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Una de las máquinas quitanieves de Fomento en El Escudo.
Listos para la gran ola de frío

Listos para la gran ola de frío

El plan de vialidad invernal coordina los recursos para garantizar la circulación en las carreteras, mientras en los pueblos más altos luchan contra los elementos para mantenerse comunicados.

Mariña Álvarez

Martes, 3 de febrero 2015, 07:19

Desde esta medianoche Cantabria quedará sumida en medio de otro temporal, que viene con nieve, lluvia y temperaturas muy bajas. Es la gran ola de frío que recorrerá todo el país y que hará que en el norte nieve sobre nevado. Y aunque ningún meteorólogo aventura que en Santander se podrá pasear por la playa pisando nieve, sí que se pronostica que caerán copos más o menos consistentes en la costa mañana miércoles, cuando la cota quedará a nivel del mar y se anuncia el peor día de toda esta ola de frío, que permanecerá activa hasta este domingo.

El plan de vialidad invernal está listo para coordinar todos los recursos que sean necesarios y garantizar la seguridad en la red de autovías y carreteras. Cerca de medio centenar de máquinas quitanieves trabajarán día y noche para contrarrestar los efectos del temporal en la A-67, la A-8, la S-20 y la S-30, además de todas las carreteras convencionales de titularidad estatal. Están en guardia 130 personas, en colaboración con la Jefatura Provincial de Tráfico y la Guardia Civil, en un dispositivo en el que participan también la Aemet, la Unidad de Protección y Emergencias de la Delegación del Gobierno, y, por parte del Ejecutivo regional, Protección Civil y Obras Públicas. El riesgo principal está en la circulación de vehículos pesados y que la nieve provoque que alguno pueda quedar cruzado en la calzada, provocando un corte instantáneo y dejando al resto de conductores atrapados. La organización de convoyes es otra de las medidas que se pone en práctica para dar salida a camiones y turismos en caso de ser necesario.

La vida en los pueblos de alta montaña

Todas las posibilidades están sobre la mesa por si a partir de esta noche la situación se complica más de la cuenta. Y no solo en la red estatal de carreteras, también en los municipios más altos trabajan a todas horas para espantar el fantasma del aislamiento. Casi todos lo consiguen y hablan en pasado lejano de aquellos inviernos de acopio de víveres y calles sepultadas bajo la nieve. "¿Que si algún pueblo se queda aislado? No, no, no se deja", cuentan en el Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso, un municipio con 25 núcleos habitados, algunos a altura considerable, como Camino, Abiada, Mazandrero o Brañavieja. El Ayuntamiento dispone de seis quitanieves para todo su territorio, un servicio municipal que recoge cada día a las personas que estén enfermas y las lleva al ambulatorio y donde dicen que tienen que retroceder más de una década para recordar que algún día algún vecino se haya quedadoó atrapado en su pueblo, "en Brañavieja, hace algo más de diez años ocurrió", cuentan.

Y ni se pasa hambre ni frío. En estas localidades de alta montaña los arcones están a rebosar. "Se mantiene la costumbre de guardar la matanza para pasar el invierno", cuenta el alcalde de Valderredible, Fernando Fernández, pero no porque en realidad sea imprescindible. "Tenemos una buena infraestructura para la apertura de viales, con la colaboración entre el Gobierno regional y el Ayuntamiento", añade. En su caso, disponen de una pala quitanieves del Gobierno, otra del Ayuntamiento y otra más del 112 que utilizan en caso de urgencia. Y consiguen que nadie se quede aislado.

Las comunicaciones se realentizan, y a estos lugares hay que ir con otro 'chip' en esta época, cuenta Fernández. "Los accesos se complican y, aunque llegar vas a llegar, todo lleva más tiempo". La Serna de Ebro, Loma Somera y Población de Arriba son algunos de los núcleos más elevados, situados en las alturas del valle, donde "antiguamente" sí que una nevada como la que se avecina significaba aislamiento seguro. "Hace mucho tiempo que evitar este problema se convirtió en una prioridad", indica el regidor. Así que pocas cosas cambian en estos pueblos cuando el invierno se recrudece. "En el mundo rural el modus vivendi es almacenar leña en otoño y llenar los arcones...", aunque el Ayuntamiento hasta facilite a estos vecinos transporte para ir al supermercado o llevarles el pan a sus casas, "lo que necesiten. Tenemos obreros pendientes del teléfono todo el día". Los "nativos", cuenta, llevan con absoluta normalidad estas olas de frío, no así "los que vienen de fuera a pasar el fin de semana, disfrutar de la nieve y luego pretenden volver a sus ciuades con sus prisas y sus horarios de trabajo... Para los de aquí, una hora más o menos no nos importa. La nieve relaja las actividades".

En Tresviso, aislados día y medio

Los que no están demasiado relajados son los vecinos de Tresviso, uno de los pueblos que sí se queda aislado en algunos momentos todos los inviernos. La última vez, ayer mismo. En esta localidad disponen de una máquina quitanieves para todo el municipio. No da abasto. La maneja el propio alcalde, Javier Campo, a turnos con otro vecino. Y a veces ocurre que, cuando consiguen despejar la carretera de acceso al pueblo, otra nevada la vuelve a tapar. "Ayer -por el domingo- estuvieron limpiando la carretera sin descanso desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la madrugada, y aún así no terminaron. Tuvieron que volver al día siguiente a sacar la pala porque les quedaron tres kilómetros, así que llevamos día y medio aislados", señalaba ayer Miguel Campo, hermano del alcalde. Es que Tresviso tiene la peculiaridad de que, estando a 907 metros de altitud, su carretera para salir de allí es de subida, y llega a alcanzar una cota de 1.300 metros, donde el viento suele acumular bastante nieve.

Pero en Tresviso, aun con su medio metro de acumulación de nieve y la carretera cortada, los vecinos llevan "con normalidad" la crudeza del invierno. Ante una situación de emergencia, "viene el helicóptero, y si no puede accceder, vienen los del Greim, por si alguien necesita medicinas o lo que sea", añade Campo. "Pero la gente no tiene problemas, es lo que aquí se vivió desde siempre. Se guarda comida, al ganado se lo tiene recogido y se procura limpiar los accesos todos los días".

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