemos responsabilidades estamos obligados a conciliar y armonizar la conservación y preservación con el disfrute por parte de todos». Esta frase de Marcano resume el juego de equilibrios entre conservación y difusión por el que aboga el Gobierno y buena parte de la sociedad de Cantabria. «Si nos dejamos guiar exclusivamente por las tareas de conservación y protección tendríamos todo nuestro patrimonio subterráneo y buena parte del arquitectónico herméticamente cerrado», sentenció Marcano.
Tanto él como la vicepresidenta regional, Dolores Gorostiaga, afirmaron que el Gobierno es partidario de que las cuevas se reabran.
Marcano, más cauto, recordó que la decisión la debe tomar el Patronato pero dijo «intuir» que todos sus miembros van a ser unánimes, y si el informe del CSIC deja «esa mínima puerta abierta, hay que aprovecharla sin temor».
Si se garantiza la conservación y la preservación, y si desde el punto de vista técnico se asegura que recurriendo a medios tecnológicos se combaten contundentemente las patologías y colonización de hongos «la opción es abrir la cueva de forma restringida», reiteró el titular de Cultura y Turismo.
Gorostiaga defendió una apertura se haga «con rigor y de manera responsable» teniendo en cuenta que se trata de un «reclamo importante a nivel mundial».
En los mismo términos de prudencia se manifestó el líder de la oposición, el presidente del PP, Ignacio Diego, quien apuntó que «ante la ambigüedad optaría por la responsabilidad». Es decir, conocer los matices de los informe, que confió en que sean «claros y determinantes» en favor de la reapertura «pero si lo que leo es lo contrario, en mi caso actuaría desde la responsabilidad». Dijo compartir el deseo del Gobierno de reabrir la cueva y que un patrimonio «de tan enorme atractivo» pueda ser disfrutado fortaleciendo así los atractivos de Cantabria. Esó sí, «supeditado a la recomendación de los técnicos». Advirtió que «nunca jamás ningún político debiera permitirse poner en el más mínimo riesgo un patrimonio como las pinturas de Altamira».
Por su parte, el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago, rechazó ayer efectuar ningún tipo de comentario.
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