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Ana Rosa García
Viernes, 10 de octubre 2014, 10:01
Hasta la lejía para la desinfección se multiplica por cinco. El grado de preocupación por la letalidad del ébola es exponencial, especialmente entre el personal sanitario, en primera línea ante la amenaza biológica. La alerta ha hecho que se extremen las precauciones. El hospital Valdecilla ha diseñado un protocolo más rígido que el inicial, que afecta a la plantilla del centro y de las empresas contratistas, y que proporciona las normas de actuación ante un paciente con enfermedad de ébola, «sospechada o confirmada». Más directo, más concreto y con aportaciones clave en las que en la primera versión no se había incidido.
El cambio más importante supone la inclusión de una tercera vía de transmisión entre personas. Además del contacto directo con un fluido del paciente (sudor, sangre, orina, heces, vómitos, lágrimas...) y del contacto indirecto con un objeto contaminado por esos mismos fluidos, se advierte de «la vía aérea por gotas gruesas generadas al hablar o toser» a menos de un metro de distancia. Aunque el documento recalca que el ébola no es transmisible por aire a distancia (aerosoles) ni por insectos, se avisa a los trabajadores de este riesgo que en el protocolo anterior figuraba como «no demostrado» y «no descartable». Asimismo, se detallan de forma más clara los criterios clínicos (fiebre a partir de los 38,3ºC y evidencia de sangrado externo o interno u otras síntomas como cefalea, vómito, diarrea...), que deberán ir acompañados siempre de criterios epidemiológicos (averiguar si el paciente ha estado en algunos de los países con ébola o en contacto con personas con sospecha o confirmación de contagio).
Los 250 nuevos trajes de protección para el personal de Atención Primaria se empezarán a distribuir hoy en los centros de salud, donde reina el desasosiego. Y con ellos llegará el recordatorio de recomendaciones y medidas recogidas en el protocolo que el gerente, José Antonio García del Río, transmitirá a los 46 coordinadores de equipos en la reunión convocada de urgencia hoy para «reforzar la información y los procedimientos y programar la formación de los profesionales, que empezará la semana que viene». Ayer, la Consejería de Sanidad reconoció que los equipos de protección individual enviados en agosto a los centros de salud y servicios de urgencias de Atención Primaria fueron «los adquiridos por la comunidad con motivo de la gripe aviar, pero complementados con una mascarilla quirúrgica y unas gafas estancas». Aunque, a renglón seguido, aclaró que «son perfectamente válidos para proteger al profesional y cumplen los requerimientos del Ministerio y del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales», y que la decisión de adquirir los nuevos trajes se adoptó la semana pasada tras realizar el primer simulacro, es decir, «antes de detectarse el contagio de Madrid».
Otra de las modificaciones más significativas del protocolo tiene que ver con el momento de la detección externa. Si antes se indicaba la llamada al 112 para avisar de la identificación de un caso en investigación todo aquel que cumple los dos criterios anteriores, ahora se ordena la llamada directa al 061, ya sea desde centro de salud, urgencias hospitalarias o Sanidad Exterior. Será el 061 quien informe a Salud Pública para ratificar o no la detección. El grueso del protocolo se centra en Valdecilla, por ser el centro de referencia de la comunidad para atender posibles casos de ébola y también el foco de mayor riesgo. El equipamiento y las medidas de higiene durante el traslado del enfermo también se amplían. Si para la limpieza de la ambulancia antes bastaba con 20 centilitros de lejía diluida por litro de agua, ahora se multiplica por cinco (100 cc/litro de agua) la concentración de desinfectante. La misma pauta se repite para tratar las superficies y objetos contaminados durante el ingreso. Ferrovial es la empresa encargada de la limpieza y gestión de los residuos.
Tras la llegada al hospital, la indicación es más rotunda: aislamiento estricto por contacto y por gotas. La segunda planta del pabellón 15 se mantiene como el área habilitada para ingresar a los infectados. Ahora se desvela cómo se debe acceder hasta ella: por una puerta lateral próxima (pero independiente) a la entrada de Urgencias. Un circuito de pasillos que implica dos cambios de planta en ascensor.
Aviso a la Dirección
Hay otro cambio que revela la magnitud de la alerta. Llegado el caso, las nuevas medidas fijadas desde Valdecilla indican que se debe avisar también a la Dirección Médica, la Dirección de Enfermería, al director gerente y a Salud Pública. En el anterior documento solo se citaba al equipo médico y de enfermería asignado para el tratamiento del caso, al personal subalterno, de seguridad y de limpieza, y a los profesionales de laboratorios.
El nuevo protocolo apunta con más precisión las medidas de protección de todo el personal que interviene en el abordaje del ébola. Establece el equipamiento necesario según el nivel de riesgo e indica la higiene frecuente de manos «siempre antes y después de la asistencia al paciente y antes y después de usar los trajes de protección». Otro detalle para mayor seguridad: la fricción con gel alcohólico se amplía de 30 a 60 segundos.
De la misma forma, las nuevas medidas asistenciales introducen la orden de contar con un contenedor rígido de desecho «lo más cerca posible del área de uso de cortopunzantes» (agujas, por ejemplo), un material que se procurará utilizar lo mínimo posible. Hay otras dos pautas añadidas, que tienen que ver con el manejo post-mortem del infectado. Se elimina la coletilla a ser posible y se ordena «la introducción del cadáver en bolsa de cierre hermético en la propia habitación para el traslado al exterior, previa desinfección externa de la bolsa». Una vez en el féretro sellado, «se entregará al Servicio Funerario para incineración».
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