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Santiago Díaz con la maqueta de uno de los proyectos de su grupo empresarial. Foto: Celedonio Martínez.
"Parar la maquinaria económica no es la fórmula para afrontar la crisis"
Santiago díaz, presidente de sadisa

"Parar la maquinaria económica no es la fórmula para afrontar la crisis"

«Me gustaría decir otra cosa, pero no veo ‘brotes verdes’ por ningún lado. Creo que el año que viene podemos acercarnos a los 70.000 parados», asegura el empresario

PPLL

Viernes, 28 de diciembre 2012, 14:50

santander. Santiago Díaz Díaz (El Tejo, Valdáliga, 1945) se convirtió en empresario con 18 años. Un percance sufrido por su padre, un contratista de obras de la época, obligó al joven estudiante de Ingeniería Técnica en Madrid, el mayor de siete hermanos, a volver a casa para empezar a tomar decisiones y asumir riesgos. Ahora, el grupo Ascán-Sadisa tiene 1.300 empleados, factura 200 millones de euros al año, opera en una decena de países de cuatro continentes y paga todos sus impuestos en Cantabria. Casado, dos hijos y cuatro nietos, tiene una mala salud de hierro que cuida con frecuentes caminatas en el campo de golf y se mantiene en plena actividad. En un reciente artículo en este periódico, Díaz ha alzado su voz crítica porque siente el maltrato del Gobierno regional y la CEOE, y su falta de respuesta frente a la crisis y la destrucción de empleo. «Es muy duro tener que mirarle a la cara a un buen trabajador de muchos años a quien conoces personalmente, a él y también a su familia, y decirle que se ha quedado sin trabajo».

-El grupo Ascán-Sadisa ha aguantado la crisis sin las medidas traumáticas que vemos todos los días en el mundo de la empresa. ¿Cómo lo consigue?

-Pues ya con dificultades. La crisis está siendo larguísima, vamos por el quinto año, y cada año es peor que el anterior. Nosotros hemos tenido diez años de gran actividad, y hemos ganado dinero, pero no hemos repartido ni un duro de beneficios a los accionistas, lo hemos reinvertido todo en la empresa. Ha sido un sacrificio grande, pero nos ha permitido llegar vivos al día de hoy. Hemos cerrado el año pasado con beneficios y este año creo que también lo haremos, pero ahora hay un problema extremo de liquidez que supone muchos riesgos para el futuro. Yo no creo en el vuelo horizontal en el mundo de la empresa: o vas hacia arriba o vas hacia abajo. Por eso intentamos expandirnos y con el poco trabajo que hay aquí, pues vamos a trabajar, o intentarlo, a Polonia, a Bulgaria, a Colombia y México, Argelia, Israel y hasta Uzbekistán. Y siempre con nuestra gente, con directivos cántabros. En tiempos difíciles como los actuales, hay que reinventar la economía.

-¿Ve brotes verdes por algún lado? ¿Será 2013 el último año duro de la crisis?

-Yo no lo veo así, me gustaría decir otra cosa, pero objetivamente creo que 2013 va a ser muy grave respecto a la destrucción de empleo y la profundización de la crisis. Creo que el año que viene por estas fechas podemos estar cerca de los 70.000 parados en Cantabria, y eso sería ya un gran problema social.

-La prioridad hasta ahora ha sido es contener el déficit, aun a costa de paralizar la inversión.

- Parar la maquinaria económica y empresarial no es la fórmula para afrontar la crisis. Controlar el déficit, sí, pero no adelgazando el músculo que es el que paga, hay que adelgazar la grasa, la que consume y no paga, o sea, la administración. Si adelgazas el tejido productivo, pasa lo que pasa: menos cotizantes en la Seguridad Social, menos recaudación de impuestos, menos consumo... Y ese es el camino que llevamos desgraciadamente.

-Hace unos días fue excluido del encuentro de las grandes empresas de Cantabria con el presidente Ignacio Diego

-Entiendo que una de las obligaciones de la sociedad, además de votar y configurar una mayoría de Gobierno, es opinar libremente y criticar aquello que merece serlo. El presidente me ha llamado después de esa reunión para decirme que no tenía nada que ver con mi ausencia, que al parecer responde a una interpretación de la CEOE sobre la representatividad del grupo en la organización. Con todo respeto, me parece que es claro y conocido que nuestro grupo, con 200 millones de facturación de media anual, es una de las 30 principales empresas cántabras. A esa reunión han acudido empresas que tienen su sede y discuten sus problemas en Madrid. Quienes tienen que ir son los empresarios cántabros, grandes, medianos y pequeños, pero yo llamo empresarios cántabros a los que pagan impuestos en esta tierra.

