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Mariña Álvarez
Miércoles, 2 de octubre 2013, 12:41
El detenido por el crimen de Casavegas, pedanía palentina en la que hace diez días apareció muerta la lebaniega María Cruz Gutiérrez, ha admitido en su primera declaración en el juzgado de Cervera de Pisuerga que estuvo con su pareja y que hubo entre ambos una discusión, pero que después él se marchó del lugar y, por tanto, negó que él hubiera sido el autor de las puñaladas que acabaron con la vida de la mujer. Juan Carlos P. V. será trasladado el próximo jueves, día 10 de octubre, hasta San Vicente de la Barquera, donde tendrá que declarar ante la titular del Juzgado de Primera Instancia de la localidad, que seguirá con la instrucción de este caso una vez que la Justicia palentina se inhibiera en favor de la cántabra al regir en la legislación de violencia de género el domicilio de la víctima para facilitar a los perjudicados el acceso a la Justicia.
Desde que el pasado viernes se levantara el secreto de sumario ha trascendido que, a pesar de que el detenido negara su implicación en el crimen, fue el fiscal (la familia de la víctima todavía no se había personado como acusación) el que, al observar indicios de culpabilidad, solicitó el ingreso en prisión de este vecino de Caloca (Pesaguero), de 47 años de edad. Después, la jueza de Cervera de Pisuerga decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para Juan Carlos P. V., que desde entonces permanece en el penal de Dueñas (Palencia).
Ahora será la jueza de San Vicente de la Barquera la que decidirá el próximo jueves, tras tomarle declaración, si mantiene estas medidas cautelares o deja en libertad a Juan Carlos P. V. En este caso, la familia de la víctima se opondría a la modificación de tales medidas para que el detenido permanezca en prisión.
Además, según ha podido saber este periódico, la defensa de Juan Carlos P. V. ha solicitado el examen del detenido por parte de un médico forense para que se determine su adicción a las drogas y la posible afectación de su toxicomanía en los hechos.
La acusación particular, por su parte, está todavía a la espera de conocer en detalle los resultados de la autopsia practicada al cuerpo de María Cruz Gutiérrez para definir su estrategia a seguir en defensa de los intereses de su familia.
Es, de momento, lo que ha trascendido de esta causa abierta a raíz del hallazgo el pasado 20 de septiembre del cadáver de María Cruz, vecina de Barrio (Vega de Liébana) de 44 años, semioculto entre unos matorrales en una pista forestal cercana a Casavegas, un pueblo de Palencia que está a 8 kilómetros de Caloca monte a través.
Había sido vista con vida dos días antes, el miércoles 18, cuando ella y su compañero sentimental, Juan Carlos, salieron a cenar a Polaciones en el todoterreno de la mujer. Desde entonces, nadie volvió a ver a la pareja y el viernes se alertó de su falta, poco antes de que unos vecinos de Casavegas hallaran el cuerpo apuñalado de María Cruz.
La Guardia Civil puso en marcha un dispositivo de búsqueda para dar con Juan Carlos, que finalmente fue localizado el sábado al mediodía en Santander, en las inmediaciones de la iglesia de San Francisco, ciudad en la que un testigo lo situó el jueves 19 día después de que ambos salieran a cenar a Polaciones. Juan Carlos fue detenido y pasó su primera noche en la Comandancia de Santander, hasta que el domingo ya fue trasladado a Cervera de Pisuerga, juzgado en el que recayó la instrucción por ser el más cercano al hallazgo del cadáver. De ahí, el detenido fue enviado a la prisión de Dueñas, mientras en Barrio se oficiaba el funeral en memoria de María Cruz, convertida en la segunda víctima de violencia de género en la región en lo que va de año.
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