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Mónica Maestro sirve un café a una clienta en su establecimiento./Roberto Ruiz.
«Pon un cortado y otro pendiente»
Los clientes dejan pagados cafés por adelantado

«Pon un cortado y otro pendiente»

Una bombonería pone en marcha una iniciativa solidaria para invitar a cafés

Álvaro Machín

Sábado, 20 de abril 2013, 11:09

Entra, pide un café y deja pagado otro. Mónica toma nota en la pizarra. Un palito. Dos amigas que trabajan al lado vienen a por el cortado de media mañana. Se llevan dos y pagan cuatro. Dos palitos más. Ella misma pone otros tres con la tiza. Por cuenta de la casa. La pizarra de Petit Plaisir se va llenando poco a poco de cafés pendientes. O sea, cafés ya pagados por los clientes para que se los tomen los que no pueden pagárselos. Que la crisis afecta a todos es un hecho. Que los gestos bien intencionados se multiplican, también. La última invención solidaria ha llegado a Santander. En esta bombonería de la calle San Francisco el café sabe dulce hasta sin azúcar.

La idea surgió en Nápoles. Al macchiato, expreso o capuccio (así le llaman al capuchino en el sur) le añadieron el pendiente. Y gustó. Las redes sociales hicieron el resto. Madrid, Valencia, Tarragona, Tenerife, Asturias... Se ha extendido. «Lo vi en un blog por Internet, pinché en el enlace y entré directamente. Me pareció tan bonito, tan sencillo...». Mónica Maestro, la propietaria, lo puso en la cuenta de Facebook del establecimiento el lunes por la noche. Y el martes por la mañana colgó los carteles, los primeros de este tipo que se ven en Cantabria. Ella sirve cafés para llevar. A 1,30 euros. «Ha venido gente que ha dejado uno pagado, otros han dejado dos... Nosotros también ponemos alguno. Claro, si no la solidaridad sería sólo del cliente».

Va acumulando palitos en una pizarra a la espera de que alguien entre a preguntar. ¿Tiene usted cafés pendientes? «Esa es la duda que teníamos al principio. Como somos los primeros y mucha gente no sabe todavía qué es esto del café pendiente...». Pero ya han pensado algo. De entrada, están moviéndolo mucho a través de las redes sociales (principalmente Facebook) y se lo han comentado a Carmen Ruiz, concejala del Ayuntamiento. Además, piensan decirlo «en la Cocina Económica o donde sea». Para que el boca a boca haga su trabajo en los próximos días.

Sin preguntas

«¿Y no has pensado que te puede venir algún cara?» Ya se lo han preguntado varias veces en los últimos días. «De eso, seguramente, no se libra nadie. Pero yo prefiero pensar que no, que todos los que vengan a pedir el café lo harán con la mejor intención y que les vendrá bien». Porque Mónica no está dispuesta a interrogar a nadie, a hacer preguntas para averiguar si les hace falta. «¿Quién soy yo para preguntarles nada sobre su vida?».

Ayer, a media tarde, ya había 33 palitos en la pizarra del mostrador de Petit Plaisir.

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