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En el centro, Pablo Gonzalvo, el hijo del médico fusilado en 1937. Su retrato es el tercero por izquierda.
Valdecilla recupera la memoria del gerente fusilado en la Guerra Civil

Valdecilla recupera la memoria del gerente fusilado en la Guerra Civil

La biblioteca Marquesa de Pelayo acoge ya el retrato de Ernesto Gonzalvo junto al resto de gerentes del hospital

Leticia Mena

Martes, 21 de julio 2015, 19:01

La Guerra Civil enterró muchas cosas: personas, ideologías, historias El país quedó asolado marcado por una lucha que dejó bajo tierra la vida de muchas familias de uno y otro bando, y hoy se recupera el duelo que vivió la familia de Ernesto Gonzalvo, el gerente de Valdecilla que dirigió el hospital de febrero a septiembre de 1936. Cuando las tropas del bando nacional entraron en Santander en 1937 fue fusilado y enterrado en una fosa común en el cementerio de Ciriego. Era especialista de Digestivo y radiólogo. Estaba casado y tenía cinco hijos. Su historia podría haber quedado en el olvido como pasó con muchos otros, pero el Hospital Universitario ha querido recuperar su memoria y honrar sus meses de servicio colgando su retrato en la galería de gerentes que hay en la biblioteca Marquesa de Pelayo.

Hace unos meses, cuando estaban preparando la exposición Valdecilla, la semilla: 1929-1939 en el Casyc-Up, se encontraron una serie de documentos sobre la etapa fundacional del hospital y allí apareció su nombre. Investigando encontraron a uno de sus hijos, Pablo Gonzalvo, que en la actualidad reside en Asturias, también es médico especialista en Digestivo como su padre y a sus 89 años ha aportado la escasa pero valiosa información que conservaba sobre su progenitor. Y este martes, el vástago del prestigioso médico ha visitado el hospital junto a dos de sus hijos uno es el actual jefe de Anatomía Patológica del Hospital de Cabueñes (Asturias)-, y otros familiares para presenciar cómo colgaban el retrato de su padre en la biblioteca en la que están las imágenes de sus colegas de profesión. El acto ha sido sencillo pero muy emotivo ya que, aunque han pasado 78 años de su muerte, ha servido para honrar la memoria de Ernesto Gonzalvo en la capital cántabra.

La artista cántabra Alexandra García Núñez ha sido la encargada de realizar el retrato del médico fallecido, que se ha colgado en el salón noble de la biblioteca en la que están el resto de los retratos de los gerentes que han dirigido Valdecilla desde que se fundó en 1929 como Casa de Salud.

Ernesto Gonzalvo era maño, nació en Zaragoza en 1880 y allí estudió Medicina. Se fue a Madrid a especializarse en Patología Digestiva y aterrizó en Santander para trabajar en la Clínica Morales, donde ejercería durante un tiempo que terminó cuando su relación con el doctor Morales, el titular de la clínica, empezó a hacer aguas. Puso un punto y seguido y abrió su propia clínica priada en la calle Lealtad. Cuando estalló la Guerra Civil y atracó en Santander el barco prisión Alfonso Pérez atendió a varios pacientes de la nave.

Según la documentación recuperada de la Casa de Salud Valdecilla, Ernesto Gonzalvo fue un gerente de transición. Desde 1930 hasta 1936, el hospital había estado en manos de la monja Sor Bastos y el doctor Díaz Caneja, nombrados por la marquesa de Pelayo. Pero cuando ganó el Frente Popular, Gonzalvo que era liberal republicano-, fue designado para dirigir el hospital mientras su antecesor, Wenceslao Albo, estaba en Bilbao. De febrero a septiembre de 1936, Ernesto Gonzalvo llevó las riendas del hospital. Pero cuando la capital cántabra

Tras el fracaso de la sublevación en la región, se sucedieron diversos bombardeos sobre Santander y en una de esos enfrentamientos, la consulta privada de Gonzalvo de la calle Lealtad fue arrasada. Él murió fusilado pero se desconoce el día exacto de 1937 en el que ocurruió y fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Ciriego.

Tal y como ha dicho hoy el director médico de Valdecilla, José Manuel Rabanal, el acto de colocar el retrato de Gonzalvo sirve para "restituir el nombre y la figura de quien fuera una víctima del sectarismo ideológico", con el deseo de que "el fanatismo no conduzca nunca más a una vileza como la cometida contra el doctor Gonzalvo y todos cuantos defendieron lo que creyeron mejor para su país".

Junto a Rabanal, arroparon a la familia de Gonzalvo las directoras generales de Ordenación y Atención Sanitaria, María Antonia Mora, y Salud Pública, Virginia Ruiz; y el director de la Biblioteca Marquesa de Pelayo, Mario Corral.

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