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Nacho Cavia
Jueves, 19 de septiembre 2013, 21:41
La última posibilidad de que la fábrica de ventanas de PVC Insago y parte de su plantilla reiniciara su actividad se ha esfumado. La empresa francesa VM Materiaux ha retirado su oferta tras no haber llegado a un acuerdo con administraciones y acreedores. El resultado inmediato se conocerá este viernes: los administradores concursales anunciarán a la asamblea de trabajadores la decisión y entregarán a los 52 empleados que aún siguen en plantilla la carta de preaviso de su despido.
CC OO ha lamentado la salida de la empresa frances, que ha atribuido a la falta de entendimiento con los bancos, los resultados de la auditoría y la deuda de la Seguridad Social. Daniel San Miguel, secretario general de Industria de CC OO ha explicado que la decisión, que ha calificado como "jarro de agua fría" es "otalmente ajena a la negociación que se estaba llevando a cabo con los trabajadores".
San Miguel también ha explicado que VM Materiaux les ha comunicado que "los resultados de la auditoría de marketing no han cubierto las expectativas que se habían planteado en el momento de presentar la oferta".
Jorge Fernández Sanz, uno de los administradores concursales, ha asegurado que las opciones de la empresa francesa se mantuvieron hasta el último momento. "Han negociado de buena fe y han hecho un esfuerzo por seguir adelante, pero ha sido imposible por las trabas a las que se han enfrentado", lamentó. El primer escollo era la deuda adquirida por los anterios dueños con la Seguridad Social, de 1,7 millones de euros, pero la puntilla definitiva han sido las hipotecas constituidas sobre las naves en las que Insago desarrolla su actividad. La multinacional francesa pretendía alquilarlas y para ello planteó una negociación con los bancos acreedores, Santander y BBVA, que no ha logrado fructificar. "Trasladar la maquinaria a otra nave era factible económicamente, pero imposible por razón de tiempos. Ellos querían iniciar la producción inmediatamente, pero el traslado demoraría el arranque al menos cuatro meses", explicó el administrador concursal.
En este sentido, el responsable de CC OO también ha explicado que el representantes de la empresa informó que el coste de transportar toda la maquinaria aumentaría considerablemente los gastos iniciales y supondría un retraso de la actividad de 2 meses, y esa "era una de las condiciones que había planteado la empresa francesa desde que presentaron la oferta en el concurso de acreedores para quedarse con la fábrica".
El orden del día de la asamblea que tendrá lugar este viernes incluye la extinción de los contratos de trabajo. Un mazazo para los empleados de una firma que les había convocado la semana que viene para volver al trabajo. El comité señaló que esta renuncia es «consecuencia de la aplicación de algunas leyes en este país», lo que ha abocado al cierre de las instalaciones así como a la pérdida total del empleo que generaba la empresa.
Unas escuetas palabras que certifican la defunción de Insago. Un hecho que los trabajadores se temían que se produjese en cualquier momento a lo largo de las últimas semanas ante la falta de acuerdo entre VM Materiaux y la Seguridad Social sobre la deuda acumulada por Insago. La empresa francesa señaló que «no habiendo sido posible dar cumplimiento a las condiciones bajo las que se efectuó la oferta, lamentamos comunicarles que nos vemos en la necesidad de dejar sin efecto dicha oferta».
La mejor oferta
Esta oferta contemplaba contratar, al menos, 30 de los 52 trabajadores actualmente en plantilla, ampliables en un futuro si las necesidades productivas así lo requiriesen.
Pero, desde un principio, el grupo francés hizo una salvedad, se negaba a asumir la deuda del anterior propietario con la Seguridad Social. Además, condicionó la compra a los resultados de una auditoría que se ha llevado a cabo en septiembre, para evaluar la situación contable, la imagen de marca y el estado de la maquinaria. Tras la revisión a fondo de la empresa, los franceses prefirieron alquilar las naves industriales en lugar de comprarlas, pero el acuerdo no ha sido posible y la operación se ha ido al traste.
Al fracasar la opción que daba continuidad al negocio y el empleo, los administradores concursales tendrán que «trocear» la empresa. Entre las ofertas recibidas había interés por hacerse únicamente con la marca, por el centro de corte de perfiles, las carretillas elevadoras o el equipamiento informático.
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