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Guillermo Balbona
Lunes, 15 de febrero 2016, 08:20
El Ayuntamiento de Santander pondrá en marcha la creación del Centro Cívico de Castilla-Hermida tras lograr la cesión del Estado de una parte del edificio de Tabacalera, cerrado desde hace quince años. En una operación a dos bandas, el Ayuntamiento ha logrado ... que Patrimonio del Estado le ceda parte de este inmueble en desuso desde 2002 y, recientemente, que la sede del Archivo Histórico pase a depender del Consistorio, en lo que supondrá el punto de partida para desarrollar el gran proyecto cultural que implica el cambio de ubicación de la biblioteca municipal y la futura ampliación del MAS.
El acuerdo emitido por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas supone «la cesión gratuita de una parte de la zona suroeste del inmueble, sito en la calle Leopoldo Pardo de la capital cántabra, con destino al proyecto de creación del Centro Cívico socio cultural de Castilla Hermida», que abarca a más de 20.000 vecinos. Para el Ayuntamiento, que ha cerrado este proceso de negociaciones en los últimos días, representa un importante paso para potenciar las infraestructuras ciudadanas y culturales, en particular. Por un lado ha pasado a disponer definitivamente del antiguo Archivo Histórico Provincial, edificio ubicado en el entramado de equipamientos culturales de Gravina, tras la Biblioteca Menéndez Pelayo. En paralelo, la institución municipal, fruto de un acuerdo de cesión, acometerá una remodelación parcial del edificio de Tabacalera, que permanece vacío y en desuso desde 2002.
El viejo Depósito será rehabilitado parcialmente en una superficie de más de 2.880 metros cuadrados, repartida en dos de sus cuatro plantas. El Ayuntamiento acometerá la remodelación parcial de la antigua Tabacalera y se ocupará del mantenimiento del edificio, deteriorado en gran parte por el prolongado estado de abandono que ha sufrido. La superficie que se ha cedido ahora se encuentra ubicada en las cuatro plantas del edificio de la zona suroeste, correspondiente a la nave-almacén, distribuida a razón de 720 metros cuadrados por planta.
Depósito con historia
El viejo depósito entre las calles Antonio López y Leopoldo Pardo, con fachada a Marqués de la Hermida, fue proyectado en 1958 por Juan José Resines del Castillo. Se compone de un edificio de cuatro plantas y de una torre de siete y en total abarca 8.500 metros cuadrados de superficie útil. Según los expertos es una muestra singular del racionalismo que imperó en España en los años cincuenta. Hace ocho años el Colegio de Arquitectos solicitó la preservación del antiguo Depósito de Elaborados de Tabacalera.
La actuación municipal en este inmueble con calificación de «patrimonial», como así figura en el Inventario general de bienes y derechos del Estado, prevé «segregar la superficie cedida del resto del edificio». Tras consumarse el acuerdo, se procederá a rehabilitar cerca de 2.900 metros cuadrados, más de mil de los cuales irán destinados a dotar al barrio de un Centro Cívico. La actuación prevé una inversión de 2.600.000 euros.
El alcalde Íñigo de la Serna subrayó recientemente que, en ningún caso, un acuerdo de esta envergadura se hubiera podido alcanzar «sin la colaboración que hemos recibido desde la delegación de Economía y Hacienda en Cantabria hasta el departamento de Patrimonio del Estado en Madrid, a cuyos responsables es justo expresar nuestro agradecimiento».
La reconversión de parte del equipamiento, actualmente vacío, se centrará en esos 1.500 metros cuadrados que albergará el Centro configurado en principio, según un proyecto ya esbozado el pasado año, por la sexta ludoteca de Santander, una nueva biblioteca con aulas de estudio, un nuevo Telecentro, cuatro aulas taller, aulas de formación y una unidad de trabajo social. El alcalde ya transmitió en su día a los vecinos su compromiso con este proyecto que responde a una ubicación del edificio construido sobre una parcela de más de 2.000 metros cuadrados, que posibilita una simultaneidad de usos públicos.
En el acuerdo se especifica desde el Estado que la cesión de este inmueble supone el compromiso de que el Ayuntamiento de Santander asuma las actuaciones necesarias de rehabilitación «con motivo del mal estado de las fachadas exteriores del inmueble». Fuentes municipales han matizado que «no se trata de una rehabilitación integral, sino de actuaciones puntuales para evitar, sobre todo, posibles desprendimientos del revestimiento de fachada a la vía pública», para lo cual ya en su día el Ayuntamiento requirió la colocación de una marquesina de protección.
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