"La creación de nuevos municipios por fusión en Liébana y Campoo, además de situarlos en el grupo de cabeza de las corporaciones de la región a todos los niveles, les reportaría muy importantes beneficios"
alejandro de diego gómez (secretario de administración local)
Martes, 5 de abril 2016, 10:35
El otro día saltaba la noticia de la existencia de un movimiento que promueve la fusión como un solo ayuntamiento de los que forman la comarca de Liébana. Ahora está la propuesta de colaboración entre Campoo de Enmedio y Reinosa, que podría extenderse a otros más de la zona, y que, en mi opinión, el mejor camino sería también mediante su fusión.
La comarca de Liébana, compuesta por siete municipios de poca población, suman en total 5.537 habitantes, habiendo ido perdiendo vecinos progresivamente en los últimos quince años, teniendo un 6,5 % menos que en el año 2000, y ello a pesar de que alguno, como Cillorigo de Liébana, ganó población casi en un 20 % en este período. Por su parte Reinosa y Campoo de Enmedio sumarían 13.385 habitantes, con una pérdida de casi un 12 % con respecto al año 2000.
La creación de estos nuevos ayuntamientos por fusión, además de situarlos en el grupo de cabeza de los ayuntamientos cántabros a todos los niveles, les reportaría muy importantes beneficios, pues en el caso de la comarca de Liébana, al superar los 5.000 habitantes, recibirían un incremento del 27 % en las aportaciones procedentes de su participación en los ingresos del Estado, y en el caso de Reinosa y Campoo de Enmedio el beneficio sería de un 10 % a mayores de los que le correspondan por superar la barrera de los 10.000 vecinos, y ni qué decir tiene si se sumaran a la iniciativa otros ayuntamientos de la zona y superasen los 20.000. Todo ello al acogerse a los beneficios previstos en la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local para los Ayuntamientos fusionados.
Si hacemos la comparativa del comportamiento actual de los siete ayuntamientos de Liébana en su conjunto y la media de los municipios cántabros existentes con una población similar al que resultaría, se desprende que con una presión fiscal incluso menor los más grandes prestan más y mejores servicios. Así estos siete municipios tienen unos ingresos corrientes por habitante de 945 euros al año mientras que los de población superior a 5.000 habitantes se quedan en 715, y sin embargo, a pesar de que aquellos destinen más recursos es fácil comprobar que no mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos. Y, en cuanto a los gastos, la mayor parte del dinero de estos siete ayuntamientos actualmente se va en gastos generales, casi el doble que en la prestación de servicios públicos básicos mientras que en los de mayor población es justo al revés, se dedica más del doble a la prestación de servicios que a esos gastos improductivos.
Por su parte, si hacemos la comparativa entre Reinosa y Campoo de Enmedio y la media de los municipios cántabros de población similar al que resultaría, se desprende que, en estos niveles, la presión fiscal es muy similar, sin embargo, aunque el porcentaje destinado a la prestación de servicios públicos básicos también es parecida en ambos casos, los gastos generales de estos ayuntamientos por separado son superiores a los de la media de los de población similar al resultante.
Con todos estos datos, si tenemos en cuenta el aumento de ingresos por la participación de los nuevos ayuntamientos en los ingresos del Estado, así como una vez asentados los mismos a su dimensión y organización, teniendo en cuenta el ahorro que conllevarían en gastos generales, el importe anual de estos dos factores supondrían, en el caso de Liébana, poder doblar los recursos que se destinan actualmente a la prestación de servicios públicos básicos, y en el caso de ReinosaCampoo de Enmedio disponer de unos 700.000 euros al año con destino al aumento o mejora de esos servicios públicos, cantidad que podría aumentar y mucho si se suman otros ayuntamientos de la zona. Es decir, la mejora de la calidad de vida de los vecinos de estos nuevos ayuntamientos sería exponencialmente mucho mayor que los perjuicios que estas fusiones pudieran ocasionarles, con lo que además se sentarían las bases no solo para evitar que se sigan despoblando sino que, al contrario, se puedan establecer nuevas oportunidades de negocio o de comercio local familiar, que, en definitiva, son la base de nuestra economía y el fundamento del asentamiento poblacional.
Pero además serían un hito muy importante para toda la Comunidad Autónoma y podrían ser el reflejo para que desde el Gobierno de Cantabria se pudiera empezar a diseñar un plan de ordenación del territorio para mejorar y racionalizar su planta local, de forma que los beneficios de las fusiones, tanto económicos como sociales, puedan repercutirse a los vecinos, que es de lo que se trata en definitiva, contando con organizaciones municipales propias del siglo XXI.
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