Viaje con nosotros a mil y un lugar

Ahí les tienen, en jarras, de espaldas y enseñando perfil. Son Campos, Pernía y Lavín, el Harry. Una alineación de postal. Los tres reyes de Bahréin parecen decirnos no somos Clooney, Wahlberg e Ice Cube pero «viaje con nosotros a mil y un lugar... y disfrute de las hermosas historias que les vamos a contar». Las del Racing y las de todos los lugares exóticos que merezca la pena visitar pues, «quien compra nuestro billete compra la felicidad».

Uno, inevitable, mira de frente a la cámara, chaqueta de cuero por si el crudo frío del Golfo Pérsico empapa su delicada piel. Pernía, por si las moscas, emula al John Wayne de Centauros del desierto y mira con nostalgia la profundidad de campo de esa arquitectura de altos vuelos.

Angel Lavín, el que nunca saca las manos de los bolsillos, sonríe soleado, como ausente, a la espera de un suceso insólito.

Hacen un equipo ideal, incluso la pose válida para cualquier fondo necesitado de humanidad (pirámides, torres, plazas..) responde altiempo: sus tres figuras representan al presente, pasado y futuro.

Campos, algo deslumbrado, desafía al entorno con actitud de perseguir al fotógrafo si fuese preciso cambiar la ubicacion; Pernía ajeno, da la espalda, pero situado en el centro se antoja omnipresente. A Harry parece serle indiferente, mientras esté bien acompañado.

El retrato, uno y triple a la vez, podría ser la portada del disco del centenario o el próximo cartel de una agencia de viajes. Ahí están ellos, con poses nada forzadas, de póster o de calendario, como iconos a la búsqueda de un proyecto perdido. El fondo fálico subraya la dureza del escenario.

Y ellos, Campos, Pernía y Lavín, tres cabalgan juntos, parecen decirnos «viaje con nosotros y podrá encontrar...atractivos monstruos que le sonreirán». Una fotografía con carácter para ahuyentar espejismos. El negocio es el negocio a la hora de adoptar medidas importantes. Un retrato para la historia...de Bahréin, con permiso de Ali Syed.