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Entrevista al presidente electo de cantabria

«Tendré un margen de maniobra mínimo los dos primeros años»

Ignacio Diego dice que «probablemente haya que intervenir en todas las empresas públicas de Cantabria. Las que no cierren por improductivas deberán reducir su tamaño o reorganizarse»

Gonzalo Sellers

Lunes, 30 de mayo 2011, 01:04

Ignacio Diego se sentará en el sillón del que ha sido su rival político durante las últimas dos legislaturas. El presidente del PP cántabro relevará a Miguel Ángel Revilla al frente del Gobierno regional tras una peregrinación en el desierto que terminó el pasado 22 de mayo, cuando las urnas le concedieron el ansiado diputado número 20 en el Parlamento. Un escaño que se traduce en una mayoría absoluta imposible de anular con un pacto entre PRC y PSOE, y que se une al récord de votos alcanzado por los populares en Santander y a las victorias en feudos antes inalcanzables, como Torrelavega, Camargo y Santoña. En un largo encuentro informativo en la sede de EL DIARIO MONTAÑÉS con el director del periódico, José Miguel Santamaría, y cinco periodistas más, Diego dibujó un escenario de futuro en el que la austeridad, los recortes en las empresas públicas y la recuperación del turismo y la construcción son algunas de las recetas que el nuevo Gobierno manejará para gestionar la crisis e intentar rebajar la cifra de 46.000 desempleados que tiene actualmente Cantabria.

Tiene entre las manos la mayor concentración de poder que el PP ha disfrutado nunca en Cantabria. ¿Cómo se gestiona este éxito?

En primer lugar con prudencia y siendo conscientes de que debemos dar ejemplo de los principios y valores que queremos transmitir. El hecho de contar ya con ayuntamientos como el de Santander y Camargo servirá para que podamos implantar, en el marco de la más absoluta de las coordinaciones entre las administraciones, las medidas que queremos poner en marcha.

¿Qué cambios quiere hacer en la región?

Tenemos adquiridos una serie de compromisos que van en la línea de lo que hemos llamado buen gobierno, esa transparencia que irá acompañada del establecimiento de normas con rango de ley en el Parlamento. También intentaremos consensuar, en el marco de la Federación de Municipios, normas de transparencia que sean de aplicación en los ayuntamientos de Cantabria. Esas prácticas redundarán en austeridad y ahorro en los municipios. Nos comprometernos a dar a los cántabros unos marcos fiscales que garanticen estabilidad en periodos largos y que atraigan inversión.

Durante la campaña ha adquirido un firme compromiso contra los impuestos, pero tampoco se prevén grandes ingresos. Todo hace prever una política de recorte de gastos, ¿por dónde irá encaminada?

En primer lugar quiero quitar temores a la gente, vamos a intentar evitar que se tengan que aplicar más medidas duras como las que hasta ahora han sufrido. Lo que yo quiero hacer es otra cosa distinta. Que sean, en primer lugar, los políticos gestores los que se apliquen los principios de austeridad. Ellos y sus entornos inmediatos. Con ese ejemplo conseguiremos que los demás se impliquen y así, entre todos, lograremos ahorrar.

Pero ya ha adelantado que en las empresas públicas sí habrá que meter la tijera.

Y lo sostengo. Hay que reducir el tamaño de las empresas públicas, pero no lo vamos a hacer siguiendo ningún principio sectareo ni tampoco arbitrario, sino de forma razonada y fundamentada, con argumentos.

¿Será necesario intervenir en todas?

Probablemente sí. Aquella que no sea cerrada por innecesaria o por improductiva, que alguna habrá, tendrá que reducir su tamaño, reordenarse, reorganizarse o fijar nuevos principios objetivos. Pero todo eso nacerá fruto del análisis de cada uno de ellas.

¿Hay alguna que preocupe especialmente?

Sí, Sodercan, que es la más grande y la más trascendente. Me preocupa y necesito conocer todos los compromisos que tiene, toda su estructura, los objetivos que se ha fijado a corto y a medio plazo. Necesito conocer qué es hoy Sodercan. Otras que también tienen prioridad son MARE y Cantur.

Ha confirmado que se realizarán auditorías en ellas, ¿qué espera encontrar?

En primer lugar, todos los papeles, discos duros y programas informáticos intactos, porque si no fuera así alguien estaría incurriendo en un delito. Y ya nos están llamando funcionarios diciendo que está saliendo más papel del habitual. Se han agotado todas las trituradoras de papel en el sector de ventas y la demanda de discos duros portátiles está siendo muy alta. Hay que recordar a la gente que de los despachos sólo se pueden llevar los objetos personales, nada oficial.

