Once horas de desafío nocturno

Salvador Calvo no tuvo rival en el I Desafío Cantabria. Ni los 138 rivales que salieron de San Vicente de la Barquera, ni los 87 kilómetros de dureza extrema a través de las montañas cántabras, ni tampoco los 12.000 metros de desnivel acumulado pudieron con este leonés de 50 años que necesitó 11 horas y 43 minutos para superar la distancia que unía el mar, la playa de El Tostadero, lugar desde dónde arrancó la carrera, con la montaña, Espinama, donde el veterano ultrafondista levantó las manos en señal de victoria. «Ha sido más dura de lo que esperaba. Incluso he tenido una caída en Ullances», manifestó Calvo tras cruzarla línea de meta 24 minutos antes que Rafael Martín (12.07.01), de Madrid, y 39 minutos primero que Sergio Aramendía (12.22.12), de Navarra. El vencedor corrió más que nadie a través del macizo Central de Picos de Europa para llegar al refugio de Áliva en solitario y disfrutar de la soledad del corredor de fondo más que nunca. No hay montaña que se le resista a Salvador Calvo, recién llegado de otra locura, la Gran 2grand, prueba de 270 kilómetros por etapas en el Cañón del Colorado sin ayuda, sin guías ni avituallamientos. Ayer, 107 fueron los corredores que lograron finalizar la prueba y 32, los retirados. La primera mujer en superar el Desafío fue Mar Ferreras, con un tiempo de 14.28.11.

Su victoria se cimentó en la parte técnica de la prueba.La primera mitad del recorrido. Fue muy rápida. Se destacó un grupo de seis participantes, entre los que se encontraban los que a la postre ocuparon los tres primeros puestos. De esta manera se llegó hasta el Alto de Bielva. La climatología respetó a los valientes.La previsión que anunció lluvias no se cumplió e, incluso, la temperatura fue agradable durante la madrugada del viernes al sábado, cuando se desarrolló la carrera. El barro y la humedad sí que hicieron de las suyas en su tarea de mermar las fuerzas de los competidores. Al llegar a la zona del Macizo Central de Picos, el ganador de la prueba impuso un ritmo muy alto, que unido a su experiencia impidió a los compañeros de fuga acompañarle. Calvo vio amanecer en solitario y fue el primero en pasar por el Collado de Cámara, uno de los puntos más bellos y de mayor dificultad de la prueba. Pasó por el recuento con más de media hora sobre su más inmediato perseguidor, Rafael Martín, que terminaría segundo en Espinama. La primera mujer fue Mar Ferreras, que a esa altura de la competición ya marchaba en solitario.

El final, lo más duro

La parte final fue la zona más exigente del recorrido. A pesar de la abundante nieve caída en Peña Vieja, que impidió ascender a la cumbre, el terreno alternativo previsto por la organización resultó más duro. La Horcadina de Covarrobres, El Collado de Valdecoro y Los Invernales de las Verrugas hicieron de jueces para el resultado final en Espinama. «Espectacular», fue la definición del ganador delDesafío cuando le preguntaron por lo que había visto en once horas de carrera. Aurelio Lavín, décimo clasificado absoluto y primer cántabro, destacó a la gente con la que se encontró en el recorrido.«Nos animaban al paso. Era precioso y emocionante».

Finalmente, Pablo Criado, responsable técnico de la prueba, se mostró satisfecho por cómo se había desarrollado todo. «Estamos contentos. Ha sido la primera edición y mejoraremos algunos aspectos, pero hemos apostado por un número de atletas y por un tipo de carrera, y los comentarios de los participantes son el mejor premio».

156 personas de organización, 2.900 banderines señalizadores, mas de 7.000 metros de cinta balizadora, 4.000 metros de baliza reflectante y 2.000 metros de lana reflectantes, se necesitaron para habilitar el terreno y velar por la seguridad. Son los datos a superar en la próxima edición, ya que el I Desafío Cantabria nace con vocación de continuidad.