El Sardinero estalla contra el Consejo

Se han vivido momentos de verdadera tensión en los aledaños de los Campos de Sport de El Sardinero. Cuando el autobús del Villarreal abandonó el lugar, un grupo de aficionados de los que se encontraba esperando a los consejeros trató de acceder al interior del estadio por la puerta de prensa. Durante la avalancha y la lluvia de objetos, una agente de seguridad fue golpeada por una lata de cerveza en la cara y ha tenido que ser atendida por los servicios médicos con una visible conmoción. Los antidisturbios se han desplegado en la zona ante el cariz que estaba tomando la situación. Poco a poco, la concentración se ha ido disolviendo.

El único de los consejeros que coincidió con los aficionados verdiblancos fue Manolo Saiz, cuya furgoneta fue zarandeada y pateada por un grupo de seguidores.

Por su parte, José Campos había abandonado el estadio en el descanso y el presidente, Ángel Lavín espero a que la situación se calmase para dejar las instalaciones. Durante el partido, en el campo, acompañándoles, estuvieron los presidentes de las federaciones cántabras de triatlón y tiro olímpico, Federico Campuzano y Luis Pereda, respectivamente.

Cerca de 2.000 aficionados del Racing se congregaron a la espera de la salida de los consejeros, técnicos y futbolistas para expresarles su malestar por la situación, tanto deportiva como extradeportiva del club, tras la contundente derrota frente al Villarreal y la imagen mostrada por el equipo.

Los aficionados se congregaron en la parte del estadio que da acceso a los vestuarios, la prensa y el palco para continuar con la fuerte protesta que se había iniciado durante la segunda parte del encuentro, después de que se desalojase a un seguidor por mostrar una pancarta junto al palco.

Esta acción fue la mecha que encendió al resto del público, que lleva toda la temporada mostrando su disconformidad con la actual directiva del club y que finalmente estalló, hasta el punto de que por un momento pareció haber una tentativa de invasión al campo.

Los primeros en salir del estadio fueron futbolistas canteranos como Luque o Mario, que han recibido el apoyo de los racinguistas. Posteriormente, algunos de los jugadores que han participado en el partido han abandonado las instalaciones, ante la indiferencia de los seguidores verdiblancos.

Los aficionados han aplaudido la salida de los directivos del conjunto castellonense y la marcha del autobús amarillo.