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Miguel Ángel Pérez Jorrín
Viernes, 18 de noviembre 2016, 21:15
«Han pasado cinco meses, es tiempo suficiente», zanjó ayer Juan Carlos Gutiérrez, el presidente del comité de empresa de la factoría de Sidenor en Reinosa para explicar la decisión adoptada en la tarde de ayer de enviar sendas cartas a la dirección de la ... fábrica en Reinosa y del grupo liderado por José Antonio Jainaga en Basauri para exigir que les informen sobre el plan de futuro de la factoría campurriana. «Queremos participar en lo que nos afecte; es nuestro futuro y nosotros debemos ser los primeros», indicó Gutiérrez sin ocultar, tal y como se recoge en la carta, la preocupación y la incertidumbre que crece en el seno de la plantilla. Gutiérrrez volvió a insistir en que la factoría de Campoo es viable. «Si nos dan actividad, somos competitivos; solo necesitamos trabajo», remarcó.
En la carta se plantea también una de las principales reivindicaciones, y a la vez temores, de los 640 trabajadores de la plantilla campurriana: que la dirección de Sidenor trate por igual a todas las fábricas del grupo, con especial referencia a Basauri para la que recientemente se anunció una inversión de 35 millones de euros en un nuevo tren de laminación ultramoderno: «Ya se ha comprometido con un Plan Industrial para planta de Basauri, el cual contiene las directrices industriales que van a seguir en el futuro y son acompañadas por un Plan de Inversiones estratégicas aprobadas. Para el resto de las fábricas del grupo se desconoce su intención de futuro industrial», resume la carta.
Las próximas semanas serán claves para despejar estas incertidumbres. Los directivos de Sidenor y el Gobierno de Cantabria negocian desde hace días sobre la base de un detallado documento entregado por Sidenor. Sobre la mesa están las posibilidades de ayuda que pueda ofrecer el Gobierno y las seguridades que a cambio de ellas se exigirían a Sidenor. Sobre las primeras el Gobierno ya anunció su plena disponibilidad a actuar, dentro de los límites legales, con el apoyo del Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF) y de las lineas de apoyo a la reindustrialización de Sodercán y de otros departamentos del Gobierno.
Y las contrapartidas han quedado fijadas, a modo de lineas rojas, por la declaración unánime del Parlamento de Cantabria, que declaró estratégico para la comarca campurriana y para Cantabria el futuro de la planta de Reinosa.
Entre estas contrapartidas está que el apoyo que se facilite estará condicionado al compromiso de la empresa de mantener el empleo en el tiempo. También se alude a inversiones concretas como la modernizar el tren de laminación a fin de aumentar su productividad y la de invertir en una ampliación de las líneas de fabricación de acuerdo con un plan industrial.
Y hay una salvedad fundamental: la inversión que cuente con apoyos del Gobierno de Cantabria en sus diferentes lineas de apoyo a la reindustrialización debe ser efectivamente realizada en la planta campurriana para que sus efectos reviertan en la media de lo posible en el territorio.
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