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Ana Cobo
Jueves, 9 de febrero 2012, 14:34
El Ayuntamiento de Arnuero ha recibido el diploma que acredita la designación de Acantilados de Quejo como Sendero Litoral Educativo 2011. La concejala de Cultura, Carmen Pérez, recogió la distinción de manos de los representantes de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) durante la celebración del congreso Playas bandera azul que tuvo lugar recientemente en Getxo, en Vizcaya.
La Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, concedió esta distinción al Ayuntamiento de Arnuero en el marco del programa Playas bandera azul que desarrolla ADEAC. Es el único municipio de Cantabria que ha recibido este reconocimiento que también se ha concedido a otras 11 localidades españolas, recordó la concejala.
El sendero, de algo más de 4 kilómetros de distancia y 1,5 metros de anchura, comunica las playas de Quejo con La Arena, en Isla, y la ría de Castellanos, y forma parte de los caminos de la Naturaleza y la Historia del Ecoparque de Trasmiera y del Plan Especial de Sendas del Litoral del Gobierno de Cantabria.
El sendero comienza en la playa de Arnadal y discurre por pastizales, por la parte superior de los acantilados, junto a zonas de pradería y bosques de encinas, y finaliza en la playa de La Arena. Un recorrido de suaves pendientes, a lo largo del cual se puede contemplar un fantástico paisaje de acantilados y se puede descender al observatorio de aves marinas y cetáceos de Punta La Lastra, de titularidad municipal, y un lavadero en desuso, de alto valor etnográfico.
Además está documentada la existencia de edificaciones vinculadas a la caza de ballenas, como La Atalaya en lo alto del Cabo de Quejo, desde donde se divisaba el paso de ballenas y, mediante señales de humo, se avisaba a los marineros de su presencia en la costa para salir a su captura.
Por otro lado, existió la Casa de las Ballenas, que fue propiedad del Concejo de Isla, y sirvió para administrar la pesca de ballenas, en cuyo beneficio intervenía una parte importante de sus habitantes. Hoy en día se puede visitar la ermita de San Sebastián, punto de obligada de parada para quienes peregrinaban a Santiago de Compostela por el denominado Camino del Norte. Asimismo, las cetáreas naturales, aprovechando oquedades naturales existentes en las rocas, han sido utilizadas desde hace años como viveros de langostas y otros crustáceos.
Los caminantes también pueden conocer el Cabo de Quejo, que es el saliente más norteño del litoral cántabro junto al cercano Cabo de Ajo, en el que se instalan colonias de aves marinas, entre las que destacan el paiño europeo y el cormorán moñudo, y aves rapaces como el halcón peregrino, milano y gavilán.
La senda es practicable para bicicletas de montaña, si bien por la propia orografía del terreno, el ciclista tendrá que hacer frente a fuertes rampas. Además, en la playa de El Sable y La Arena existen dos puntos de aparcabicicletas.
Este sendero ha servido para desarrollar el proyecto Arena, consistente en unidades didácticas del medio natural que se utilizó de material curricular de los centros de enseñanza tanto en las unidades docentes impartidas en los colegios como en visita al territorio
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