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Vicente Cortabitarte
Lunes, 4 de febrero 2013, 11:22
. San Vicente de la Barquera ha vuelto a recibir en sus orillas a una ballena muerta. Apenas ha pasado un mes desde que otro ejemplar apareciera varado en la playa de Merón y ayer por la mañana se repitió el hallazgo, en esta ocasión en la pequeña cala de Fuentes, situada en la pedanía barquereña de Santillán y en territorio del Parque Natural de Oyambre. Ambas pertenecerían a la misma especie, la yubarta, popularmente conocidas como ballenas jorobadas por su peculiar forma de arquear el dorso antes de sumergirse. Pero la de ayer difiere de la anterior en su tamaño, ya que la primera apenas medía ocho metros y ésta alcanza los 18.
Se trata de un «macho espectacular, con toda probabilidad de la especie yubarta», según un técnico auxiliar del medio natural perteneciente a la Dirección General de Montes, departamento del Gobierno regional que gestiona el parque de Oyambre y que hoy decidirá de qué manera se puede retirar de allí al animal o si se opta por otra solución alternativa.
Alguien que ayer por la mañana pasaba por la playa dio aviso a la Policía Local de San Vicente de la Barquera y enseguida se movilizaron los guardas del Parque de Oyambre y algunos curiosos, que se fotografiaron con la ballena. Todo indica que llevaba un tiempo muerta, «le falta una parte del morro y tiene cicatrices por el cuerpo», aunque su estado de descomposición no es tan avanzado como el de la ballena que llegó a Merón en octubre. La hipótesis que manejan los técnicos es que el fuerte oleaje que hubo en esta zona el miércoles por la noche arrastró a la ballena hasta la playa, después de llevar tiempo flotando a la deriva. «Por la dirección de las corrientes creemos que vendría de la zona de Galicia», cuentan.
Las mismas fuentes indicaron que no está tan claro que sea posible sacar al animal de allí. Para llegar al punto exacto en el que apareció varada hay que atravesar una rudimentaria carretera y superar un acantilado con una altura considerable. Habría que emplear un camión grúa con un brazo extensible y el vehículo tendría que situarse al borde del precipicio para izar al animal. Hoy por la mañana, responsables de la Dirección General de Montes acudirán con miembros de la empresa de camiones Pi Pelayo, la única autorizada en estos momentos para poder transportar al animal hasta la planta incineradora de Meruelo. Allí mismo comprobarán si hay posibilidad de cumplir la misión con éxito o se opta por dejarla en la playa, un extremo que no se descarta si no está garantizada la seguridad del dispositivo.
«Si no se puede, o se deja allí a que siga su proceso de descomposición, o se incinera en la misma playa o se saca despiezada... Hay varias alternativas que hay que valorar», comentaron los técnicos de Montes, departamento que tendrá que correr con los gastos de la retirada del cetáceo.
La presencia de ballenas jorobadas en las costas cántabras es casi testimonial, pues son más habituales los avistamientos de rorcuales comunes. En cincuenta años las ballenas jorobadas varadas en Cantabria no llegarían a la media docena, contando con estas dos últimas.
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