Los mayores se rebelan contra el cierre de su club social

Los mayores que visitan a diario el Club Social de Caja Cantabria en Los Corrales de Buelna están preocupados por el posible cierre de unas instalaciones que vienen funcionando desde hace más de medio siglo en la localidad. El portavoz de las personas que habitualmente acuden a ese centro, Eduardo Fernández Solar, explicó ayer que no quieren dejar pasar el tiempo sin hacer nada en defensa de su punto de reunión, formación y diversión y anunció que en una semana han recogido más de 200 firmas solicitando a los nuevos gestores de la entidad financiera que se mantenga abierto.

Dijo que ante los rumores extendidos de que la Obra Social de Caja Cantabria estaba cerrando centros de ese tipo y que esa política podía llegar a afectar al de Los Corrales de Buelna, se pusieron en marcha. Redactaron un escrito y comenzaron la recogida de firmas. En su exposición, recuerdan que el Centro Social de Los Corrales de Buelna se abrió en los años 60 y que desde entonces han sido miles de personas mayores del pueblo las que han aprovechado sus servicios, unas magníficas instalaciones pensadas en el ocio y formación de los vecinos de Los Corrales de Buelna.

Una generación tras otra ha pasado por el primer piso de la Avenida José María Quijano, encima de lo que fue la oficina principal de Caja Cantabria antes de trasladarse al centro. Ahora, con los recortes, parece que esto es mucho gasto y hay que quitarnos lo poco que nos queda, pero a nosotros eso nos podría llevar a tomar otras medidas, como la retirada de nuestros depósitos. Así pues, los mayores de la Obra Social de Los Corrales de Buelna están no solo preocupados por esta situación, también están decididos a luchar por su centro. Reconocen que se ha convertido en el comentario preferido en las tertulias y las partidas que a decenas se juegan cada día en un local que recibe la visita, diaria, de cerca de un centenar de personas.

De momento lo que piden es una respuesta para acabar con nuestras dudas, evitando en lo posible que nuestras relaciones humanas, y a esta edad ya no son muchas, la formación y el entretenimiento no acaben donde los rumores dicen que acabarán, en la basura.