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Jesús Serrera
Martes, 24 de mayo 2011, 00:48
El próximo presidente de Cantabria, Ignacio Diego (PP), ha encargado un informe sobre la estructura de la Administración Regional para crear una nueva, de menor tamaño, y otro sobre los ayuntamientos en los que ningún partido ha conseguido mayoría absoluta, donde quiere que se "respete la lista más votada".
Diego ha adoptados dos medidas al día siguiente de las elecciones, en las que su partido obtuvo un triunfo histórico, la mayoría absoluta: ha encargado un informe sobre los resultados del PP en los ayuntamientos y otro sobre la estructura de la Administración.
El futuro presidente ha explicado que ha encomendado a miembros del partido un informe sobre la estructura completa de la Administración Regional, que incluya a todos los altos cargos, "con sus nombres", para reestructurarla y crear una nueva, más reducida.
Diego se propone así cumplir el compromiso que ha asumido en estas elecciones de reducir a la mitad el número de altos cargos y a ocho las consejerías y de fusionar las más de 60 empresas públicas del gobierno de coalición PRC-PSOE.
El presidente del PP ha encargado un segundo informe, en este caso político, sobre los resultados en los ayuntamientos, que elaborará el grupo de organización.
Este estudio hará hincapié en aquellos municipios en los que ningún partido ha obtenido mayoría absoluta, donde el presidente del PP quiere que gobierne la lista más votada.
Dejar gobernar a la lista "más votada"
Diego ha dicho que le gustaría que en todos los partidos se "implantara" el principio de dejar gobernar a la lista más votada, "en coherencia" con lo que el PP "ha dicho y ha hecho" en ayuntamientos como Torrelavega y Camargo en la última legislatura.
"Yo lo respetaría allí donde corresponda y me gustaría que se respetara allí donde corresponda también, pero de no ser así, pues todos jugamos", ha apostillado.
El presidente del PP de Cantabria ha empezado la jornada como todos los días, llevando a sus hijas al colegio, y después se ha trasladado a la sede del partido, donde ha encargado el informe político y el de gestión.
Después, ha puesto rumbo a Madrid, para participar en una reunión del Comité Nacional del partido y reunirse con el líder del PP, Mariano Rajoy.
Una noche histórica
Miguel Ángel Revilla no acababa de creérselo. El presidente había prometido anticipar el resultado de las elecciones siete minutos después de las nueve de la noche. Pero llegó la hora y no compareció. Dieron las nueve y media y tampoco. A esa hora, las webs oficiales del Ministerio del Interior y del Gobierno de Cantabria ya le asignaban al PP la mayoría absoluta y al PSOE una catástrofe sin precedentes. A las diez, Revilla reconocía por fin, armándose de valor, que iba a suceder lo inevitable: el cambio político en Cantabria después de ocho años de Gobierno PRC-PSOE.
El Partido Popular de Ignacio Diego festejó anoche un triunfo histórico, el hito de los 20 diputados que ha permanecido inalcanzable desde que el Parlamento de Cantabria tiene 39 escaños (hace 24 años), casi un imposible según el criterio de los analistas políticos. Un triunfo inapelable: en el Parlamento, desde luego en el feudo santanderino de Íñigo de la Serna, pero también en municipios tradicionalmente dominados por el PSOE, como Torrelavega, Camargo, Santoña o Castro Urdiales, el PP hizo notar la fuerza del cambio.
Los populares tenían que sumar muchos miles de votos más que en 2007 para pasar de los 17 diputados actuales a los 20 que necesitaba para hacerse con el poder. El 'tsunami' que se intuía en toda España, pero que en Cantabria se auguraba mucho más difícil por el potente dique de contención que en esta comunidad supone el PRC de Revilla, también llegó finalmente.
