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Tres de cada diez trabajadores cántabros que diariamente faltan a su trabajo lo hacen sin justificar las causas de su ausencia mediante una baja médica. En términos absolutos, se trata de 3.497 profesionales de los 11.162 que no acuden a diario a su puesto laboral en la región. Estos datos arrojan una tasa global de absentismo laboral en Cantabria, computado tanto el justificado como el que no lo está, del 4,7%, por encima de la media nacional, que representa un coste anual para las empresas cántabras de 608 millones de euros.
Así se desprende de un informe realizado por el servicio de estudios de Randstad, compañía dedicada a la gestión de recursos humanos, a partir de los datos oficiales procedentes de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el mismo se llevan a cabo dos mediciones alternativas del absentismo: en sentido amplio, incluyendo tanto las ausencias al puesto de trabajo debidas a la existencia de una baja médica (situaciones de incapacidad temporal) como el resto; y, de manera más pormenorizada, el absentismo por razones no justificadas, sea por la causa que sea.
El estudio advierte de que el absentismo «es uno de los fenómenos que más afectan a los resultados de las compañías». La ausencia del trabajador de su puesto de trabajo cuando estaba prevista su presencia supone «un impacto directo tanto en su productividad como en sus costes empresariales, lo que lastra su competitividad». El presidente de la CEOE-Cepyme de Cantabria, Lorenzo Vidal de la Peña, añade además «el coste de motivación hacia el resto de trabajadores» que generan las ausencias injustificadas «al ver que otros no apoyan, no empujan, no reman igual».
Para combatir y reducir el absentismo, el máximo representante de la patronal en la región pide el «apoyo» e «implicación» de los sindicatos en la mesa de Negociación Colectiva abierta a nivel nacional para negociar los salarios, porque éste es «un problema de todos». Vidal de la Peña solicita que el absentismo se «contemple» como otros factores como la productividad -que se 'premie' a quienes no lo protagonizan- y que se recoja su impacto en el sueldo variable de los trabajadores. En definitiva, que el ahorro de costes que se obtenga reduciendo el absentismo se traduzca en más empleo y mejores sueldos.
Randstad Research, por su parte, propone soluciones para reducir este fenómeno desde tres ámbitos: la prevención de riesgos y los programas asistenciales para los empleados; fomentar medidas para mejorar la conciliación laboral y familiar (la conciliación se ha convertido en el segundo factor más importante para elegir una empresa en la que trabajar por parte de los candidatos); y la creación de planes específicos en las empresas para reducir el estrés y la presión psicológica en el trabajo.
El estudio, hecho público esta semana, refleja que durante el tercer trimestre de 2017, una media de 3.497 cántabros faltaron cada día a su trabajo sin presentar una baja, el equivalente al 1,5% de los ocupados en la región. Si se analiza este fenómeno en su conjunto, incluyendo también el absentismo justificado (los que presentan una baja médica), el estudio pone de manifiesto que más de 11.000 profesionales en Cantabria no acuden a su empleo diariamente.
En el conjunto del país, 247.000 profesionales (el equivalente al 1,3% de los ocupados) faltan a su puesto de trabajo cada día sin baja médica, cifra que asciende hasta los 820.000 cuando se tiene en cuenta los que justifican su ausencia, lo que supone para las empresas españolas un coste anual de 50.200 millones, el 4,5% del PIB, teniendo en cuenta factores como la pérdida de productividad y eficiencia, lo que reduce la competitividad de las compañías; los costes directos (pago de la prestación y la cotización a la Seguridad Social, contratación de sustitutos...); y el coste de oportunidad en la producción de bienes y servicios. A las empresas cántabras el absentismo les cuesta 608 millones de euros anuales, una cantidad llamativa, pero minúscula si se compara con los 9.956 millones de Cataluña o los 8.935 de Madrid.
El análisis pone de manifiesto que existe una gran dispersión respecto al absentismo laboral en función de los territorios donde los profesionales desarrollan su actividad. En este sentido, el estudio de Randstad Research confirma a Cantabria como la sexta comunidad autónoma con la tasa más alta de España, un 4,7%, tan sólo superada por País Vasco, Asturias, Galicia, Castilla-León y Canarias. Excepto el archipiélago canario, las cifras revelan que la zona norte es la más afectada por el absentismo. Mientras, los menores niveles se localizan en La Rioja, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, por debajo del 4%. En este caso la media nacional se sitúa en el 4,3%. Si se compara con el mismo periodo del año anterior, la ratio cántabra ascendió un 0,19%, mientras que en el conjunto de España creció el 0,11%.
Respecto el absentismo laboral no justificado, la tasa de trabajadores cántabros que no acreditan su ausencia mediante una baja médica significa el 1,5% del total, también superior al promedio nacional, que es del 1,3%. Sólo Castilla y León (1,9%) y País Vasco (1,7%) presentan valores superiores. Aquí también las regiones del norte de la península tienen tasas más elevadas que las del centro y sur. Por su parte, Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid y Canarias se posicionan como las comunidades con menores índices. En términos interanuales, este tipo de absentismo injustificado creció en la región un 0,12% entre 2016 y 2017 cuando en el conjunto del país no registró variaciones.
«A medida que mejora la situación económica, el absentismo crece, al igual que cuando vino la crisis bajó», resume Vidal de la Peña.
Al margen del análisis de la situación por territorios, el estudio también refleja mediciones localizadas para tres grandes sectores: Industria, Construcción y Servicios.
De esta manera, el absentismo laboral sin baja alcanza al 1,6% de la población cántabra ocupada en la industria; al 0,5% de la que trabaja en la construcción; y al 1,5% de la empleada en los servicios. Si en el escrutinio se incluyen las ausencias laborales justificadas, los porcentajes se van hasta el 5,5% en la industria (el segundo más alto de España), el 3,8% en la construcción y el 4,5% en los servicios.
En el caso de la media nacional, el absentismo laboral no justificado es del 1,3% en la industria, del 0,5% en la construcción y del 1,3% en los servicios. Sumado el de las bajas médicas, los porcentajes suben hasta el 4,4% en la industria, el 3,1% en la construcción y el 4,4% en los servicios. Todas las tasas de absentismo laboral de Cantabria son superiores a las medias nacionales.
El estudio de Randstad Research indica que, a nivel nacional, las actividades de juegos de azar y apuestas (7,1%), la asistencia en establecimientos residenciales (6,9%) y los servicios sociales sin alojamiento (6,8%) fueron las tres ramas laborales que registraron un mayor nivel de absentismo laboral durante el tercer trimestre del año pasado, muy por encima de la media. Sin embargo, una vez descontadas las bajas por incapacidad temporal, las áreas en las que más trabajadores faltaron a su puesto fueron fabricación de vehículos de motor (3,1%), coquerías -fábricas de carbón vegetal- y refino de petróleo (2,9%) y las actividades sanitarias (2,5%).
Por el contrario, los sectores con las tasas de absentismo laboral más reducidas fueron las actividades relacionadas con el empleo (2,1%, la mitad que la media nacional), edición y telecomunicaciones. Sin tener en cuenta las ausencias al trabajo justificadas, los menos absentistas fueron la construcción de edificios (0,4%) y la venta y reparación de vehículos (0,5%).
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