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Consuelo de la Peña
Martes, 4 de marzo 2014, 14:28
La tormenta que azota al Racing desde hace tres años parece no tener fin. A los Campos de Sport del Sardinero les parece negada la calma. Tras la elección del nuevo Consejo de Administración el 31 de enero, y la súbita dimisión de cinco de sus ocho miembros 25 días después, un nuevo episodio cierne de incertidumbre el futuro del club. El empresario Jacobo Montalvo ha llegado a un acuerdo con el administrador judicial de Western Gulf Advisory Sports Holding (WGA), el holandés Onur Arslan, y ha recuperado el control accionarial del club. El pacto convierte a Montalvo en legítimo propietario de la sociedad deportiva, ya que WGA ha desistido del recurso que interpuso el pasado mes de diciembre ante la Audiencia Provincial de Madrid contra la sentencia que devolvía las acciones al empresario madrileño.
La vuelta de Montalvo al club abre una nueva incógnita sobre el futuro del actual Consejo, jibarizado a la mínima expresión. La intención de Montalvo es «mantener de momento» a los tres consejeros, y «nombrar otros nuevos «entre gente que represente al Racing, sea profesional y esté capacitada», declaró a preguntas de este periódico. «El club tiene un presidente, que es Tuto Sañudo, al que el Racing quiere mucho y yo también, aunque no hemos tenido oportunidad de hablar desde su nombramiento. Espero que me llame, porque es hora de trabajar todos juntos», avanzó en tono conciliador, sabedor de que su reputación entre el racinguismo está mellada.
La voluntad del empresario de Dumviro es llegar a un acuerdo con el actual Consejo para ampliarlo de manera «consensuada» a un mínimo de siete miembros. No quiere avanzar nombres, ni censurar los que están entre las previsiones, porque «lo primero» es hablar con Sañudo. Pero existe otro escenario que no se puede descartar, una maniobra no exenta de riesgos: que el actual presidente del Racing y los dos consejeros, Paco Liaño y Pedro Alba, esquiven a Montalvo y nombren a los nuevos miembros por cooptación, saltando así por encima del nuevo propietario. En este caso, Montalvo tendría que esperar durante varios meses a la convocatoria de una nueva Junta general extraordinaria para revocar a los consejeros y poner a sus hombres de confianza. Es impredecible saber cómo reaccionarán los exjugadores que están al frente del club ante este nuevo giro de tuerca en la propiedad del Racing.
Jacobo Montalvo sabe también que tendrá que lidiar con las peñas, que no le perdonan que bajo su égida ejerciera la presidencia del club Francisco Pernía. «Las peñas siempre han tenido hilo directo conmigo cuando han querido y por mi parte la situación no va a cambiar», apuntó. El accionista es reacio a desvelar su estrategia, pero este periódico ha podido saber que su intención es dejar la acción social en manos de las peñas, posiblemente a través de la Fundación, reforzando así la decisión a la que llegaron el Consejo y la APR la pasada semana en este sentido.
Querella
Hay otro frente más espinoso si cabe para el empresario, las relaciones con el Gobierno regional, porque el Ejecutivo, a través de la sociedad pública Cantur, incluyó a Montalvo en la querella que interpuso contra los exconsejeros Ángel Agudo y Francisco Javier López Marcano por supuesta malversación de fondos públicos y fraude a la Administración en la operación de compra-venta del Racing al empresario indio Alí Syed.
Esta acción judicial iniciada por el Gobierno supone un obstáculo, y grande, a la hora de retomar cualquier contacto entre la Administración regional y nuevo accionista del club. ¿Hablará con el presidente Ignacio Diego? «No me corresponde a mí dar el paso. Ahora mismo no sé cuál es el papel del Ejecutivo frente al Racing, aunque creo que estar a buenas con el Gobierno siempre es bueno para el club», dice desde el hotel santanderino donde se aloja.
Enredo judicial
La vuelta de Montalvo al club es fruto del enredo judicial en que cayó el Racing a partir de 2005, cuando el Gobierno regional de PRC-PSOE vendió las acciones del club a Dumviro Ventures, propiedad de Montalvo. En aquella operación, suscrita el 29 de diciembre, Dumviro se hizo con el control accionarial y a cambio se obligaba a pagar a Cantur el importe del préstamo de 6,7 millones de euros concedido en 2004 por el Gobierno regional al Racing. Fue entonces cuando el empresario madrileño designó a Francisco Pernía, exconsejero de Industria y exsecretario general del PP, presidente del club.
Sin embargo, Montalvo incumplió sus compromisos y desatendió todos los pagos. En 2011 la situación financiera del club era insostenible y el Gobierno de PRC-PSOE buscó un nuevo comprador. De su mano llegó Ashan Alí Syed al club, aunque hay quien dice que fue Pernía quien puso su nombre sobre la mesa. En enero de 2011, Montalvo vendió el Racing a Alí Syed en una operación a tres bandas, de la que también formó parte el Ejecutivo, avalada por Credit Suisse y firmada en Zurich. Entonces todo era comprensión hacia el magnate indio, pero la paz social en el club apenas duró cuatro meses. Syed pisó Santander por última vez en mayo de 2011. El empresario indio también incumplió sus compromisos, no sólo con el Gobierno regional (Cantur sólo pudo cobrar 1,3 millones de euros tras ejecutar el único aval de Credit Suisse), sino con Montalvo.
En julio, el club presentó concurso de acreedores, animado por el Ejecutivo de Ignacio Diego, y sólo dos meses después Montalvo presentó una demanda ante el Juzgado de lo Mercantil para recuperar las acciones del Racing ante los impagos de Alí Syed.
En paralelo, en octubre Pernía se vio obligado a dimitir como presidente del Racing obligado por la presión de los socios minoritarios. Pero el exdirigente del PP siguió maniobrando para dirigir la sociedad deportiva en la sombra. En mayo de 2012 se aprobó un nuevo Consejo, diseñado por Pernía, que tenía plenos poderes del magnate indio, nombrando presidente a Ángel Lavín, Harry, su amigo de infancia. Para entonces el club ya estaba bajo el control de los administradores concursales y había bajado a Segunda División. Un año después, en junio de 2013, descendía a Segunda B y vivía una situación de asfixia financiera, con más de 50 millones de deuda, reducidos a 30 después de la quita concursal.
En este escenario, un juez de Madrid dio el pasado otoño la razón a Jacobo Montalvo, que recuperó las acciones del Racing sin haber pagado un euro, ante el incumplimiento de Alí Syed. El Juzgado número 55 de Madrid devolvió la titularidad al madrileño e hizo retrotraer la situación a antes de que se firmase la operación de compraventa. Pero, WGA, en suspensión de pagos e intervenida judicialmente, no se aquietó y recurrió la sentencia ante la Audiencia de Madrid.
Mientras tanto, el despacho de abogados José Gabriel Sáinz de la Maza consiguió a finales de diciembre contactar con Onur Arslan, el administrador judicial de la firma holandesa que vino a Santander, revocó a Harry y a sus consejeros y designó una nueva junta directiva, presidida por Tuto Sañudo. Poco duró la paz en el Consejo. Cinco de sus miembros dimitieron en solidaridad con Sainz de la Maza, que dejó la presidencia de la Fundación ante las críticas recibidas. Mientras Sañudo y los suyos buscaban nuevos consejeros, Montalvo se acercó al administrador holandés, de cuya mano vuelve al club con plenos poderes y totalmente legitimado.
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