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Lidia López, con el pequeño Martín, ayer, en la Residencia.
Una joven de Reinosa da a luz por segunda vez en la carretera

Una joven de Reinosa da a luz por segunda vez en la carretera

Martín nació en la salida de la A-67 de Mogro. No le dio tiempo a llegar al hospital, como le sucedió a su hermano Pablo hace cinco años

Ana Rosa García

Sábado, 21 de febrero 2015, 07:48

¡Para el coche, que nace ya! Aunque en los últimos meses han trascendido varios partos precipitados sin llegar al hospital en casa, en el coche o en la ambulancia del 061, las probabilidades de que la escena la protagonicen los mismos padres dos veces son remotas. Pero es lo que les ha ocurrido a una pareja de Reinosa que el jueves tuvieron a Martín, un bebé que ha pesado 3.850 gramos, en el vehículo en el que se dirigían hacia la Residencia, apenas 40 minutos después de salir de casa.

«Nos pusimos de camino nada más romper aguas, aunque no tenía dolores ni nada, pero ya hacía diez días que había salido de cuentas», cuenta la madre, Lidia López, de 29 años. Lo que no se imaginaban, aunque habían bromeado con ello en alguna ocasión, es que el pequeño Martín su segundo hijo, no iba a poder esperar a llegar al paritorio y que tocaba improvisar un plan B, «otra vez». «Cuando íbamos en el coche, empecé a notar las contracciones cada vez más seguidas, cada cuatro minutos, cada dos... hasta que vi que había llegado el momento». Para entonces viajaban por la A-67 (Torrelavega-Santander) a la altura de Gornazo, así que no quedó más remedio que coger la primera salida, la desviación a Mogro, y buscar un sitio donde aparcar.

«Mi prima, que iba conduciendo, estaba atacada de los nervios.Mi pareja y otra prima, algo más tranquilos, me ayudaron, aunque la verdad es que el bebé salió solo». Fue un parto rápido y sin complicaciones. Los sanitarios de la UVI móvil del 061 de Torrelavega solo tuvieron que cortar el cordón umbilical y, tras comprobar que madre e hijo estaban «en perfectas condiciones», les trasladaron a la Residencia. «La familia ya me dice que con el tercero llegaré a Santander... que me voy acercando», bromea.

"Por lo menos no se me presentó el parto en plena nevada"

  • Un caso al mes

  • Con el «susto» superado y sin perder la sonrisa, Lidia se recuperaba ayer del parto en la planta de maternidad de la Residencia, donde reconocía que, «por lo menos, no me ha coincidido en plena nevada». Y es que para cuando tenía señalada la fecha de fin de embarazo, la capital campurriana estaba inundada de toneladas de nieve. «En cualquier caso, una vez te puede pasar, pero dos...ya es demasiado». En los últimos meses, las páginas de este periódico han dado cuenta de un nacimiento en una ambulancia del 061 (diciembre) en Torrelavega; de otro sin llegar a salir de casa (enero) en Parbayón, donde el padre de la criatura tuvo que asistir a su mujer, y ahora de este, a bordo de un coche en la A-67.

Y es que el nacimiento de su primogénito, Pablo, que ahora tiene 5 años, fue casi idéntico. «También había salido de cuentas ya.Cuando empecé a notar las primeras contracciones, partimos hacia Santander, pero solo pudimos llegar hasta Los Corrales de Buelna, aunque entonces, no estuve tan apurada como para dar a luz en el coche; nos dio tiempo a entrar en el centro de salud».

Al contrario que esta vez, que el parto exprés ha sido una «sorpresa» no había acudido previamente a urgencias, «con el primero estuve por la mañana en la Residencia y me mandaron para casa porque aún me faltaba. Nos fuimos y por la tarde, hacia las cuatro, nació Pablo».

Impredecible

Puesto que este tipo de circunstancias en ocasiones provoca reacciones y críticas entre los padres, que no entienden cómo puede ser que no se detecten síntomas de que se acerca el parto y que el desenlace se produzca al poco tiempo, el ginecólogo JuanManuel Odriozola, jefe del área de partos de Valdecilla, explica que casos como el de Lidia tienen una incidencia menor del 3%.«El parto precipitado es aquel en el que entre su inicio y el final no se superan las tres horas, pudiendo incluso ser extremadamente rápido», subraya. Es más, «cuando es así, no hay posibilidad de predicción». Una afirmación con la que quiere aclarar que no es que se actúe de forma errónea cuando se las remite a casa, después de una exploración en urgencias, aunque después se presente el alumbramiento sin tiempo de llegar o de hacerlo demasiado tarde para recibir la epidural (anestesia).

Odriozola señala que «las mujeres frecuentemente acuden a la maternidad cuando las contracciones se inician, pudiéndose encontrar todavía en una fase temprana o latente del parto. Sin embargo, un ingreso precoz no mejora ni acorta el proceso de parto, sino que aumenta la ansiedad en las embarazadas por la creencia errónea de que ingresada la dilatación debiera ser más rápida y tienen más posibilidades de iniciar tratamientos no indicados en el proceso de un parto normal».

Odriozola recuerda que la guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal del Ministerio de Sanidad y las guías internacionales, entre las que destaca la guía NICE británica, «recomiendan el ingreso hospitalario de un parto normal en su fase activa, es decir cuando ya se ha borrado el cuello del útero por encima del 50% y existe una dilatación de 3 a 4 centímetros, ya que una admisión temprana, sin un criterio patológico, se asocia a mayor intervencionismo injustificado».

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