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Ana R. García
Viernes, 13 de diciembre 2013, 17:05
La presentación oficial del proyecto para concluir el Hospital Valdecilla se ha convertido en un acto de protesta por parte de representantes sindicales y personal de la sanidad que durante todo el acto han estado lanzando consignas en favor de la sanidad pública y en contra de lo que consideran una privatización del hospital.
A su llegada al acto, que se celebra en el propio hospital, en el Salón Téllez Plasencia del pabellón 16, El presidente, Ignacio Diego y la consejera de Sanidad, María José Sáenz de Buruaga, han sido recibidos entre gritos y abucheos por los participantes en la protesta, convocada por los sindicatos CCOO y ATI.
Pero la concentración no se quedó a las puertas del salón, sino que se trasladó al interior, y con ella los pitidos, las reivindicaciones e incluso descalificaciones hacia el Gobierno se escucharon entre los manifestantes. Lo que no pudo oírse en el transcurso del acto fue ninguna de las intervenciones. Cuando la consejera ha querido tomar la palabra para iniciar el acto, los abucheos y las canciones se lo han impedido.
En un intento por apaciguar el ambiente para poder dar paso a la presentación, Buruaga acabó desistiendo y coreó junto a los sindicalistas el famoso Valdecilla no se vende, Valdecilla se defiende, entre aplausos de una parte de los asistentes, que han llegado a ponerse en pie para mostrar su respaldo, y los gritos de los manifestantes, que la han llamado «mentirosa».
«Estais siendo escuchados y habéis sido invitados a este acto. ¿Me dejáis hacer uso de la palabra?», preguntaba Buruaga. Pero estaba claro que no iba a ser posible. «Ya que no se va a escuchar, por lo menos que se pueda ver», señaló la consejera para dar paso al vídeo de presentación del proyecto. Y mientras tanto, los gritos han conyinuado de fondo hasta el cierre del acto.
Alrededor de un centenar de personas, en su mayoría liberados sindicales, pero también trabajadores de mantenimiento, cocina y archivo, han protagonizado la protesta. Al frente de esta convocatoria, los sindicatos CC OO y ATI que han considerado como «una provocación» que el proyecto, que a su juicio supone el «principio del principio» de la privatización de Valdecilla, se presente en el propio hospital y ante los trabajadores, y consideran que la presentación debería haberse hecho en la Consejería de Sanidad.
El sindicatoUGT, que también quiso expresar con su presencia el rechazo al contrato de colaboración público-privada, aclaró al término del acto que «en ningún momento estaba entre nuestros planes reventar el acto», desvinculándose así de una actuación que los invitados a la presentación calificaron de «bochornoso».
«Hoy queríamos compartir con los cántabros un día de ilusión, que es el del inicio de la finalización de las obras de Valdecilla, prolongadas durante más de doce años, un hito señalado para todos que un grupo de sindicalistas liberados de un par de sindicatos CCOO y ATI han intentado frustrar», lamentó el presidente regional al término de un acto en el que las circunstancias le obligaron a cambiar su discurso.
«Por encima de todo está el respeto a la libre expresión», les dijo a los sindicalistas, que no cesaron ni un minuto en su encendida protesta. «Están poniendo en evidencia dijo a los sindicatos a los que representan, primero, y segundo que lo que les mueve son intereses políticos y particulares y no el interés general de los ciudadanos», una afirmación a la que los invitados respondieron nuevamente con aplausos. No obstante, añadió, «lo importante no es tanto el día de hoy, sino el de mañana y los siguientes, en los que se irán materializando las obras» para que Valdecilla sea una realidad en la primavera de 2015.
El consejero delegado de Ferrovial, en una breve intervención, aseguró que «el proyecto que hoy presentamos también es para nosotros motivo de orgullo, porque abre un nuevo futuro para Valdecilla. Y esto es importante para Santander, para Cantabria y para España». Y añadió, aunque su mensaje apenas pudo oírse entre los invitados por las consignas de los manifestantes, que «es importante, porque se logran equipamientos de vanguardia que van a dinamizar la economía, con una inversión superior a los 100 millones de euros y la creación de más de 800 puestos de trabajo para los próximos dos años.
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