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Mariana Cores
Viernes, 15 de abril 2016, 07:17
Valdecilla Sur se despidió ayer de la especialidad de Oftalmología. Cajas por llenar en todas las consultas y despachos, carteles pegados en las paredes en los que se anuncia el traslado al Hospital de Liencres y otros que muestran que el personal no se rinde ... en su lucha, sin éxito, por evitar el cambio de ubicación. Desde primera hora, la sala de espera fue un hervidero de pacientes descontentos y molestos por este traslado que dicen «no comprender», principalmente «porque tenemos un hospital nuevo. "¿Cómo no va a caber aquí Oftalmología?", fue la pregunta más repetida.
La mudanza comenzó ayer mismo tras las últimas consultas y no concluirá hasta el domingo. El lunes es el día elegido para poner orden y probar los aparatos, antes de volver a abrir el servicio en Liencres, el martes. Oftalmología echó ayer el cierre en Valdecilla y abrió una nueva etapa en Liencres. Atrás quedan horas de manifestaciones, protestas, quejas, debates, etc.
En la sala de espera, Ana Castillo no se podía contener: «¡Tengo tanta rabia dentro con todo esto que está pasando! Años de obras y millones de euros invertidos en un hospital nuevo, que salen de nuestros bolsillos, para que ahora nos digan que mejor a Liencres. Será para ellos (los políticos), que tienen coche oficial». Castillo, como otros muchos pacientes, vive fuera de Santander. «Tengo mi casa en Peñacastillo. A partir de ahora, tendré que estar muy atenta a los horarios del autobús que coja para llegar hasta aquí, porque se tendrá que ajustar al que va a Liencres. Vamos, que me han hecho una chapuza».
Pacientes y profesionales
Guillermo Álvarez piensa de forma similar: «Vivo en Renedo y siempre vengo en coche. Igual no me supone tanto trastorno como a otros, ¡pero es que esto es la leche, con la de dinero que se ha invertido... que ahora nos lleven al quinto pino!» Desde su punto de vista, «antes de tomar una decisión que afecta a tantas personas deberían habernos consultado. ¡Un poco más de democracia, por favor! Si todos los profesionales del servicio están en contra, por algo será, digo yo».
Con la sala de espera llena, salió una de las enfermeras a preguntar a viva voz «¿a quién hemos puesto una pistola en el pecho para obligarle a firmar en contra del traslado? ¡Qué levante la mano! Porque eso es lo que nos han dicho ayer, cuando hemos llevado las últimas firmas (se han entregado 13.000) en Gerencia. Según ellos, hemos obligado a los pacientes». La misma enfermera aseguró que «si hacemos esto, si protestamos, no es por nosotros, que aquí todos vamos a continuar teniendo trabajo, es por los pacientes. Ya verás los problemas que van a surgir. Este servicio lo utiliza mucha gente mayor y los habrá que para ir hasta allí necesiten una ambulancia por problemas de movilidad. Ya veremos cuántos la consiguen».
María Jesús Lastra acompaña a su hijo cada vez que tiene que ir a la consulta de Oftalmología, «y cuando es revisión sin más, ni tan mal. Pero ya verás los días que le tengan que pinchar en el ojo. En esas ocasiones tenemos que volver a casa en taxi. Pero la gracia desde Liencres nos va a salir cara. ¿Quién nos va a pagar a nosotros el viaje?»
Cada vez que el padre de Montserrat Fernández debe ir a que le vean los ojos, «tengo que pedir permiso en el trabajo. Hay días que puede venir el solo en autobús y le voy a recoger. Pero desde luego, hasta Liencres, le tendré que llevar yo. Le diré a la señora consejera y al señor Revilla que vayan a hablar con mi jefe y se lo expliquen».
Entre paciente y paciente, una auxiliar de enfermería comentó que «los argumentos que nos dan para el traslado es que en Liencres hay más quirófanos. Pero es que no es suficiente razón. Nos da tanta rabia pensar que se han traído hasta aquí Ortopedia, cuando todos los profesionales estaban en Liencres encantados y los pacientes ya acostumbrados, que nos parece una perreta absurda». Sin embargo, a Ángel Fernández le pareció «que si han tomado esta decisión será porque es la mejor. No creo que esté entre sus deseos enfrentarse a un buen grupo de médicos y enfermeros y tener a miles de pacientes en contra. Tendrán a gente especialista en gestión hospitalaria que así lo hayan recomendado. A mi me va a fastidiar, como al resto, pero quiero pensar que la decisión se ha tomado por nuestro bien, no para fastidiarnos».
No opinó lo mismo Gregorio Cuadrado, uno de los 43.000 cántabros usuarios de este servicio, que vive en Ciudad Jardín, «a escasos metros de Valdecilla. Con mi edad (84 años) ya no puedo conducir. Más vale que pongan un buen servicio de autobús, porque el que hay ahora pasa cada media hora».
El martes, el Servicio de Oftalmología inicia una nueva etapa en Liencres. Valdecilla sur ya es historia. Fin de la cita.
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