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Así quedó el autobús tras el accidente./ Foto: Javier Rosendo | Vídeo: Ernesto Sardina
Muere una joven al volcar en Pesquera un microbús en el que iban 25 amigos
La joven fallecida tenía 29 años y era vecina de Pontejos

Muere una joven al volcar en Pesquera un microbús en el que iban 25 amigos

El grupo, que viajaba de Pontejos a Campoo para celebrar un cumpleaños, había alquilado el vehículo para evitarse un problema en la carretera

Nacho González Ucelay

Domingo, 3 de febrero 2013, 19:19

Habían alquilado el microbús precisamente para evitarse un problema en la carretera, que, aún así, decidió buscarles uno en las inmediaciones de Pesquera, en una recta sin peligro aparente, donde el vehículo se salió de la vía y quedó recostado sobre el arcén. Al lado quedaba el cuerpo inerte de Judit Sardón Bedia, de 29 años y compañera sentimental de Víctor, que iba a pasar su cumpleaños feliz con su pareja y 23 buenos amigos. La mayoría de ellos resultaron heridos y tuvieron que ser evacuados en medio de una gran granizada. En helicóptero, en ambulancia... Dantesco.

Muy difícil de explicar, la verdad, el accidente se produjo a las dos menos cuarto de la tarde de ayer en la autovía A-67, cuando el vehículo un microbús Iveco de la compañía Gerardo Ruiz contratado por un grupo de 25 amigos de Pontejos que iba a celebrar en tierras campurrianas el cumpleaños de uno de ellos salía del túnel de Somaconcha para encarar ya los últimos kilómetros del trayecto.

Por causas que la Guardia Civil todavía estaba investigando ayer, el conductor perdió el control del microbús, que en un tramo recto y con una visibilidad excelente se salió por la margen derecha de la carretera y volcó del mismo lado sobre el arcén.

Como consecuencia del accidente fallecía uno de los 25 pasajeros, una joven luego identificada como Judit Sardón Bedia, de 29 años, y resultaban heridos 24 viajeros y el propio conductor del microbús, del que nadie consiguió salir completamente indemne.

La evacuación

Tan pronto conoció el accidente y las posibles dimensiones del mismo, el servicio de emergencias 112 organizó una operación de auxilio en la que participaron numerosas dotaciones de la Guardia Civil, de los bomberos y del 061 llegadas desde diferentes localidades próximas que, a su llegada, encontraron un escenario realmente desolador sobre el que rápidamente se pusieron a trabajar.

Tras verificar el fallecimiento de la joven Judit y realizar una primera exploración a todos los heridos, los primeros médicos en llegar estabilizar a los heridos más graves hasta que fue posible su evacuación. En concreto, los sanitarios atendieron a un pasajero con un traumatismo craneoencefálico y a un viajero con un neumotorax. El primero fue evacuado hasta el Hospital Marqués de Valdecilla a bordo del helicóptero del Gobierno de Cantabria y el segundo fue trasladado hasta el Hospital Sierrallana de Torrelavega en una UVI medicalizada y luego derivado también a Santander.

Igualmente, otros dos accidentados tuvieron que ser trasladados al centro médico torrelaveguense. Uno era el compañero sentimental de la chica fallecida, Víctor, que además de algunos golpes y cortes, presentaba un cuadro de ansiedad que no logró controlar siquiera tras la pronta llegada de su familia al centro médico.

El resto de heridos, otros 21, fueron evacuados al Hospital Tres Mares de Reinosa, que recomendó la evacuación de uno de ellos a Santander y realizó las correspondientes curas a los demás.

Con todo, a última hora de la tarde de ayer sólo permanecían hospitalizados los tres pasajeros heridos llegados al Hospital de Valdecilla desde el lugar del siniestro (uno) y desde los centros médicos de Torrelavega y Reinosa (otros dos), todos con heridas de pronóstico reservado aunque en realidad no revisten gravedad.

El conductor y los 21 acompañantes de Judith fueron dados de alta por encontrarse bien. Físicamente. La muerte de la chica les ha lesionado el ánimo.

Un carril

El accidente, ocurrido en torno a las dos menos cuarto de la tarde, la evacuación de todos los heridos, una operación que se prolongó hasta pasadas las tres y media, y los trabajos de limpieza de la carretera, que no quedó libre hasta las cinco, obligó a limitar la circulación por la Autovía de la Meseta en dirección a Reinosa a un solo carril hasta cerca de las seis, hora aproximada a la que quedó abierto todo el ancho de la calzada.

El cumpleaños acabó en tragedia

La tristeza y la consternación se apropiaron ayer de los pasillos del Hospital Tres Mares de Reinosa, donde fueron trasladados la mayoría de los pasajeros que viajaban en el microbús accidentado en la A-67, a la altura de Pesquera. Llevaban días planificando este viaje, pero la desgracia se cruzó en su camino. En cuestión de segundos, la que iba a ser una jornada de celebración y divertimento entre amigos con motivo de un cumpleaños se tornó en tragedia, con el resultado de una víctima mortal y 25 heridos.