¿Sus relaciones con el presidente son difíciles en este momento?

-A día de hoy es público y notorio que tenemos grandes diferencias que ponen en gravísimo riesgo la estabilidad y el futuro de nuestro grupo de empresas, o lo que es lo mismo, de las personas que forman parte de mi empresa, y éste es el motivo de mi presencia actual en los medios públicos. Tengo una certeza: la obligación de un político y de un empresario es pactar. Cuando el empresario y el político llegan a acuerdos, la sociedad se beneficia y cuando navegan de espaldas se perjudican. El instrumento principal en el primer mundo para crear empleo es la empresa. Para hablar en términos marineros, tan importantes son las pequeñas barcas de la bahía como la flota de gran porte, como nuestro gran Banco Santander, porque no hay muchos más de gran nivel. Y también tenemos que ser buenos anfitriones de los barcos de otras regiones, pero sin que nos restrinjan la pesca, que cuando lleguen a la bahía no se lleven por delante a nuestras barcas, no paguen ni el canon y una vez carguen provisiones se larguen con viento fresco. Economía de mercado, sí, pero dando respaldo a las empresas que dejan sus beneficios aquí.

-Entre los desencuentros con el Gobierno, el puerto de Laredo.

El Gobierno ha decidido judicializar este y otros problemas. En este caso, ha pedido en el Juzgado que sea declarado lesivo el acuerdo del anterior Gobierno de establecer una cuenta de compensación para sufragar el desfase presupuestario producido por los daños que causaron dos temporales, unos 30 millones. El propio Ministerio de Fomento acaba de recurrir a este mecanismo para solventar el riesgo de quiebra de las concesionarias de autopistas, porque no supone coste alguno para el contribuyente y el préstamo se devuelve una vez se recupere el ritmo normal del negocio. Para las dos empresas concesionarias, FCC y Ascán, que no contratistas como dice el consejero del ramo, el proyecto ha supuesto ya un quebranto de unos 70 millones de euros. El Gobierno dice que no hay dinero, pero en este caso ya había un acuerdo con el BBVA para financiar la operación en varios años y en condiciones ventajosas. En fin, que donde había una solución han inventado un problema y que cargue con el mochuelo el inversor. Pero quiero dejar una cosa clara: el puerto de Laredo no es nuestro, es del Gobierno. El mejor puerto desde La Rochelle hasta el Cantábrico, con mucho futuro, cerca de la gran demanda del País Vasco cuando empiece a recuperarse la economía. La crisis no va a durar siempre.

Más problemas con el Ejecutivo: Valdecilla, Colegios del Mundo, el Plan Eólico.

La obra de Valdecilla, a cargo de la unión de tres empresas que no han tenido nunca ninguna tacha, respondía a un acuerdo liderado por el propio presidente, pero al mes y pico, cuando se estaba trabajando, dicen que de lo dicho nada y optan por la línea dura de rescindir. Otra frustración, porque suponía una oportunidad de trabajo en estos tiempos difíciles. En el tema de Colegios del Mundo, 55 millones de obra y 300 puestos de trabajo. En los titubeos de la transición de un Gobierno a otro, nos levantaron la liebre. Y Comillas no era un proyecto del anterior Gobierno, quien lo impulsaba era Emilio Botín. Al final llegó Merkel y Colegios del Mundo se está construyendo en Alemania. Y con el tema eólico, a lo mejor, los que se quedaron fuera les han estado soplando al oído para buscar una segunda oportunidad, y los que hemos gastado mucho dinero y esfuerzo nos quedamos colgados de la brocha. En todos estos temas, el Gobierno ha actuado con una visión cortoplacista, los políticos siempre trabajan a cuatro años vista de cara a las elecciones, mientras que los empresarios pensamos más en el largo plazo.

-Su grupo ha trabajado bien con todos los Gobiernos anteriores. ¿Cree que hay algo personal contra usted, y de ahí, todos estos encontronazos?

