Revilla dice que Diego "es un problema para Cantabria"

Todo el mundo sabe que Miguel Ángel Revilla se crece delante de un micrófono. Si, además, su intervención se produce ante un público entregado, el efecto es multiplicador. Su discurso de este domingo en la comida de Navidad del PRC, ante 717 simpatizantes y afiliados, volvió a ser un claro ejemplo. El secretario general del PRCdejó claro que se ve de nuevo presidente de Cantabria en mayo de 2015 «faltan 888 días», dijo porque el PRC es la «única alternativa» a este gobierno «incompetente, pelota, sumiso e inútil» del PP.

En sus cuarenta y tres minutos de intervención no faltó de nada y hubo hasta una «sugerencia personal» contra aquellos alcaldes-diputados del PP (citó Torrelavega, Los Corrales de Buelna y Cabezón de la Sal) que votarán esta semana en el Parlamento en contra de la propuesta del PRCpara mantener el Fondo de Cooperación Municipal. «Hago un llamamiento a la reflexión de nuestros concejales para que defiendan que, si esos alcaldes incumplen la obligación sagrada de defender a sus vecinos en el presupuesto de Cantabria, se les pongan las cosas complicadas y empecemos a mover algún sillón. Que no se piensen que somos hermanitas de la caridad», dijo. Eso sí, aclaró que era una «recomendación», porque este partido «nunca ha dado instrucciones de que es lo que tienen que hacer nuestros concejales a la hora de pactar la gobernabilidad».

La eliminación de los 15,5 millones del Fondo a los ayuntamientos fue criticada reiteradamente por el expresidente regional. «Es un ataque frontal a todos los ciudadanos», denunció. El discurso de Revilla fue totalmente opuesto al de Ignacio Diego en la cena de los populares cántabros. Si el presidente de Cantabria se esforzó por inyectar confianza, vislumbrar brotes verdes en el horizonte y no abandonar el tono optimista de sus últimas intervenciones públicas, el panorama que describió Revilla rozó lo apocalíptico, sobre todo cuando comparó lo que «nosotros dejamos» en el Gobierno «con lo que hay un año y medio después».

Las cuatro grandes promesas y los cien días

En este sentido, recordó que las cuatro grandes promesas (bajar los impuestos, llenar Cantabria de empresas, poner en marcha todas las obras del Estado en la región y atacar de raíz el problema del paro) de «ese que iba a arreglar Cantabria en cien días», en alusión a Ignacio Diego, han sido incumplidas. «Cantabria ha pasado de tener 41.000 parados y de ser la de menos paro de España, junto con Euskadi, a los 55.000 actuales; su deuda del 6% del PIB, la menor del país, al 13,80% actual; y de tener una calificación AA+ a haber perdido las letras. Estamos fuera del abecedario. Nosotros dejamos la región con menos paro, menos deuda y más solvencia», sentenció. El líder regionalista destacó también cómo con su gobierno mejoró la renta de la comunidad en los ocho años que estuvo al frente del Ejecutivo: «Pasamos la región de pobre a rica y pusimos a Cantabria en el mapa».

Frente a ello, Revilla enumeró las «promesas incumplidas» del PP, que ha subido los impuestos «no ha dejado ni uno vivo», ha aplicado el céntimo sanitario y recortado en sanidad, educación y pensiones.

«Dijeron que iban a llenar Cantabria de empresas y las han parado todas», criticó. En este sentido, se refirió a algunas decisiones «que me hacen llorar, como que se hayan cargado el proyecto Comillas». Luego hubo tiempo para lamentar también la pérdida de Colegios del Mundo. «Ese que tenemos ahí del Opus en referencia al consejero de Educación, Miguel Ángel Serna dice que era para extranjeros. Pues claro», exclamó Revilla, antes de dedicar una perla a la canciller alemana Angela Merkel: «Que curioso, ese colegio de Comillas lo hace la señora Merkel, esa tonta lo está haciendo. Que vergüenza». Tampoco faltó una referencia al Hospital Valdecilla: «Cuando nos fuimos había 200 personas trabajando, ahora no veo a nadie». Y a la ausencia de obra pública en la región: «No veo ni una pala», denunció.

«Monaguillo»

Revilla repartió a diestro y siniestro durante su discurso, pero hubo una persona a la que atizó por encima de todo: Ignacio Diego, al que ni siquiera nombró. «Este hombre es un problema para Cantabria. No pide nada, no reivindica, está entregado. Un monaguillo». Incluso, se atrevió a hacer comparaciones con otros presidentes de Cantabria y sus comportamientos: «Hormaechea, con todo lo duro que era, no se movía del escaño, daba la cara. Este es un personaje tonto, prepotente, de actitud chulesca».

El líder del PRC todavía tuvo tiempo para hablar de sus apariciones en televisión y del éxito de su libro: «El más vendido de España con 70.000 ejemplares. Ni Vargas Llosa», bromeó.