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Pilar González Ruiz
Domingo, 7 de septiembre 2014, 07:49
Aparcar. Acampar. Pernoctar. En torno a estos tres conceptos se suceden la confusión y la arbitrariedad que afecta a un sector de importancia turística creciente: las autocaravanas.
Alrededor de 40.000 vehículos componen el actual parque móvil de autocaravanas en España, una tendencia de transporte y ocio que empezó a crecer a comienzos de los años 90 y aún no ha dejado de hacerlo. A esta cifra se suman los más de 200.000 vehículos de esta modalidad que visitan el país a lo largo del año, bien como destino principal, bien como paso hacia otros puntos.
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Estamos en Liencres. Es mediodía de un jueves veraniego. Frente a la playa de la Arnía encontramos seis autocaravanas. Otras 12 están estacionadas en el aparcamiento de Valdearenas, rodeadas por un ídilico entorno de dunas y bosque costero.
Los hosteleros de ambas zonas destacan que, lejos de repercusiones negativas, la presencia de autocaravanistas supone un ingreso añadido. Son, sobre todo, extranjeros, alemanes y británicos, que se quedan durante una o dos noches. En la mayoría de las áreas, la normativa no permite más de 48 horas. Y ahí radica parte de la problemática fundamental.
El régimen de parada y estacionamiento en vías urbanas se regulará por ordenanza municipal, y podrán adoptarse las medidas necesarias para evitar el entorpecimiento del tráfico, entre ellas, limitaciones horarias de duración del estacionamiento. Así se contempla en la instrucción impulsada por la Dirección General de Tráfico ante el constante crecimiento del llamado 'caravaning' y la falta de una regulación específica. Esta moción fue aprobada por el Pleno del Senado, y son numerosos los conductores que la llevan visibles en sus vehículos para evitar las medidas punitivas
La orden señala que en ningún caso podrán las ordenanzas municipales oponerse, alterar, desvirtuar o inducir a confusión estos preceptos. Sin embargo, ocurre. Tres de los cinco autocaravanistas consultados en Liencres han sido multados o apercibidos. El toque de atención ha llegado por parte de la Guardia Civil, los funcionarios de Costas o el guarda del parque natural. No se puede pernoctar, insisten. Y de hacerlo, el lugar adecuado es el aparcamiento conocido como los pinares que, según los conductores, no es precisamente tranquilo o seguro. Nadie da explicaciones, comentan. Ni ellos mismos saben muy bien qué tienen que decirnos -continúan-. Aunque con los extranjeros son más permisivos, muchas veces lo hacen para asustar y que nos vayamos a otra zona para no molestar a los campings. Y aquí surge el segundo punto de fricción.
Camping o autocaravana
Los campings cuentan con espacios para las autocaravanas. Espacios que se cobran, como el resto de servicios, con la diferencia de que estas viviendas rodantes no necesitan la mayoría de esos recursos facilitados. No tiene sentido crear 'campings-car' lejos de las zonas turísticas y tampoco tratar de meter a las autocaravanas en los campings tradicionales, dice uno de los usuarios.
En muchos casos, además, quienes optan por este tipo de ocio no están interesados en recurrir a estas instalaciones: Viajamos en autocaravana para poder estar juntos, en contacto directo con la naturaleza. No queremos meternos en un camping o en un hotel. Son ellos quienes presumen de mantener el entorno en perfectas condiciones: sin basuras, sin ruidos, sin problemas. Un sólo día de 'dominguerismo' deja muchos más destrozos que toda la temporada de surf o de autocaravanas, resumen.
El presidente de la Asociación de Campings, Pablo Alonso, señalaba hace unas semanas a este periódico que no se trata «de que aparquen en cualquiera de los campings legales, sino de conseguir que la imagen de nuestra costa, las playas y la hostelería no quede tocada por la mala imagen que dan estos vehículos durante tres días del fin de semana o durante todo el verano allí instalados».
El Ministerio del Interior publicó el único Manual de Movilidad en Autocaravana que existe en la actualidad y que fue editado a través del Observatorio Nacional de Seguridad Vial en el año 2008. Según recoge, en España el 46% de los usuarios dedican estos vehículos a la itinerancia. Un 28% a la estancia y el 26% restante a la combinación de ambas.
Perfil de autocaravanista responde al de persona mayor de 40 años, con un poder adquisitivo medio alto y que viaja unos 200 días al año, en familia o en pareja, que suele utilizarla para desplazarse en todas las estaciones del año, aunque el uso es mayor en la época estival. La mayoría de usuarios son propietarios, pero también se recurre al alquiler.
El precio de venta de una de estas viviendas móviles oscila entre los 36.000 y los 105.000 euros en modelos estándar. Si el usuario recurre al método del alquiler, en nuestra región encontramos una media de precios que van de los 90 a los 150 euros al día en función de la clase, plazas o temporada. El gasto medio estimado por persona es de unos 18 euros al día en restaurantes, supermercados y otros servicios.
El sector en Cantabria
Tres empresas se dedican en nuestra región a la venta o alquiler de autocaravanas y caravanas, un turismo que, en palabras de Gerardo Alonso, de Caravaning Cantabria, no es barato y desde hace cuatro años está en auge. Lamenta, sin embargo, el estado de las escasas instalaciones construidas al efecto en nuestra región: cinco en Cantabria, por 95 que tiene Galicia, por ejemplo. El turista que recurre a este tipo de vehículo no es necesariamente nacional. Llegados en el Ferry o los vuelos operados desde el aeropuerto de Santander, numerosos extranjeros alquilan una autocaravana para moverse libremente en las rutas elegidas. Confirma la fidelidad del cliente que comienza comprando una furgoneta para terminar haciéndose con una autocaravana y ya no lo deja.
Hasta este momento, España dispone de unas 70 áreas de servicio para autocaravanas (públicas y privadas). De ellas, se localizan en Cantabria una de carácter público (Liérganes), tres de carácter privado (Brañavieja, Rionansa, y Cabárceno), tres en ruta (Gornazo, Hazas de Cesto, Ribamontán al Mar) y dos definidas como parking (Santander y Bárcena Mayor). En cuanto a campings con espacios destinados a las caravanas, existen 14 repartidos por la geografía de Cantabria, todos en zona costera, a excepción del ubicado en Reinosa.
Santander no quiere el 'autocaravanismo'. Así de contundente se muestra el Presidente de la Asociación Cántabra de Autocaravanas Lábaro, Jesús Merino. Los autocaravanistas consultados van más allá y afirman que Santander es lo más restrictivo de España. El trasfondo de esta circunstancia responde, bajo su punto de vista, al desarrollo de zonas turísticas de primera y de segunda clase, y al hecho de que este no es el tipo de turismo que quieren que se vea en Santander, pero no se paran a pensar lo que supone para la economía
El grupo municipal regionalista de Santander presentó el 29 de mayo, una moción que precisamente abordaba esta cuestión e instaba al Consistorio a crear áreas de permanencia, paso y parada técnica para las autocaravanas. José María Fuentes-Pila apoyaba su exposición en los datos que arroja est modalidad turística: 800.000 personas al año. Hasta el momento, no ha habido una respuesta práctica a esta iniciativa y mientras tanto, Santander sigue siendo una ciudad vetada para los autocaravanistas.
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