El Racing tropieza en el mismo charco

El Racing campeón no se encuentra a sí mismo. Ese equipo solvente, que jugaba a ganador, maduraba los partidos y anestesiaba a los rivales hasta someterles, no está. Y por eso, el conjunto cántabro se marchó de Barreiro con una derrota ante un rival en apuros en la clasificación, en un partido en el que los de Paco Fernández no aprovecharon las ocasiones y se vieron lastrados por la expulsión absurda de Andreu, que dejó durante más de media hora a sus compañeros con un jugador menos. El Celta B no perdonó y dejó los tres puntos en casa con un gol en el minuto 90.

El estado del césped a causa de las intensas lluvias de los últimos días condicionó el desarrollo del partido. Así, ambos contendientes obviaron el centro del campo y optaron por el juego directo. El Racing estaba relativamente cómodo, con el dominio del encuentro, auque sin agobiar al meta visitante Rubén.

La mejor ocasión para los cántabros en este primer período llegó en un disparo de Rubén Durán desde el vértice del área. Buscó el palo largo, con rosca hacia dentro, pero la pelota se marchó por poco. Por su parte, los gallegos apenas tuvieron un par de acercamientos que no inquietaron demasiado a Sergio Pérez.

Tras la reanudación, el choque siguió con el mismo guión. Y en esta película volvió a repetirse una escena vista un par de veces en el último partido ante el Compostela, con Koné como protagonista. El costamarfileño no concertó cita con el gol y sí con el desacierto. Rompió la línea del fuera de juego, se plantó ante Rubén, pero se precipitó chutando desde lejos, dando tiempo al guardameta para reaccionar y repeler el disparo. En esa jugada estaba la victoria.

Un triunfo que terminó de truncarse con la absurda expulsión de Andreu. El centrocampista vio la primera tarjeta amarilla con una falta sin sentido, en campo contrario y con efectivos cántabros suficientes por detrás de la pelota para abortar el contraataque local. Con una amonestación, el catalán no se controló y, tras una protesta al colegiado, éste le mostró la segunda y el camino de los vestuarios.

A partir de ahí, el Celta B cobró protagonismo en campo contrario y al Racing se le vieron ramalazos de desquicio. De impotencia. Los gallegos, aún con superioridad, daban por buen el empate ante el líder de la categoría, que pudo marcar si Mariano hubiese acertado con un buen centro de Iñaki desde la izquierda. La pelota se marchó fuera. En esa jugada comenzó a consumirse un partido que estuvo parado más de seis minutos por la lesión del guardameta local.

Estaba mostrando el tiempo añadido el delegado de campo cuando el Racing perdió la batalla en el centro del campo. La pelota llegó a Borja, que ganó la espalda a Iñaki y su disparo cruzado dejó sin opciones a Sergio, que solo pudo girar el cuello para ver como el balón pegaba en el palo y dejaba los tres puntos en casa. El resto solo fueron protestas y rabia. Minutos de agonía. El Racing sigue líder, pero, según los resultados que se den este domingo, tal vez menos.

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