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El almirante general Fernando García Sánchez en el balcón de la Delegación de Defensa. / Roberto Ruiz
«El portaaviones "Príncipe de Asturias" será desguazado en breve»
Fernando García Sánchez | Jefe de Estado Mayor de la Defensa

«El portaaviones "Príncipe de Asturias" será desguazado en breve»

Los recortes no afectarán a la capacidad operativa de las tropas en el exterior, pero obligarán a cambios en las Fuerzas Armadas con alguna baja como la del buque insignia

M. Á. Pérez Jorrín

Viernes, 27 de julio 2012, 16:53

«El principal enemigo de España es la crisis económica» sostiene Fernando García Sánchez (Granada, 1953) almirante general y jefe de Estado Mayor de la Defensa desde diciembre de 2011. Y la crisis obliga a decisiones drásticas, desde enviar al desguace «ya, en breve» al portaaviones "Príncipe de Asturias", buque insignia de la flota, hasta a trasladar a Australia el buque de aprovisionamiento de combate "Cantabria" para que concluya allí el adiestramiento y la puesta a punto junto a la Armada de este país, que paga los gastos y, de paso, evalúa la posible compra de un barco similar. Y sólo hay una línea roja, de momento, para los recortes: las tropas que participen en las misiones en el exterior no los padecerán, aunque haya repliegues «siempre aconsejados por la situación en los diferentes lugares».

-¿Han llegado al límite los recortes de presupuesto o aún hay margen? ¿Está garantizada la operatividad de las tropas en el exterior?

-Como ya dijo el ministro, las reducciones presupuestarias de Defensa han supuesto que haya que extremar los controles y mejorar la eficiencia. Desde el punto de vista de la operatividad se resume en que nos concentramos fundamentalmente en las fuerzas que tenemos que desplegar en el exterior, que se preparan y se alistan al 100% para que estén al máximo nivel en material y personal. Esto hace que el resto de los recursos tengan que repartirse entre las otras unidades: ahí están los problemas, en la disminución que hay que aplicar para mantener las misiones en el exterior. Este es el efecto fundamental de los recortes y lo que hace difícil mantener estas capacidades si se siguen reduciendo los presupuestos.

-En esas dificultades de mantenimiento destaca una, el portaaviones "Príncipe de Asturias", en este momento paralizado. ¿Cuál será su futuro?

-El "Príncipe de Asturias" se va a desguazar ya, en breve. Es un proceso lógico del ciclo de vida de estas unidades. Tenía que ocurrir y no estaba previsto en los planes de la Armada someterlo a una renovación. Le sustituirá el " Juan Carlos I".

-¿Podrá llevar a cabo las mismas funciones?

-Hace funciones diferentes en algunos aspectos. Como portaaviones tiene menos capacidades que el "Príncipe de Asturias", pero tiene capacidades de transporte estratégico y puede hacer funciones de buque anfibio, dos cualidades que no tiene el "Príncipe de Asturias". Lo básico, el poder utilizar el ala fija embarcada (la flotilla de aeronaves de la Armada) se mantiene.

-El BAC "Cantabria" estará en Australia de febrero a noviembre, navegando para la Armada australiana, que correrá con los gastos. ¿Medida de ajuste inteligente , operación comercial para la venta de barcos similares...?

-Los periodos de crisis tienen una cosa buena: son periodos de oportunidad y favorecen extremar el impulso para trabajar con la máxima eficiencia, compartiendo medios. Las capacidades del "Cantabria" como buque de apoyo las utiliza Australia y es una oportunidad para España que, con menor coste, puede mantener adiestradas las tripulaciones y al buque en un nivel operativo máximo. Es una evolución provocada por la crisis para obtener una mayor eficiencia en medios.

-La mitad de los efectivos en Líbano se retiran. ¿Se puede mantener el esfuerzo en el exterior con estos recortes?

-La reducción de tropas en Líbano responde, además de a cuestiones de ahorro, a la revisión estratégica de la ONU en la zona, que permite que la tutela internacional sea menor y mayor el papel del ejército libanés. Con la situación presupuestaria actual podemos mantener el nivel de ambición que tenemos, que es desplegar a la vez 7.000 hombres en distintos teatros de operaciones; aunque ahora hay autorizados únicamente 3.000 soldados.

-¿Se estudia un reajuste drástico en las fuerzas armadas?

-Estamos en un continuo proceso de reajuste que no culmina nunca. Dentro de la crisis actual hay una oportunidad de impulsar la transformación, reduciendo estructuras para lograr una fuerza necesaria para resolver los compromisos de España; potente, móvil, estratégica... Es una transformación obligada no por la crisis sino por las demandas de eficiencia. Quizás la crisis hace más urgente estas transformaciones.

-¿Incluirá el cierre de unidades?

-Incluye reajustes que supondrán cierre de unidades, integraciones o aparición de nuevas unidades. Habrá que potenciar los aviones espías, la inteligencia, las comunicaciones... Y la estructura tendrá que adaptarse a estos nuevos estilos. Estamos estudiándolo en este momento.

-¿Seguirán siendo una buena opción laboral las fuerzas armadas?

-Las fuerzas armadas tienen un futuro laboral muy interesante para cualquier joven. Hay que tener espíritu de sacrificio, servicio y entrega a la sociedad. Aquí se entra para servir a la sociedad y para defender unos valores que yo creo que están en alza entre la juventud -quizás soy muy optimista- como la disciplina y la lealtad. Además, y en el plano meramente laboral, facilitan unos modelos de carrera que se pueden seguir y muchas posibilidades para elegir.

-La Asociación Unificada de Militares Españoles ha dicho que no se quedará de brazos cruzados tras la supresión de la paga extra, ¿qué le parece esta declaración?

-Los recortes salariales siempre son muy dolorosos, sobre todo con sueldos como los de los militares y los funcionarios, que están muy ajustados. Yo creo que todos tenemos que ser conscientes, incluidas las asociaciones de militares, de que la mayor amenaza que tiene ahora España son las derivadas de la crisis económica, una crisis muy grave que nos obliga a sacrificios individuales y colectivos que hay que aceptar. Hay que sacrificarse por el bien de España.

-Usted suele recordar sus visitas acompañando autoridades al Museo Naval de Madrid y las reacciones que suscitaba lo que allí se muestra. ¿Cómo cree que se valora la historia de España en este momento?

-En España tenemos un gran déficit de conocimiento de nuestra historia, lo cual es preocupante Desde el punto de vista del orgullo de ser español y de pertenecer a una sociedad que ha hecho grandes cosas, el desconocimiento evita la posibilidad de mantener un tono positivo. Nos han educado para asumir de forma vergonzante las leyendas negras y nos hemos olvidado de valorar los grandes hechos, lo que España ha aportado a la civilización occidental. A veces nos sentimos avergonzados de nuestra historia, cuando es espectacular. Uno de los efectos más grandes que produce el Museo Naval de Madrid es que cuando los visitantes ven las gestas de los navegantes y marinos españoles se quedan boquiabiertos. Yo les solía recordar la importancia de España -los Estados Unidos de hoy, les comparaba-. Nuestra sociedad no es consciente de eso.

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