Los cántabros han apoyado el cambio con más contundencia de la que aventuraban las encuestas. Un nuevo proyecto político frente al Gobierno regional con síntomas de agotamiento. La estrategia popular de identificar la deriva de la coalición PRC-PSOE con el declinante Gobierno de Rodríguez Zapatero le ha dado resultado.
Revilla y PRC, ante su futuro
El PRC apenas ha podido aguantar el tirón y mantener sus doce diputados, pero con 6.000 votos menos, en una difícil coyuntura: en plena crisis, contaminado por el descrédito de Zapatero, por los fiascos del AVE, de GFB y de Valdecilla y por los efectos negativos de los derribos y de la Ley de Montes. El protagonismo mediático de Miguel Ángel Revilla y el crecimiento orgánico del partido durante los últimos años no ha dado para más.
Revilla, a sus 68 años, ya no podrá cumplir su tercer mandato presidencial, que habría supuesto otro hito en la historia de Cantabria. El desalojo del Gobierno crea una gran incertidumbre sobre su futuro político y el de su partido.
El derrumbe del PSOE de Cantabria ha superado las peores expectativas. El batacazo que le dejó con diez parlamentarios en 2007 se ha quedado corto ante esta nueva debacle que reduce su representación a siete escaños. De nuevo, los esfuerzos de Dolores Gorostiaga por 'vender' los logros de su acción de gobierno han resultado baldíos. Tampoco el poderío electoral de sus alcaldes históricos ha servido para aliviar la catástrofe electoral, igual que en el resto de España.
El PSOE no necesitará debatir esta vez si merece la pena seguir en el Gobierno para que el PRC obtenga todos los réditos. A los socialistas les toca pasar a la oposición y afrontar un duro debate interno. Los críticos se preparan para pedir cuentas a Dolores Gorostiaga y a su entorno. La secretaria general, que cumple su último mandato orgánico y que ya no volverá a ser candidata autonómica, está obligada a facilitar ese proceso de 'refundación' más temprano que tarde.
Una vez más, sólo PP, PRC y PSOE obtuvieron representación parlamentaria, aunque IU-IA acreditó un notable crecimiento.
La rotunda y difícil victoria del PP otorga un gran crédito político a su líder, Ignacio Diego, que acudía al 22-M como a un ultimátum: ganar, lograr la mayoría absoluta o dar un paso hacia al costado.
En la primavera de 2007, en su primera oportunidad como candidato regional, con el partido recién salido de un proceso de renovación profundo y en un tiempo de plena bonanza económica que favorecía al poder establecido en Cantabria y en Madrid, Diego obtuvo un resultado decepcionante, peor que el de José Joaquín Martínez Sieso cuatro años antes. Un triunfo cómodo y rotundo de la coalición socio-regionalista, y esencialmente, de un pletórico Miguel Ángel Revilla.
El compromiso de Diego
Sin embargo, en estos cuatro años Diego ha liderado un exhaustivo acoso en el Parlamento y en la opinión pública contra la gestión gubernamental, que ha calado en la sociedad. Ahora le toca llevar a la práctica el proyecto político que ha divulgado a lo largo de la campaña, convencer a la sociedad de que el PP tiene una idea sólida de gobierno y un equipo capaz para ejecutarla en una coyuntura de crisis.
'Empleo y buen gobierno' ha sido el lema-compromiso del PP para estas elecciones. Depurar la Administración, la estructura gubernamental y las empresas públicas, crear las condiciones para generar puestos de trabajo, reducir impuestos y crear incentivos en una política consensuada con el ámbito empresarial, un objetivo que en este momento parece más complicado por la crisis interna en la CEOE.
El Parlamento de Cantabria se constituirá el 16 de junio y la toma de posesión del Gobierno no debiera dilatarse mucho. Es pronto para saber quienes formarán el Gobierno del PP, pero ya hay un nombre seguro: la diputada y jefa de campaña del PP, María José Sáenz de Buruaga, a quien Diego ya ha designado como su vicepresidenta.
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