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Consuelo DE LA PEÑA
Domingo, 9 de noviembre 2014, 07:50
El asaltante del furgón blindado de Prosegur herido de bala en un tiroteo con agentes de la Policía en La Penilla de Cayón e ingresado en el Hospital Valdecilla «evoluciona favorablemente» tras ser operado, mientras se intensifica el cerco para detener al segundo atracador, que tal parece se lo hubiera tragado la tierra. El herido, un hombre de unos 50 años que responde al nombre de Lorenzo, continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permanece fuertemente custodiado por agentes.
La operación sigue abierta y la Policía se ha conjurado para evitar cualquier filtración que dé al traste con el arresto del fugado, que está perfectamente identificado. Después de seis atracos a bancos en Cantabria en lo que va de año y ninguna detención, la autoridad policial busca resolver este caso y ha blindado su actuación para evitar fugas de información que echen por tierra unas investigaciones que parecen encarriladas tras la detención de uno de los implicados.
Cuatro días después del asalto al blindado de Prosegur, la Policía consiguió identificar a los dos malhechores y estableció un cerco policial que permitió la detención de uno de ellos tras un tiroteo de película. Pero el segundo atracador consiguió eludir el dispositivo y se dio a la fuga, lo que impidió coronar con éxito la operación policial.
Algunas fuentes apuntan que podría haber conseguido huir a Francia, pero este extremo no ha podido ser confirmado oficialmente ante el mutismo que rodea las indagaciones. Según ha podido saber este periódico, los agentes han tomado declaración a tres personas, que posteriormente han quedado en libertad. Tampoco se descarta que haya otros implicados en el asalto, una acción que se llevó a cabo el pasado lunes con exquisita limpieza.
Mala racha
Las autoridades gubernativas alardean de que Cantabria goza de uno de los índices de criminalidad más bajos de España, pero la región cierra hoy una de las semanas más negras en lo que a seguridad ciudadana se refiere. El lunes amaneció con el atraco a mano armada al furgón blindado de Prosegur a las puertas del supermercado Mercadona, en el barrio Los Ochos de Torrelavega, una acción ejecutada con profesionalidad, sin tiros, sin violencia, con una limpieza quirúrgica.
No habían pasado 48 horas cuando otro atraco convulsionó la actualidad. Un individuo, pertrechado tras unas gafas y peluca, secuestró al director y único empleado de la oficina 2 de Caja Cantabria de Laredo cuando salía de su domicilio de Cicero, le obligó a que lo llevara en su coche hasta el banco, lo maniató y se fugó con el botín.
Tan solo dos días después, los vecinos de la urbanización 'El Castro', de La Penilla de Cayón, se madrugaron con el ruido de disparos policiales y uno de los atracadores del blindado detenido, malherido y hospitalizado en Valdecilla. Demasiados sobresaltos para lo que se presume una región tranquila.
Profesionales
El 'modus operandi' utilizado por los asaltantes del furgón revela que se trata de profesionales. En el atraco los delincuentes iban armados con una escopeta de cañones recortados, encapuchados y vestidos de negro, pero actuaron rápido y sin violencia.
Habían estudiado perfectamente las entradas y salidas de la zona de Los Ochos, utilizaron un vehículo robado para acceder al lugar de los hechos y otro para darse a la fuga con el fin de obstruir así las investigaciones, y ejecutaron el plan con una frialdad y celeridad impropia de aficionados. Se diría que no era la primera vez que protagonizaban un asalto de estas dimensiones. Aunque dejaron cabos sueltos, porque dos jornadas después la Policía dio con ellos.
El día de autos los atracadores esperaron al camión blindado a las diez de la mañana del lunes en la calle sin salida de la zona de Los Ochos, donde los vigilantes aparcaron para recoger la recaudación de Mercadona. Cuando salían del centro comercial y se dirigían al vehículo fueron encañonados por los ladrones, vestidos de negro y con la cara cubierta. Tras intimidarles, se apoderaron de sus revólveres, cogieron seis sacas llenas de dinero y huyeron a pie para posteriormente huir en otro vehículo.
Los responsables de Prosegur, que han evitado cuantificar la cantidad sustraída, denunciaron el robo y la Policía localizó en la misma calle, casi al lado del furgón blindado, una Renault Kangoo de color blanco, que había sido sustraída una semana antes en Raos. A partir de ese momento, la Policía Judicial se puso manos a la obra para identificar y detener a los delincuentes. Se inspeccionó el furgón blindado, se tomó declaración a los vigilantes, se intervinieron y visionaron las cámaras de seguridad de la zona y la grúa trasladó la furgoneta Kangoo a dependencias de la comisaría para tomar huellas.
Esas y otras pesquisas condujeron a los agentes hasta una urbanización de La Cueva, en La Penilla de Cayón, en cuyo aparcamiento en superficie se encontraba estacionado un vehículo Audi 3, de color negro con matrícula francesa, robado en el país galo. La Policía tenía la sospecha de que este turismo había sido utilizado por los atracadores, por lo que éstos no debían estar muy lejos. Así que las fuerzas de seguridad desplegaron durante la noche un amplio dispositivo, integrado por más de medio centenar de agentes, uniformados y de paisano, dispuesto a entrar en acción en cuanto algún individuo se acercara al vehículo sospechoso. Y así ocurrió. En torno a las 7.45 horas, un individuo abrió el Audi y lo arrancó, momento en que los agentes le dieron el alto. El conductor, lejos de entregarse, aceleró e intentó atropellar a los agentes, que sacaron sus armas para evitar ser arrollados por el asaltante, según fuentes policiales. El presunto delincuente recibió dos impactos de bala y fue trasladado al Hospital Valdecilla, donde se recupera de las lesiones. Su compinche sin embargo se dio a la fuga y es hoy el hombre más buscado de la región.
Entre un episodio y otro, un hombre no identificado secuestró en Cicero al director de la oficina de Caja Cantabria en Laredo y le utilizó de escudo humano para llevarse el dinero que había en la sucursal, unos 35.000 euros. La Policía ha descartado que exista conexión entre ambos sucesos, sin embargo sí investiga posibles vinculaciones entre el atraco a la sucursal bancaria del miércoles y otros sucesos similares cometidos en la zona oriental de la región durante el pasado verano.
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