Chele González entra en la prestigiosa lista de los 50 mejores restaurantes de Asia

Natural de Torrelavega (1976), Chele descubrió a muy temprana edad su amor por la cocina. Después de graduarse en la Escuela Superior de Hostelería Arxanda, en Bilbao, pasó a trabajar en algunos de los restaurantes más respetados del mundo, incluyendo Andra Mari, Arzak, El Bulli, El Celler de Can Roca, Nerua-Guggenheim y Mugaritz, donde desarrolló su filosofía culinaria.

Radicado desde hace cinco años en Filipinas está al frente del restaurante Gallery Vask junto con el arquitecto y artista Juan Carlo Calma. Chele tiene en Cantabria una estrecha amistad con Óscar Calleja (Annua y Mexsia), con quien comparte inquietudes y orientaciones gastronómicas y con quien cocinó mano a mano en San Vicente de la Barquera en septiembre de 2014. Hace unas semanas Chele González fue ponente en el congreso Madrid Fusión.

Tras la ceremonia en la que se Chele González recogió tan importante reconocimiento internacional, el cocinero declaró a este periódico: «Estamos más que satisfechos, es todo un honor entrar en la lista y estar en el puesto 39º de los 50 mejores restaurantes de todo el continente asiático. Esto es un hito increíble que deseamos compartir con todos nuestros clientes. A todos ellos, a nuestros amigos, proveedores y muy especialmente a todos nuestro equipo solo les puedo dar las gracias. Estamos muy agradecidos por su apoyo continuo y por acompañarnos en este viaje».

A esto añadía el cocinero torrelaveguense «el honor de haber sido designado mejor restaurante de Filipinas», un país con más de 103 millones de habitantes.

Conceptos innovadores

El restaurante Gallery Vask es una galería de arte inspirada en personas, naturaleza, recuerdos, texturas, técnicas, viajes e historia. Este exclusivo local, con un aforo máximo de 20 personas, también es una galería de arte, donde exponer arte filipino moderno, dirigida por el arquitecto y artista Juan Carlo Calma.

Aquí Chele González explora sin límites conceptos innovadores inspirándose en el arte filipino, la arquitectura, la comida y la cultura. Como a él mismo le gusta definir, su cocina es antropológica y sostenible, incorporando nuevos productos filipinos que está «descubriendo» en sus viajes-expediciones por el país.