Esos recortes, ¿cómo afectarán a la estructura de Gobierno?

Dije en su momento que iba a reducir las consejerías de diez a ocho, y así será. Incluso puedo dejarlas en siete si consigo la segunda línea de directores generales que tengo en la cabeza.

¿Confiará en las mismas personas que lo acompañaron en la oposición?

Voy a seguir confiando en esas personas porque, además, tienen cualidades que les permiten abordar los problemas que encontrarán en las consejerías. Pero también digo que no todos los miembros del futuro Gobierno están hoy en la estructura del PP.

¿Un equipo formado para la resistencia y la defensa vale también para jugar al ataque?

Mi equipo tiene defensas magníficos, que saben ser duros, contundentes y resolutivos y pasar balones al centro del campo. Y tengo un centro del campo muy creativo que, durante esa época de travesía en el desierto, ha sabido transmitir una percepción a los ciudadanos. Y lo hemos hecho no en base a líderes ni figuras individuales, sino en equipo.

Con las auditorías, el clima político tan duro vivido en la legislatura y la búsqueda de responsabilidades puede caer en la tentación de seguir haciendo oposición desde el Gobierno...

No tenemos tiempo para dedicarnos a eso. Lo que sí necesitamos es avanzar, y el conocimiento es imprescindible. No puedo tomar decisiones sin información. Sería irresponsable. Quiero actuar con plena responsabilidad, y por eso tengo que hacer auditorías. Soy un gestor político, quiero ser un gestor que se asemeje lo más posible a un empresario. No quiero que a los empleados de las empresas públicas les entre el pánico, quiero que vean en mí a una persona absolutamente sensata. Al Gobierno no voy con lanzallamas ni con lejía.

Pero puede correr el riesgo de que le entre el pánico si descubre que las cosas están peor de lo esperado.

Por experiencias vitales y personales he aprendido a no tener miedo más que al miedo. Hoy ya, sin saber lo que me voy a encontrar, sé que el margen de movimiento que voy a tener los dos primeros años va a ser, probablemente, mínimo. Y soy consciente de que desconozco mucho de cómo está la situación.

Valdecilla y el AVE son dos temas con los que el PP ha dado mucha guerra. ¿Que margen de maniobra tiene ahora con ellos?

Voy a ser consecuente y llevar al Parlamento un calendario con prioridades. Toda la escenificación del AVE ha sido un cuento, una permanente mentira pactada entre Revilla-Gorostiaga y Zapatero. Les ha servido para distraer la atención del resto. Valdecilla es una prioridad y no lo digo sólo yo. Tengo la certeza de que la gente quiere las dos cosas, pero Valdecilla antes que el AVE. Lo que tenemos que hacer es ir a La Moncloa y recordar que hay un convenio, no un protocolo ni un papeluco, que recoge un presupuesto de 206 millones de euros, tres fases, finalización en 2007 y comisión paritaria de seguimiento. Esa es mi prioridad.

¿Lo complicará la situación económica?

Ahora hay menos recursos, no nos vamos a engañar, pero algo habrá porque otras comunidades se lo llevan. Cantabria está mirando para el cielo esperando que caiga algo, y cuando cae, cae pedrisco. Voy a pedirle al presidente del Gobierno central que me reciba y no voy a llevar anchoas, el que las quiera que se las gane. Lo que sí llevaré será la Constitución, donde dice que todo ciudadano tiene los mismos derechos. ¿Por qué se acaban los hospitales en otras comunidades con fondos del Estado y aquí no?

¿Se lo exigirá de la misma manera a Rajoy si gana las elecciones generales?

Por supuesto. Tengo una ventaja sobre Revilla, a mí no me han puesto Rajoy ni Zapatero, sino los cántabros, y sólo respondo ante ellos.

¿Sólo reivindicará Valdecilla o tamién el AVE? ¿Uno antes que otro?

Primero Valdecilla, y luego hablamos de hacer avanzar inmediatamente el AVE en la tramitación administrativa, que nos va a llevar dos años mínimo. Pero es que también necesito que las obras de la autovía A-8 se terminen antes de que empiece el AVE o estamos apañados.

Parece que ese AVE que centró el debate político durante años pasará en esta legislatura a un segundo plano.

Va a tener protagonismo, pero sólo el que puede tener. Hacen falta dos años de papeles, de tramitaciones. A la gente se le ha engañado. Se le ha dicho que en 2015 habrá un AVE con Santander. Si para atravesar el Puerto de Pajares, en Asturias, 24 kilómetros como los que separan Reinosa de Los Corrales, llevan siete años y cuatro meses y no han terminado... En menos de 9 años es imposible que tengamos AVE ni con todo el dinero del mundo.

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