"Este mismo lunes voy a intentar viajar a Torrelavega a recuperar a mi perra"

A juzgar por su aspecto famélico, a Fibi y a Coca les quedaba poco tiempo de vida, pero nada le importaba a quien decidió encerrarlos en una casa abandonada de la calle Pablo Garnica. Su instinto de supervivencia les llevó a romper el cristal de una contraventana y asomarse al alféizar para pedir ayuda con sus ladridos y gemidos, que no pasaron desapercibidos el pasado miércoles para las personas que transitaban en ese momento por esa calle. Los vecinos alertaron a la Policía y a los bomberos y, de inmediato, se inició el rescate. Uno de los perros acabó por tirarse al vacío, aunque no sufrió graves daños.

Al tratarse de una propiedad privada, los servicios de emergencia no pudieron entrar en la casa, por lo que decidieron utilizar una escalera que les permitió acceder a la primera planta y rescatar al perro que aún permanecía en el alféizar de la ventana. El servicio de recogida de animales del Ayuntamiento de Torrelavega se ha hecho cargo de los perros, que se encuentran por el momento bajo la tutela municipal.

Lo sucedido ha terminado con una denuncia en el Seprona contra una joven de 22 años de Torrelavega (E. V. P.) por maltrato animal e incumplimiento del contrato de cesión canina en adopción permanente, que había firmado con el original propietario de uno de los dos perros, un vecino de Valencia que, por motivos personales, tuvo que dar a Fibi en adopción. En ese contrato, la joven se responsabilizaba de la perra, «debiéndola poner a su nombre y registrarla, y haciéndose cargo de las vacunas y cuidados veterinarios». El edil de Salud Pública, José Luis Urraca, hizo un llamamiento para que casos como este no se repitan.

"Cuando veo la foto de mi perra me echo a llorar"

El original propietario de Fibi, el valenciano Ramón Lahuerta, se puso en contacto con este periódico para mostrar su indignación por las malas condiciones en las que se convive su perro en Torrelavega. En cuanto se enteró del maltrato animal que está sufriendo su perro, Lahuerta no ha dudado en iniciar los trámites para reclamar la tutela de su mascota al ser todavía el tutor legal, a pesar de que en estos momentos es el Ayuntamiento y el centro veterinario municipal de la capital del Besaya quienes poseen la custodia provisional sobre el animal.

"Este mismo lunes tengo pensado viajar a Torrelavega a recuperar a mi perra. Si me coinciden los vuelos allí me presento", recalcó

Partidario de que los animales deben estar mejor en un hogar que en un centro canino, Lahuerta no va a permitir que Fibi vuelva a estar al cargo de personas como la joven de 22 años sobre la que Lahuerta ha ha denunciado por maltrato animal y por incumplimiento de contrato.

"Me ha vendido una moto. Me dijo que tenía pasión por los animales y el hecho de que tuviera otro perro me dio la confianza de firmar un contrato individual para que lo ciudara ella", explicó.

Obligado por su situación económica a dar a su perro en adopción, este joven valenciano de 29 años denuncia que la joven torrelaveguense rompió las condiciones del acuerdo al seguir el can con titularidad de Ramón Lahuerta, no estar el animal registrado ni en la dirección que se decidió ni tampoco pasar los correspondientes cuidados veterinarios.

"Me siento engañado y estafado. Me siento mal y apenado. Cuando veo la foto de mi perra en ese alféizar me echó a llorar porque la quiero mucho", lamentó.

Lahuerta se ha mostrado sorprendido por lo ocurrido en estas dos últimas semanas. "La chica siempre me informaba del estado del animal y me enviaba fotos pero llegó un día en que dejó de cogerme el teléfono", explicó.

Indignado por la situación que atraviesa su perro, este valenciano va a hacer todo lo que esté en sus manos para que la denunciada sea castigada ante la ley y no quede impune.