Dos corbatas y una americana clara

Una imagen para cada momento. Impoluto y sin arrugas, adecuado a cada escenario y, sobre todo, a cada contexto o circunstancia. Como se espera de un monarca joven y todo lo moderno que le permite la institución. El Rey Felipe VI se dejó ver en Santander, en público, sin corbata y con americana clara. Informal como era su visita a las instalaciones del Mundial de Vela, donde además de departir con el equipo olímpico se ha visto con viejos compañeros de regatas.

Pero hasta llegar aquí se ha cambiado de estilo hasta tres veces más. La mañana la arrancó de padre trabajador que lleva a sus hijas al colegio. Llegó a Santa María de los Rosales de Madrid, en el primer día de clase de la Princesa de Asturias y su hermana, en mangas de camisa pero vestido de traje, conduciendo su propio coche. La Reina Letizia, ad hoc, con una sudadera.

El mismo traje azul marino y la corbata a rayas rojas y crema que luego llevó en Zaragoza para visitar la factoría de GM en Figueruelas (Zaragoza).

A primera hora de la tarde, llegó a Santander. Por el camino, la corbata a rayas se convirtió en una negra para visitar de forma privada a la familia de Emilio Botín y trasmitirles su pesar por el fallecimiento del banquero. El contexto y la circunstancia requería un símbolo de duelo. Una hora después, reaparición, esta vez en público. Fuera traje oscuro, bienvenida americana crema y 'good bye' corbata. Tocaba la consabida ruptura del protocolo para saludar a los ciudadanos congregados frente al centro de Alto Rendimiento de Vela (CEAR).

Y es que la imagen puede estar cargada de símbolos, solo hay que fijarse un poco. Véase a Ana Patricia Botín -Ana Botín, tras ponerse al frente del banco Santander- vestida este jueves de negro riguroso en el entierro de su padre, pero con un largo fular rojo al cuello. Homenaje o continuidad a la tradición que impuso Emilio Botín con las sempiternas corbatas rojas de los directivos del banco. El pantone 032C, el rojo más puro.