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ASER FALAGÁN
Viernes, 23 de enero 2015, 07:40
El Alto de El Churi, en Camargo, fue ayer el tétrico escenario del final de una larga historia de maltrato animal que ha terminado con tres perros, una oveja, una vaca y un cerdo muertos por inanición, la intervención del Seprona, una investigación abierta por parte del Gobierno regional y la indignación general de vecinos y asociaciones protectoras. Esos mismos colectivos, y más en concreto ProAn, consiguieron gracias a sus denuncias públicas que se actuara a tiempo para rescatar de la muerte a un buen puñado de reses abandonadas en una desvencijada estabulación situada en el barrio El Pasiego.
La alarma la dio de la forma más triste posible uno de los perros encerrados en el viejo establo, que atado y presa del hambre trató de escapar por una ventana y terminó ahorcado, colgando en una de las paredes laterales. Ya para aquel momento algunos vecinos habían escuchado a los perros, aunque sin reparar en la situación hasta que fue demasiado tarde para alguno de los animales.
Según explicó a este periódico Javier Izquierdo, portavoz de ProAn, después de haber sido informada de la situación a principios de semana y tomar fotografías, la Guardia Civil se presentó ayer de nuevo en la zona tras recibir una comunicación del propio Izquierdo. Para entonces la fotografía del cánido había comenzado a circular por las redes sociales y una vez en el lugar, los agentes constataron que el animal ya no colgaba del exterior del edificio, sino que su cuerpo se había vuelto a colocar en el interior sin que se haya trascendido por el momento quién lo hizo. La fotografía y la llamada de Izquierdo sirvieron como desencadenante último para que miembros de las asociaciones ecologistas y la propia Guardia Civil se desplazaran a la zona, donde los agentes dieron parte al Seprona. El panorama que se encontraron no dejaba dudas del abandono al que se habían visto sometidos los animales, encerrados en la estabulación hasta su supuesta muerte por inanición (al menos eso apuntan los informes veterinarios).
Los cadáveres de dos perros que reposaban juntos hacían intuir que habían muerto hace muy escaso tiempo. El abandono lo evidenciaban también el derrumbe de parte de los cerramientos y zonas de la techumbre caídas y los deteriorados graffitis de las paredes, que invitan a sospechar que la zona no ha tenido ningún tipo de actividad reciente.
No se trataba de un episodio esporádico. Cerca aparecieron los cadáveres de una oveja y una vaca en un avanzado estado de descomposición y con apariencia acartonada que compartían espacio en una pequeña zona de la estabulación con un caballo aún vivo, aunque en un estado famélico. En otra parte de la destartalada cuadra se encontraron también los restos de un cerdo fallecido, este sí, en un plazo de tiempo más reciente y, según apuntan las primeras investigaciones, también por inanición. Tras alimentar a los animales supervivientes, entre ellos a un cuarto perro en sorprendentes buenas condiciones y a una intrépida oveja que había resultado herida (podría tener alguna pata rota) tras conseguir escapar del recinto, se dio parte al Seprona y se consiguió localizar al propietario de la estabulación, que algo más tarde de las dos de la tarde se presentó en la zona para hablar con los agentes.
La investigación aún no ha aclarado si los animales eran de su propiedad. De acuerdo con las primeras informaciones, se baraja la posibilidad de que el propietario hubiera cedido las instalaciones a una segunda persona y ésta incluso a una tercera. Se trata de una de las interrogantes que debe despejar la investigación que abrirá Ganadería.
Al menos algunos de los perros carecían del chip y no se descarta que el resto del ganado pudiera estar sin censar, incluida la docena larga de ovejas aún vivas que ocupaban una zona cercada y otro escuálido caballo que había quedado ubicado en una zona de pasto. Tras el supuesto largo tiempo sin ser atendido había rasurado el césped hasta dejar poco más que unas raíces entre las que seguía buscando alimento.
El Seprona ya ha denunciado los hechos a la Consejería de Ganadería que, tras enviar a los servicios veterinarios, recibirá esta misma mañana el acta para abrir la investigación y el previsible expediente sancionador. A media tarde dio también orden a Tracsa para la retirada de los cadáveres (el resto de los animales permanecían aún a última hora de la tarde en la estabulación) mientras los expertos de la Consejería coincidían en que todo apunta a un caso de maltrato animal por abandono.
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