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María de las Cuevas
Sábado, 9 de junio 2012, 03:41
Marlango, la banda de Leonor Watling, ha sido la última en suspender su actuación, prevista para este sábado en Escenario Santander; tampoco veremos el monólogo de Dani Mateo. Pesos pesados que se caen de la programación de Santander y que se suman a Leiva, aplazado; Estopa, cancelado; Bebe o Andy y Lucas, lo mismo. El rumor no ha tardado en extenderse: la "poca venta en taquilla" provoca la huida en estampida de los artistas. No se dice abiertamente, pero "está en boca de todos", según señalan algunos de los productores cántabros con más experiencia.
Analizamos de la mano de cuatro productoras fuertes de la región el panorama festivalero de este verano 2012 en Cantabria, y si corre peligro.
Parece lógico que si la crisis afecta a todos los sectores empresariales, también llegue a los escenarios, y, también, que sea la falta de venta de entradas el motivo que empuja a los artistas a huir en estampida: antes que perder dinero y prestigio por el poco tirón es mejor hacer mutis por el foro.
Sin embargo pueden ser otros los motivos que provocan la cancelación de un artista: "incompatibilidad de agenda o que les surjan giras en Latinoamérica, algo muy frecuente", insisten los promotores ... "pero sí, también la falta de taquilla es un motivo", terminan por reconocer.
En este verano que está a la vuelta de la esquina se celebrarán menos conciertos que en anteriores , aunque será el verano de 2013 "cuando se notará una fuerte reducción de festivales punteros a nivel nacional que desaparecerán del panorama. La caída de eventos importantes puede llegar a alcanzar un 30%".
La Industria musical no habla de problemas, incluso ve la ecuación CRISIS = OPORTUNIDAD, como es el caso de Gen Art Company, cuya experiencia es que, "el número de conciertos ha caído este año por la crisis, pero gracias a ello el público no se reparte tanto, así que los eventos que organizamos concentran a más público". Esta es la forma de ver el vaso medio lleno del productor de esta compañía, Ernesto Castañeda.
Guillermo Vega, de Mouro Producciones , resumen el año como "el más difícil, sí, pero también el que más ilusión, trabajo y ofertas estamos sacando", asegura. Responsable de organizar el Amstel Música en Grande , informa de que la venta va mejor que anteriores ediciones, "ya hemos vendido 800 entradas, es decir, más que nunca en estas fechas".
Estas son diferentes perspectivas del mundillo, todas ellas positivas. La visión de Txuso Colás, director creativo de Imago producciones , es que este verano de 2012 la cosa pinta "mejor que nunca". "Las subvenciones se han cortado pero eran siempre para los mismos, así que supongo que ellos sí lo estén pasando peor porque no habían apostado por hacer cosas a empresa, arriesgando el dinero. Nunca he tenido menos competencia que este año". Colás añade que "los ayuntamientos han dispuesto de un gran presupuesto para traer conciertos gratuitos de grupos muy potentes pagándoles cachés astronómicos imposibles de asumir por una empresa; pero esta etapa ya se ha acabado".
Ernesto, Gen Art Company, va más allá y dice que, "España hemos estado demasiado al servicio del dinero público lo que ha sido un error. Las personas que formamos la industria musical hemos consentido exponer a los artistas a conciertos gratuitos que pagaban los ayuntamientos porque los políticos encontraron en ello una fórmula para alcanzar sus intereses. Esto ha generado un público que no está acostumbrado a pagar", y para los productores una competencia difícil de batir.
"Ha habido muchos conciertos capricho" pagados a golpe de talonario público -añade Castañeda-. "Cada uno sabrá por qué lo ha hecho, en función de qué interés. Cuando el dinero público deja de apoyar los conciertos -como ocurre ahora-, te das cuenta de que no existe en España una industria musical sólida".
Siguiendo con la idea de buscar el lado bueno de la crisis, otro aspecto es que "se hace limpia en el sector musical", apunta Castañeda, es decir que, "se acaba con el intrusismo en la profesión. Quien veía en esto una fórmula de hacer dinero fácil ahora tendrá que dejarlo si no es un profesional. Hoy solo aguanta en este mercado el que arriesga".
Pero el panorma festivalero no corre peligro y las productoras que disfrutan con su trabajo programan convencidas de que el lleno será total este verano de 2012. Lo lograrán, dicen, con algunos cambios en su forma de trabajar como: no repetir artistas de años anteriores y apostar por grupos que tengan puesta escena.
Se necesitan nuevas fórmulas para asegurar ventas: "Lo que ya no llena es traer artistas que han venido otros años", explica Nacho Diegón, de Huesos de Portobello. Si no hay dinero el poco que haya no se va a destinar a un artista que ya se ha visto. Las medidas para enfrentarse a la crisis también pasan por "estar muy pendiente de los gustos del público; hay que saber qué es lo que el público quiere sin desviarse. Nuestras nuevas apuestas son traer ritmos exóticos y el swing, que llama a taquilla", afirma Digón.
"Toca agudizar el ingenio y restructurarlo. Empezar desde la base para crear un tejido que se sotenga por si mismo sin dinero publico", añade el de Huesos de Portobello.
Retrato robot del público
El panorma musical ha cambiado mucho empezando por el público que, "cada vez está más interesado. La gente en Santander aprecia más los directos como una experiencia que hay que vivir y que cuesta un dinero", señala Castañeda. Sobre los cachés no hay acuerdo: para unos los artistas han bajado sus precios de astronómicos a mundanos, pero para otros, como asegura Guillermo Vega, "los cachés no han bajado ni un euro". La productora Gen Art señala que, "Los artitas tendrá que demostrar su capacidad de convocatoria, ya no sirve 'cobro equis al cuadrado' si no llenas la sala".
Escenarios como setas
En Santander han aumentado los escenarios donde celebrar conciertos. "Nunca ha habido tantas salas de cociertos en Santander como ahora, ni tanto interés entre sus habitantes", destacan desde la productora Huesos de Portobello . Crece la afición a la música y se han ganado escenarios nuevos. Más locales y bares y disco que programan conciertos todas las semanas. Solo falta, dice Nacho, "un poco más de orden en las agendas de todas las salas".
Con Escenario Santander se ha ganado un sitio muy fuerte en la ruta de la programación. A ésta se une la sala Rocambole y Kudeta, dos salas de tamaño medioque se han unido a la programación semanal. Además, del Palacio de los Deportes.
La calidad riñe con la cantidad
El gran debate es si la cantidad debe primar por encima de la calidad. "Conciertos a los que acude masivamente el público y que son un fenómeno social silencian otros que son más minoritarios pero que son cultura", plantea Nacho Digón. "Hay que diferenciar cultura de ocio, y apoyar más la primera. Este punto debería tenerse más en cuenta para que Santander entre dentro del "turismo musical" que genera muchos beneficios".
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