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Los plumeros han dejado de ser un problema exclusivo de la franja costera y ya son visibles en zonas de interior. / Marta Uranga
Guerra contra el plumero
Falta de coordinación entre administraciones

Guerra contra el plumero

Ocho asociaciones ecologistas se unen para frenar la expansión de esta especie invasora y el Gobierno cántabro apuesta por la contención frente a una erradicación «utópica»

Álvaro García de Polavieja

Lunes, 13 de enero 2014, 11:16

Ocho asociaciones ecologistas de Cantabria se han unido para promover el desarrollo de un plan de choque que frene el avance de la Cortaderia selloana, más conocida como los famosos plumeros de la Pampa, ante la falta de coordinación y la pasividad de las distintas administraciones implicadas en esta problemática. La iniciativa, que aúna a Ecologistas en Acción, ARCA, Ecosistemas Sin Invasoras, Fundación Naturaleza y Hombre, SEO BirdLife, Grupo de Recuperación de Costa Quebrada (GRCQ), Mortera Verde y Asociación Cambera, denuncia la gravedad de la situación que está provocando la expansión de esta especie invasora, que llegó a Cantabria en los años 40 del pasado siglo mezclada con los cereales importados por España en plena postguerra y que, tras colonizar drásticamente el arco de la Bahía de Santander, ya es visible en zonas del interior de la región como Arredondo, Cieza, Soba o Mazcuerras, muchas de ellas con un gran valor medioambiental.

Los responsables de las distintas asociaciones destacan la falta de compromiso de las distintas administraciones públicas implicadas, piezas claves en la definición y el desarrollo de una línea de acción que frene el avance de los plumeros en estas zonas, así como en la coordinación de los medios humanos y de los recursos técnicos y económicos necesarios para mitigar los efectos que esta especie está produciendo en Cantabria.

Para los ecologistas, los principales factores de la expansión incontrolada de los plumeros por los paisajes cántabros han sido «la fiebre urbanística asociada a la construcción de grandes infraestructuras, que ha originado las remociones de tierras, los rellenos, el incremento de la actividad extractiva en las canteras y el progresivo abandono de la ganadería, desencadenando una expansión sin precedentes de esta planta en Cantabria».

La gravedad de la situación actual es tal que estas asociaciones consideran prácticamente imposible la eliminación de la gran cantidad de colonias de plumeros que pueblan el arco de la bahía santanderina, y piden medidas que permitan establecer un cordón de seguridad en la zona de Cabuérniga, un cortafuegos natural que hasta ahora había frenado la expansión de la Cortaderia selloana en las zonas de montaña del interior: «La situación ha llegado a un punto en que la franja litoral resulta inabarcable en términos de erradicación, y lo único que cabe abordar es la contención. Por ello cobra especial relevancia evitar que la plaga rebase la línea imaginaria que supone la sierra del Escudo de Cabuérniga y sus prolongaciones orientales, que aíslan en cierto modo los valles interiores de la franja costera». Aunque esta macro iniciativa ecologista todavía no ha fijado plazos ni ha definido cuáles van a ser sus líneas de actuación, sus integrantes tienen muy claro que Cantabria no puede renunciar a la lucha contra una especie que ya se deja ver de forma masiva en todo el litoral cántabro, y que se extiende siguiendo las grandes vías de comunicación que comunican éste con el interior de la región. Por ello, aspiran a convertirse en un grupo de presión que potencie el compromiso tanto de los poderes públicos como de la ciudadanía con el que consideran uno de los mayores problemas a los que tiene que hacer frente Cantabria y su biodiversidad.

