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elena tresgallo
Viernes, 29 de abril 2016, 07:19
El Ayuntamiento de Marina de Cudeyo continúa con los trámites para realizar la contratación de las personas que ganaron un puesto de trabajo en el sorteo público realizado el martes. La lista de agraciados se publicó el miércoles en la web municipal, junto a las fechas para entregar la documentación requerida. Ayer mismo, muchos de los seleccionados presentaron papeles en el Ayuntamiento en medio de un ambiente de relativa calma, pese la amenaza del Servicio Cántabro de Empleo (Emcan) de retirar la subvención.
Marina de Cudeyo insiste en la «legalidad» del proceso, por lo que seguirá adelante con los trámites de contratación de las personas que ganaron el sorteo mientras la Dirección General del Emcan no remita «una comunicación por escrito» a esta administración en la que se dé a conocer la retirada de la ayuda y los motivos objetivos de la misma. «Mientras esto no ocurra seguiremos defendiendo lo que creemos», explicó ayer el primer teniente de alcalde, Pedro Pérez Ferradas, quien siempre ha resaltado que la decisión de hacer el sorteo fue precisamente para garantizar los derechos de «igualdad de oportunidades» de todos los preseleccionados por el Emcan.
En la otra cara de la moneda está la opinión de los afectados, aquellos que ganaron el sorteo y ahora no saben si entrarán o no a trabajar. En su mayor parte entienden que el sistema fue «justo», que se garantizó «que no hubiera truco», que «nadie protestó en la sala» porque todos aceptaron las bases cuando se las explicaron y, por último, que cumplían los requisitos para acceder a un empleo, al igual que el resto de sus compañeros que, por cuestiones del azar, se quedaron fuera del bombo.
Así, en opinión de F. G., que ganó un puesto de monitor de tiempo libre, el Servicio Cántabro de Empleo debería «haberlo dicho antes» si consideraba que el proceso no era legal. Asegura que a él le «pareció bien» el sistema «porque era un sorteo donde no había truco» y todo era visible. Además, afirmó que, en su caso, le había tocado un puesto «para el que estoy preparado por experiencia y curriculum».
De manera similar ve las cosas V. F., un albañil al que le tocó un puesto de oficial, y que se enteraba por la prensa del anuncio del Emcan de valorar la retirada de la subvención. Según explicaba con cierto disgusto, hoy, viernes, iba a llevar los papeles que le había pedido el Ayuntamiento para formalizar su contrato y no entendía el motivo por el que el Servicio Cántabro de Empleo consideraba que un sorteo no era legal. «Aquí no hay mentira, es como si te toca la lotería, además allí todo el mundo guardó silencio y nadie dijo nada», insistió disgustado. «Llevo cuatro años parado, tengo dos niños y lo he pasado muy mal. Cuando me tocó esta oportunidad me sentí como en el cielo, porque nunca antes me habían cogido», explicó.
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Otro de los candidatos con plaza adjudicada que accedió a hablar con este periódico, pero que prefirió ocultar su identidad, valoró ayer la actitud del Ayuntamiento de defender el sorteo como «la más correcta» y adivinó la presencia de una «mano negra» en la administración para paralizar el proceso. Explicó que, en este caso, no se trataba de una oposición a un puesto de trabajo sino de «una situación socioeconómica» de los aspirantes a los empleos de Corporaciones Locales, que ya venía determinada por el Emcan antes del sorteo público del martes. En su opinión, el sistema que se utilizó en el pabellón de Rubayo «era el más justo» para todos. Lamentó que la clase política siguiese viendo el desempleo como «un instrumento de caciquismo y de presión para pagar favores», opinó.
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