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Nacho Cavia
Jueves, 26 de agosto 2010, 13:56
Los Corrales de Buelna ha retrocedido dos mil años. Barbas largas, caras de cansancio, comercios engalanados, armas pulidas y ropas de época preparadas. Está claro. La décima edición de la Fiesta de Interés Turístico Nacional de las Guerras Cántabras comienza mañana viernes. Entre los cerca de 2.000 festeros y las 50 representaciones históricas se dará forma a una de las gestas más importantes del mundo en el principio de la nueva era, ya que en Cantabria estuvieron los dos hombres más importantes de aquel tiempo, el primer y más grande emperador de Roma, Cayo Julio César Augusto, y el legendario general Marco Vipsanio Agripa, que llegó a Cantabria tras vencer ni más ni menos que a Marco Antonio y Cleopatra, devolviéndoles a Egipto. Además, la celebración cuenta con uno de los campamentos más bellos de las fiestas de recreación histórica, un campamento con más de una decena de tiendas romanas, el nuevo y espectacular Templo de Jano, el Altar de los Sacrificios y cerca de una veintena de cabañas cántabras. Y todo ello en pleno casco urbano de Los Corrales de Buelna, muy cerca del Ayuntamiento de la localidad. Una fiesta que además cuenta ya con la Q de calidad de AENOR por la cuidada oferta histórica, turística y de ocio que atesora.
La Fiesta Guerras Cántabras toma como referencia los hechos ocurridos hace mas de dos mil años (siglos 29 -19 a.C.), fundamentalmente en la Gran Guerra de los años 27-25 a. C., en la que el emperador César Augusto luchó contra los Cántabros en nuestra tierra, con el fin de sojuzgar al único pueblo que se había resistido al dominio de Roma. El motivo que ha impulsado a la organización de este evento, es el hecho de que el valle de Buelna fue sin duda, lugar entre otros, de la presencia romana; así queda atestiguado por algunas obras legadas por este pueblo: Campamento de Tarriba en San Felices, de Buelna, la Calzada de Fresneda en Los Corrales de Buelna (que formaba parte de la vía de acceso desde Segisamo (Sasamón hasta Portus Blendium (Suances), y por otra parte los vestigios prerromanos del monte Dobra y posiblemente las termas descubiertas no hace mucho en el Balneario de Las Caldas de Besaya. A esto habría que añadir los descubrimiento arqueológicos en el cercano valle de Iguña (Miliario y monedas en Pedredo), así como los castros de Cueto del Agua, Alto del Cueto, Espina del Gallego y los campamentos cercanos de Cildá y El Cantón.
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