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Gonzalo Sellers
Martes, 15 de marzo 2016, 16:14
Las viejas reyertas entre Miguel Ángel Revilla e Íñigo de la Serna despertaron este martes después de permanecer adormiladas durante la etapa del PP en el Gobierno. La carta de capitalidad de Santander y las inversiones autonómicas en la capital fueron, día sí y día también, motivo de disputa hasta hace cuatro años. Ahora, tras nueve meses de legislatura tranquilos, es el Museo de Prehistoria (Mupac) el que ha hecho sonar la campana de un nuevo asalto.
El Gobierno siempre ha huido, al menos públicamente, de convertir la elección de la sede en un asunto político. Por eso, ha insistido, una y otra vez, en que su decisión se basará en el informe que técnicos y expertos de la Universidad de Cantabria redactarán tras evaluar todas las localizaciones presentadas por los siete municipios en pugna: Comillas, Puente Viesgo, Torrelavega, Santillana, Ramales, Villaescusa y Santander.
en las últimas semanas
Desde el Ejecutivo, a pesar de las protestas de De la Serna por lo que consideraría un robo para la capital, siempre han dejado la puerta abierta a cualquier posibilidad. Revilla ha recibido a todos los regidores pretendientes y a todos les ha dado las mismas opciones. Al menos, públicamente. Pero este martes, tras reunirse con el alcalde de Torrelavega, José Manuel Cruz Viadero (PSOE), y de alabar la feria de muestras de La Lechera como un lugar idóneo para albergar el Mupac, lanzó un par de dardos envenenados al alcalde de la capital. Uno de ellos, al recordarle que el museo «no tuvo excesivo interés para Santander durante años». Y otro, al mencionar que fue el propio Consistorio el que lo dejó sin sede cuando «decidió dedicar el edificio del Banco de España a la delegación del Reina Sofía y el Archivo Lafuente». Unas palabras que pueden entenderse sólo como un reproche o como un toque de atención sobre la futura sede del Museo.
«Santander lo ha protegido»
A De la Serna, además de no gustarle la competencia y de reprochar a los otros ayuntamientos que intenten quedarse con un recurso que, según él, pertenece a Santander, calificó las declaraciones de Revilla como «un auténtico insulto a la ciudad, a su historia y a sus vecinos» y la demostración «palpable» de que está utilizando políticamente el Museo de Prehistoria. «Si el Mupac existe y si ha pervivido a lo largo de la historia, hasta el día de hoy, es gracias a Santander y a su Ayuntamiento, que ha cumplido al cien por cien sus compromisos mientras que el Gobierno de Cantabria incumplía los suyos», respondió.
Este rifirrafe entre los dos dirigentes contrasta con el encuentro cordial que mantuvieron, al menos de cara a la opinión pública, la semana pasada. En aquella reunión, De la Serna puso sobre la mesa ocho posibles localizaciones para el museo en la capital. De hecho, el propio Revilla llegó a reconocer entonces que el Gobierno sólo había contemplado ubicaciones en Santander hasta que otros municipios presentaron sus candidaturas.
A Revilla, al contrario que al regidor popular, sí le gusta esta carrera de varios ayuntamientos por quedarse con el museo. En público y en privado ve saludable y normal que cada uno busque lo mejor para su territorio. Pero ayer se plantó cuando De la Serna, «de vuelta a su cantinela victimista», avisó de que la salida del Mupac de la capital se vería como un acto político. «El alcalde es el primer culpable de lo que está pasando porque hasta ahora no ha sabido darle la importancia que merecía», le afeó. Un argumento que también se ha dejado oír estos días en el Parlamento, donde diputados de distintos partidos no entienden la polémica actual después de que el museo «haya estado años y años de lado a lado sin que nadie le haga caso».
Reacción
Para el presidente regional, han tenido que ser otros municipios «los que tomen la iniciativa y ofrezcan sus recursos», para que De la Serna «reaccione y asuma que el Mupac no puede continuar en las condiciones actuales». «Si hubiera trabajado con seriedad en la dotación de una sede definitiva no habría esta polémica», subrayó Revilla, quien insistió en que no actuará por motivaciones políticas, «pero lo que no podemos consentir es que el mayor recurso cultural y turístico de Cantabria continúe desaprovechado por no contar con un espacio a la altura de su importancia».
Desde el Ayuntamiento de Santander dan más argumentos para mantener el Mupac donde está. Uno de ellos es su origen. El propio Consistorio aportó también algunas de sus piezas principales y «ha jugado un papel determinante en la protección y la difusión de este patrimonio arqueológico». Pero en Comillas, por ejemplo, también juegan esa misma carta. Su alcaldesa, María Teresa Noceda (PRC), recordó que fue el Marqués de Comillas el primero en mostrar parte de esa colección en el Museo Cantábrico.
«No me cabe la menor duda de que si en Santander, en lugar del Partido Popular gobernaran el PSOE o el PRC, el Gobierno de Cantabria ya habría planteado, no una, sino varias alternativas para el Mupac en la ciudad, cuando hasta la fecha ni siquiera ha abierto la boca para proponer ninguna opción en la capital de la comunidad autónoma», remarcó De la Serna.
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