-He convivido con todos, con encuentros y desencuentros. Ignoro si ahora hay algún problema conmigo. En principio, no lo había. La campaña electoral de 2011 la cerró una foto mía co uno de mis hijos y con Ignacio Diego en un acto del PP. Cuando no quiero que me saquen una foto en un acto, no voy. Está claro que tengo desencuentros con gente del PP, pero también digo que más de uno y más de tres de la dirección del partido me han llamado para decirme que estaban de acuerdo con los planteamientos que exponía en mi reciente artículo.

-En Santander está trabajando mejor: La duna del Mundial de Vela el parking de La Marga, el Centro Botín... Como ciudadano, ¿qué le parece este proyecto?

La relación con el Ayuntamiento es muy buena, con sus matices, Y todos nos sentimos orgullosos de que el alcalde este liderando el movimiento municipal en España, con lo que supone de reconocimiento y de alto grado de interlocución para nuestra tierra. Y el Centro Botín me parece una maravilla, como empresario involucrado y como ciudadano. Es uno de esos proyectos que dignifican la ciudad. Tenemos que apostar por ese tipo de cosas, por un modelo de ciudad de gran nivel turístico y con clase que Santander encarna a las mil maravillas.

-Tiene la intuición de que mantendrá el contrato de las basuras.

-No tengo ninguna intuición. Tengo la confianza de haber hecho una labor intachable. En estos diez años hemos obtenido todo tipo de reconocimientos, el último año entre las cinco ciudades más limpias del país con el esfuerzo de los vecinos. Y estamos también en Camargo, en Torrelavega, en el Bajo Llobregat, en Tenerife, en Galicia... recogiendo el vidrio en 49 ciudades y 1.700 municipios españoles. Somos la única empresa 100% cántabra en el concurso de las basuras. Y este sector es vital para nuestro futuro.

-Ha sido muy crítico con la CEOE y con lo que llama el silencio cómplice en la destrucción de empleo.

Es que en la situación dramática que estamos viviendo hace falta una CEOE representativa, que discrepe y que pacte, pero planteando las cosas como son, crudas y reales, sin contar habaneras ni foto va y foto viene. El Gobierno intervino porque buscaba una CEOE dócil, le dio miedo una CEOE que le iba a decir la verdad. Los políticos tienen que conocer la realidad y así podrán ponerle remedio, pero si la ignoran o les cuentan otra cosa...

-¿Cómo ve la situación del Racing que presidió tantos años? ¿Va a los Campos de Sport?

-Veo los partidos y los sufro, pero no voy al campo. Me resulta muy amargo. La gestión no es buena, está claro, pero también veo mal los episodios de violencia y ese grupo de pequeños accionistas y peñas que quieren manejar una sociedad desde la irrealidad. Si un club tiene un problema de 40 millones, el que quiera darle solución tiene que tener el dinero o quien le respalde. Lo demás es un brindis al sol. Nosotros estuvimos once años en el club, siempre en Primera menos una temporada, y nos costó muchos millones de entrada, aunque casi todas las temporadas las cuentas cuadraron porque acertamos bastante en la compraventa de jugadores. En aquel momento hice una reflexión sencilla de empresario: O adaptas el Racing a sus ingresos, y eso no alcanza para estar en Primera División, o buscas ingresos para estar en la élite. En eso consistía el Centro de Ocio en los Campos de Sport. La inversión, que iba a revitalizar El Sardinero, suponía al tiempo una renta de 1.200 millones de pesetas de la época para el Racing, lo que prácticamente era un seguro para estar en Primera.

¿Le han pedido que vuelva?

No, ni se me ocurre. Yo a todo el que tenía que conocer ya le conocía sin el fútbol, incluido Florentino Pérez. Ni siquiera soy futbolero. Jugué al baloncesto y al balonmano y hasta fui campeón juvenil de lanzamiento de martillo, pero el fútbol no me iba. Me metí en el fútbol por una reflexión equivocada. Me dije: estoy en esta sociedad, llevo una empresa importante, he crecido aquí, algo tengo que hacer por esta tierra. Cuánto lamento no haber hecho con todos esos millones algo más provechoso como un hospital para niños o algún proyecto similar.

-¿Hasta que el cuerpo aguante en la vorágine empresarial?

Pues es posible que hace tres o cuatro años tenía que haber plegado velas, no pensar en los demás y soltar lastre. Tengo cuatro bypass y la tensión por las nubes, así que a lo mejor tenía que haberme parado a esperar a que pasara la tormenta. Pero no sé hacer eso. No lo he hecho en mi vida.

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