Con el susto aún en el cuerpo, los nervios a flor de fiel y preocupados por el estado de salud de los cinco compañeros trasladados a los hospitales de Sierrallana y Valdecilla, 20 de los pasajeros lesionados aguardaban a ser atendidos pasadas las tres de la tarde en la sala de espera del centro reinosano.

De forma escalonada, todos fueron pasando para que el médico pudiera comprobar el estado de cada uno de ellos. Ninguno presentaba lesiones de gravedad, pero todos compartían el profundo dolor provocado por la pérdida de una amiga: la joven Judit. Poco a poco, familiares y amigos de los heridos se fueron acercando hasta el centro sanitario de Reinosa, para acompañarles en esos momentos de tristeza y tensión.

Muchos, envueltos en mantas, les recibían con lágrimas en los ojos y evitando hablar de lo ocurrido. «Viendo el autobús comprendes perfectamente lo que ha pasado», explicaba Pablo antes de ser atendido de las lesiones que presentaba en un brazo. Según dice, el vehículo «dio vueltas y yo me quedé colgado del cinturón». Por eso se sentía dolorido.

Y es que, según explicaban algunas de las víctimas del accidente, «el autobús adelantó a otro vehículo al salir del túnel, y entonces perdió el control y, dio varias vueltas».

«Puede haber sido por el tiempo», comentaba una mujer refiriéndose al estado de la vía, afectada por las malas condiciones climatológicas, dado que ayer la nieve y el granizo estuvieron muy presente en las carreteras.

Pena compartida

Pero lo que a todos dolía en realidad no eran los golpes o los cortes sino la pérdida de un ser querido. Este sábado tenía que haber sido un día festivo para este grupo de amigos de la localidad de Pontejos, que habían alquilado un microbús para celebrar en Campoo el cumpleaños de uno de ellos. El plan era comer en un pueblo de la Hermandad de Campoo de Suso y, después, desplazarse hasta Reinosa para tomarse unas copas.

La fatalidad, sin embargo, se coló en la fiesta provocando un accidente que costó la vida a uno de ellos. «Estamos consternados por la pérdida de Judit», comentaba Rubén, un amigo que no viajó con ellos, pero que se acercó al hospital de Reinosa en cuanto se enteró de lo sucedido. «Aún no nos lo podemos creer, es terrible, no podemos hablar de ello», apuntaba Agustín, otro de los afectados. De las 21 personas atendidas en el Hospital Tres Mares, una fue trasladada a Valdecilla con politraumatismos.

El resto fueron tratadas de algunas contusiones, pero en su mayor parte muy leves, y dadas de alta a lo largo de la tarde para que pudieran regresar a sus casas.

Unos lo hicieron en un microbús puesto a su servicio por la empresa Gerardo Ruiz. Otros lo hicieron en los vehículos de sus familiares. Pero todos lo hicieron destrozados. Faltaba uno. Judit.

«La pérdida de Judites un golpe muy duro»

Tres de los heridos en el accidente del microbús fueron trasladados a Sierrallana (Torrelavega), donde dos de ellos fueron atendidos de contusiones y otro de una crisis de ansiedad. Víctor. El chico del cumpleaños. Y el novio de Judit.

Ángeles, su tía, llegó rápidamente al centro médico para interesarse por él y por su hermano, Javier, que también viajaba en el microbús y había sido trasladado a Reinosa con la mayoría del grupo. Entre lágrimas, la mujer asegura que iba a comer con los padres de Víctor yJavier cuando le avisaron para que se desviara y fuera directamente a Sierrallana, donde esperaba «un golpe duro».

Golpes y crisis de ansiedad

Víctor fue atendido de una crisis de ansiedad y dado de alta a lo largo de la tarde, al igua que otro de los heridos, que presentaba diversas contusiones. El tercero, en cambio, que sufrió un traumatismo torácico, fue trasladado a Valdecilla, donde permaneció anoche en observación, junto a otros dos de los pasajeros heridos.

A Tomás Cobo, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria, le tocaba trabajar ayer en Sierrallana y confirmó a este periódico que el hospital se preparó para atender a los heridos nada más tener conocimiento del accidente, a las dos y cuarto de la tarde, para doblar los turnos de guardia en urgencias, pero finalmente no fue necesario. También se unieron al dispositivo dos cirujanos, aunque al final hubo menos trabajo del esperado.

Eso sí, no faltaron el ir y venir de ambulancias durante las primeras horas de la tarde, los momentos de tensión y las lágrimas en la sala de espera y las inmediaciones del servicio de urgencias en una tarde fría y ventosa.

Los familiares y algunos amigos de los heridos mostraron su preocupación aunque sólo algunos, los más cercanos, pudieron acompañar a los contusionados mientras fueron atendidos.

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