Marta Uranga, de la asociación Cantabria Sin Invasoras, señala que la lucha contra los plumeros «no es una cuestión de dinero, sino de una gestión coherente y coordinada de los recursos». Asimismo, destaca la importancia del compromiso de las administraciones como elemento fundamental para frenar una expansión que puede dañar gravemente dos de los grandes valores de Cantabria, como son sus paisajes y su gran biodiversidad: «es imprescindible que los ayuntamientos tomen cartas en el asunto, que se impliquen en la conservación de su patrimonio natural». Un enfoque que queda retratado en el manifiesto presentado conjuntamente por las distintas asociaciones, en el que señalan que «resulta urgente y necesaria la implicación fehaciente de los ayuntamientos, dado que se está perdiendo a pasos agigantados el patrimonio natural de numerosos municipios afectados». Por ello, los promotores de esta iniciativa proponen la realización de un seguimiento pormenorizado de la presencia de la Cortaderia selloana en los distintos municipios de Cantabria, así como el desarrollo de una estrategia regional que coordine los recursos y las líneas de actuación necesarias para frenar su expansión hacia el interior de Cantabria.

Felipe González, delegado territorial de SEO Birdlife en Cantabria, señala que uno de los grandes objetivos de la iniciativa es implicar tanto a la sociedad civil como a todos los organismos públicos que de una u otra forma tienen relación con el problema. Se trata de un amplio abanico de administraciones públicas cuya coordinación es imprescindible para que las líneas de actuación que se definan sean realmente eficaces: «Se están desarrollando acciones puntuales encaminadas a frenar la expansión de los plumeros, pero es necesario que todos los actores relacionados con la situación se impliquen de forma coordinada porque de lo contrario estas acciones no tienen la efectividad que podrían tener». En ese sentido, González señala como imprescindible la coordinación entre el Gobierno regional, los distintos ayuntamientos de Cantabria y un amplio número de organismos entre los que se cuentan Puertos del Estado, la Confederación Hidrográfica, FEVE y Renfe o el Ministerio de Fomento.

Entre las diferentes actuaciones planteadas por las distintas asociaciones destaca el desarrollo de un manual de gestión del suelo y del territorio, enfocado específicamente a la lucha contra la proliferación de esta especie. Para González, la existencia de colonias de plumeros constituye un «indicador de gestión de obra pública», uno de los principales factores de propagación de la especie. En ese sentido, el delegado de SEO Birdlife en Cantabria aboga por el establecimiento de protocolos de actuación que unifiquen los criterios de acción contra esta especie invasora. En ese sentido, uno de los primeros grandes logros de este grupo de asociaciones ecologistas ha sido la creación de un grupo de trabajo en el Consejo asesor de la Consejería de Medio Ambiente, enfocado específicamente al diseño y desarrollo de las líneas de lucha contra la Cortaderia selloana, una materia bien conocida por los ecologistas, que serán parte activa de las respuestas que las administraciones planteen. «Los plumeros no son un problema exclusivo de Cantabria porque ya los estamos exportando a otras comunidades como Asturias o el País Vasco, que se muestran preocupadas por el avance de la especie. Es necesario que las distintas administraciones se implique y coordinen para empezar a afrontar de forma definitiva el grave problema que suponen los plumeros para Cantabria».

Acción institucional

En Cantabria, la gestión de las especies invasoras corresponde a la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente en el desarrollo de acciones puntuales de gestión y recuperación de espacios naturales degradados.

La Consejería de Ganadería señala que este organismo, como responsable de la gestión de los espacios naturales de carácter público, trabaja para poner coto a la expansión del plumero de la Pampa y de otras especies invasoras como la chicla, el bambú japonés o el cangrejo americano. En ese sentido, destaca que Cantabria cuenta desde 2006 con un «programa para el Control de Plantas Invasoras, con dotación presupuestaria anual que se mantiene constante en los últimos ejercicios».

Cuestionados sobre la problemática que representa la expansión de los plumeros en territorio cántabro, la Consejería reafirma el compromiso de la Administración regional con la lucha contra los plumeros, pero resalta la dificultad que ésta entraña: «La lucha contra el plumero depende no sólo de las actuaciones planteadas desde la Consejería, sino que requiere de la participación de numerosos organismos públicos como AENA, la Confederación Hidrográfia, la Dirección General de Carreteras o Puertos del Estado.

Asimismo, la gestión de los espacio privados también escapa a nuestras competencias. En la situación actual la erradicación de las plantas invasoras en Cantabria es un objetivo utópico, y el escenario más favorable es la contención de la invasión», señalan.

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